No se han encontrado estudios que comparen intervenciones de Educación para la Salud (EPS) para mejorar la Calidad de Vida (CdV) en mujeres con menopausia impartidas por matronas frente a las realizadas por otros profesionales, pero en 2 Guías de Práctica Clínica (GPC)(1,2), 3 estudios cualitativo(3,4,5) y 1 una Revisión Narrativa (RN)(6) recomiendan concretamnete las intervenciones de EPS impartidas por enfermeras/matronas. Además se han localizado 7 estudios que valoran diferentes programas de EPS en mujeres menopáusicas. Tres de ellos(9,11,12) especifican que la intervención está realizada por enfermeras, pero en los otros cuatro(7,8,10,13) no se señala quien realiza la EPS.
Una de las GPC(1), sobre competencias de enfermeras que trabajan con mujeres en la menopausia, nombra las diferentes competencias de los trabajadores de salud (incluídas las enfermeras) en ese campo, tres de ellas referidas a la EPS. Hace diversas recomendaciones:
En la competencia 3: sobre mantenimiento de la salud y bienestar de estas mujeres: fomentar la integración de la promoción de la salud (PdS) y asesorar sobre los cuidados a las mujeres menopáusicas; revisar información educativa y recursos; colaborar y planificar con otros miembros del equipo y disciplinas para abordar la promoción de las necesidades de salud, instruyendo sobre los contenidos oportunos de PdS y prevención de la enfermedad, para que se produzcan cambios de estilo de vida durante esa etapa y fomentar la adhesión a los cambios a largo plazo para mejorar la dV.
En la competencia 4: Habilitar el aprendizaje entre los profesionales, para promover el cuidado de la mujer durante la menopausia: provisión de información/educación clara a otros compañeros de trabajo, mujeres y cuidadores. Evaluación de dicho aprendizaje. Entender los principios de la educación sobre menopausia y los diferentes niveles de conocimientos previos. Contribuir al desarrollo del material para la educación proporcionando información a la enfermera gestora para las sesiones de trabajo. Contribuir a desarrollar programas en colaboración con instituciones académicas.
Tanto las competencias como sus recomendaciones se basan en otra GPC(2) sobre los estilos de vida y propuestas terapéuticas para mujeres con menopausia, en la que se especifica que la GPC es para uso de enfermeras y matronas.
Un estudio cualitativo(3) identifica y describe las expectativas, temores y conocimientos durante el periodo de la menopausia y los síntomas climatéricos mediante entrevistas semi-estructuradas en 39 mujeres (47 años). Señala que aunque estas son conscientes de los cambios físicos y psicológicos que siguen a la menopausia, sin embargo carecían de conocimientos sobre los autocuidado que podrían prevenirlos o mitigarlos. Se concluyó que las enfermeras/matronas, en contacto regular con las mujeres a lo largo de su vida, tienen un papel importante que desempeñar en la prestación de la información sobre la menopausia. El otro estudio cualitativo(4) determina la postura de 22 matronas y 13 estudiantes de esta especialidad con respecto a las necesidades de salud de las mujeres en edad madura en Atención Primaria (AP). Con respecto a la menopausia, las matronas consideraron que aunque tenían conocimiento sobre las investigaciones recientes relativas al tema, tenían dificultades para abordarlo e incluirlo en su asesoramiento. Se sugiere que las matronas necesitan más educación acerca de las necesidades de la mujer en edad madura, y que se deberían centran más en aspectos psicosociales. El tercer estudio cualitativo(5) con entrevistas semi-estructuradas a 18 mujeres peri y postmenopáusicas describe sus experiencias y perspectivas acerca de la menopausia. Se confirma la hipótesis de que las mujeres no hablan con sus proveedores de salud (especifica a las enfermeras) sobre los problemas, síntomas derivados y formas de afrontarlos, sin embargo, muestran gran interés en el tema y manifiestan su deseo de obtener de los trabajadores sanitarios más información sobre el tema. La comunicación del paciente con respecto a la menopausia podría ser mejorada proporcionando a las mujeres una oportunidad o posibilidad de discutir el tema con sus proveedores de atención médica.
La RN(6) sobre la promoción de la salud de la mujer divide en 4 categorías los asuntos de salud de las mujeres, incluyendo las condiciones y experiencias que son exclusivas a estas, pero no son enfermedades, como la menopausia. Señala que la promoción de la salud es misión tanto de las enfermeras (especifica matronas), como de otros trabajadores de salud pero todos deben mantener y mejorar sus conocimientos profesionales y competencias, reconociendo cualquier limitación. Y que ayudarlas a alcanzar la mejor salud posible consiste en utilizar iniciativas que tengan en cuenta los aspectos prácticos de su vida. Las actividades de PdS necesitan una cuidadosa planificación y preparación adecuada por parte de las enfermeras.
Los 7 estudios que valoran los diferentes programas de EPS en mujeres menopáusicas son:
Un Ensayo Clínico Aleatorizado (ECA)(7) evalúa el impacto a largo plazo de una intervención de EPS en AP, en 86 mujeres premenopáusicas (45 años). La intervención incluyó: información y discusión en grupo sobre la menopausia, manejo del estrés, conductas de salud (tabaquismo, ejercicio, dieta) y opciones de tratamiento. El grupo intervención tuvo un conocimiento significativamente mayor de la menopausia y menos síntomas atribuidos a ella que el grupo control. No hubo diferencias entre grupos en las medidas de salud general o en el estado de ánimo. La evaluación subjetiva de la intervención fue positiva en términos de aumentar el conocimiento y ayuda a las mujeres para combatir con los aspectos emocionales y prácticos de la menopausia.
Otro ECA posterior(8) evalúa los efectos sobre los síntomas climatéricos, CdV, y actitud hacia el ejercicio de un programa estructurado (12 semanas) de EPS y ejercicio en 35 mujeres (40-60 años) con síntomas climatéricos. 20 se inscribieron en el programa, que implicó participar en actividad física por lo menos tres veces/semana (Grupo E). Las otras 15 mujeres no participaron en el programa y se les instruyó para que se abstuvieran de hacer ejercicio durante el período de estudio (Grupo C). El programa demostró efectos significativos sobre los síntomas climatéricos en términos de índice de Kupperman y los síntomas psicosomáticos, especialmente parestesias y nerviosismo; los síntomas climatéricos mejoraron significativamente en el grupo E. Las puntuaciones de CdV y actitud hacia el ejercicio también mejoraron en el Grupo E después del programa, sin embargo, estas tendencias no alcanzaron significación estadística. Dicho programa demostró ser eficaz en el alivio de los síntomas climatéricos.
Otro ECA(9) mide la eficacia de una intervención multimodal (Programa de Bienestar de la Mujer) para promover el estilo de vida relacionado con la prevención de la enfermedad cardiovascular en 90 mujeres (50-65 años). A las mujeres del grupo intervención la enfermera les proporcionó EPS en forma verbal y por escrito; y fueron alentadas a vigilar: tabaquismo, nutrición e ingesta de agua y a comenzar un programa de ejercicio físico. Las del grupo control continuaron con sus actividades normales. La evaluación pre-y post-intervención utilizó 7 indicadores de factores de riesgo cardiovascular: medida de la cintura-cadera, índice de masa corporal, presión arterial, frecuencia cardíaca, peso, niveles de ejercicio y tabaquismo. Se sugiere que este tipo de intervención puede proporcionar una terapia eficaz y clínicamente manejable para estas mujeres, que prefieren un enfoque auto-dirigido para prevenir y disminuir los factores de riesgo cardiovasculares.
Otro Ensayo Clínico(10) evalúa el efecto de otro programa de EPS en el climaterio desde la perspectiva de la mejora de la salud y su mantenimiento. El grupo intervención, formado por 22 mujeres (45-65 años), asistió a 6 seminarios sobre cuidados salud. Los resultados en ambos grupos fueron medidos con los cuestionarios: Simplified Menopausal Index (SMI), the Hospital Anxiety and Depression Scale (HADS) y el MOS 36-Item Short-Form Health Survey (SF-36). El programa de EPS dio lugar a la mejora continua de los síntomas de la menopausia, la CdV y la actividad del sistema nervioso autónomo.
Un Estudio semiexperimental(11) en AP evalúa un programa de EPS durante climaterio y menopausia y su efecto sobre el estado psíquico de 106 mujeres (45-60 años). La intervención (n=53) fue realizada por 4 enfermeras en 10 sesiones semanales de una hora, en grupos de 8-10 mujeres. El programa incidió sobre los cambios biológicos, psicológicos y sociales, y se realizó ejercicios de actividad corporal, relajación y discusiones. El grado de bienestar psíquico se evaluó mediante el Cuestionario de Salud de Goldberg antes y después de la intervención. También se evaluó la autopercepción de salud mediante las láminas COOP (Dartmouth Primary Care Cooperative Information Project), que valoran la capacidad funcional (condición física y psíquica, trabajo diario, actividad social, dolor, salud global, integración social) y calidad de vida (CdV). En la valoración realizada mediante las láminas COOP se obtuvo (rango 1,7-4,5) una puntuación media inicial de 2,9±0,7 DE, sin diferencia estadísticamente significativa en ambos grupos (2,8±0,8 DE en el grupo de intervención y 2,9±0,7 DE en el grupo control). El programa repercutió favorablemente en el estado psíquico de la mujer perimenopáusica. Pudiendo estar especialmente justificado cuando hay circunstancias asociadas a una mayor prevalencia de trastornos mentales. Muestra la gran utilidad de estos programas en el ámbito de AP.
Otro estudio semiexperimental(12) evalúa una intervención de EPS impartida por enfermeras en AP entre mujeres de 40 a 60 años. Se utilizó un test de CdV que valoró bienestar psicológico subjetivo, en cuanto a conocimientos y actitudes del climaterio, bienestar subjetivo con respecto a sexualidad y relación con la pareja, funcionamiento y cambios en relación a la menopausia, apoyo social, integración en su medio, dinámica familiar y sensación de valoración. El estudio demuestra que las intervenciones para la promoción de la salud favorecen la auto percepción y la autorreflexión por parte de la mujer de su estado de salud, y su papel fundamental en el mantenimiento y promoción déla misma. Se pone de manifiesto la evidencia que relaciona el apoyo social con salud física y psicológica, y se demuestra que actúa protegiendo al individuo durante los momentos de cambio.
Finalmente, un estudio longitudinal(13) evalúa en 39 mujeres menopáusicas otro programa de EPS con clases teóricas y ejercicios (6 semanas). Se valoró: participación en los ejercicios y CdV (antes, después y al 1 año del programa), para evaluar esta se utilizó la encuesta Medical Outcomes Study 36-Item Short-Form Health (SF-36). Se observaron mejoras significativas en la Encuesta SF-36. También fueron favorables los resultados en las mujeres sin un hábito de hacer ejercicio antes del programa, pues seguían realizando ejercicio regularmente al año del programa. No se observaron mejoras en los síntomas climatéricos. Se concluyó que era eficaz para las mujeres menopáusicas, a pesar de que el período de intervención fue relativamente corto.