En base a la información que aportan los documentos seleccionados, en un paciente con otalgia y supuración ótica en el que no se visualiza el tímpano por ocupación del conducto auditivo estaría contraindicado la realización de la técnica de irrigación del conducto para limpiarlo al no poder descartar perforación timpánica y debido a la sospecha de un proceso infeccioso en el momento actual. En este paciente habría que reevaluar los datos clínicos (síntomas y signos) que presenta y considerar si es necesario iniciar un tratamiento empírico de su proceso.
Las guías de práctica clínica (GPC) sobre el manejo de la otitis media aguda que han sido revisadas no contemplan la irrigación del oído como método a utilizar en la fase diagnóstica o de tratamiento de esta patología. Entre estas GPCs se ha localizado una(1) que valora la necesidad de eliminar el cerumen que impide la visualización del tímpano de un paciente y establece que, en estos casos, el clínico debería sopesar la necesidad de visualizar la membrana timpánica con las posibles complicaciones que puede tener la eliminación del cerumen. Se añade que si está clínicamente indicado, el diagnóstico y tratamiento de una otitis media es apropiado incluso en ausencia de una completa visualización de la membrana timpánica.
La información que aportan tres GPC(2,3,4) y un informe de evaluación de tecnologías sanitarias(5) que revisan el manejo de los tapones de cera, y que comentan las contraindicaciones y precauciones a tener en cuenta al realizar una irrigación del conducto auditivo, coinciden en que no se debería realizar la técnica de irrigación auricular ante la sospecha o evidencia de perforación de la membrana timpánica. El antecedente de infección ótica actual o reciente también se considera una contraindicación en tres de los documentos(3,4,5):
La GPC de 2008 de la “American Academy of Otolaryngology–Head and Neck Surgery Foundation”(2) indica que no se debería realizar una irrigación ótica en personas con membrana timpánica no integra y que, puesto que frecuentemente no se visualiza el tímpano debido a la compactación de cerumen, los profesionales deben basarse en la historia clínica para asegurar que este está intacto.
La GPC de Prodigy de 2007(3) incluye entre las contraindicaciones para la irrigación del oido:
- La perforación actual de la membrana timpánica.
- El antecedente de perforación de la membrana timpánica en los últimos 12 meses.
- El antecedente de secreción mucosa del oído (puede indicar una perforación sin diagnosticar) en los últimos 12 meses.
- El antecedente de una infección del oído medio en las últimas 6 semanas.
- Además considera que la irrigación del oído se ha de utilizar con precaución en personas con otitis media recurrente, con o sin perforación de la membrana timpánica documentada, puesto que esta patología puede dar lugar a cicatrices finas en el tímpano que faciliten la perforación tras la irrigación.
Otra GPC del 2007(4) también se considera contraindicada la irrigación del oído en pacientes con:
- Membrana timpánica perforada en el pasado o en el momento actual.
- Evidencia de exudado purulento que llena el conducto auditivo.
En el informe de evaluación de tecnologías(5) se identifican entre los pacientes que tienen una contraindicación conocida para la irrigación ótica: los que tienen una otitis media actual o previa, los que tienen otitis recurrente, y aquellos con antecedentes de rotura de la membrana timpánica.