Una pregunta muy similar que fue realizada en 2017, y posteriormente actualizada en 2019, se encuentra publicada en el Banco de preguntas Preevid(1). En aquel momento se concluía que la sustitución de los catéteres intravenosos periféricos (CIP) debería realizarse cuando esté indicado clínicamente y que no es necesario cambiarlos con una frecuencia menor de 72-96 horas, ya que no disminuye la incidencia de flebitis o infección.
Se ha procedido a actualizar la búsqueda y las recomendaciones siguen siendo que el CIP solo debería cambiarse cuando esté indicado clínicamente.
El Sumario de Evidencia (SE) de UpTodate sobre cuidados de rutina de los dispositivos intravenosos(2), con respecto a la extracción y el reemplazo de los CIP, recomienda que estos dispositivos se retiren tan pronto como ya no sean clínicamente necesarios, debido a que el riesgo de infección aumenta con la duración de la cateterización, o bien cuando esté clínicamente indicado ante la aparición de complicaciones. Indica no retirarlos de manera rutinaria (Grado 2B)*.
El autor de este SE señala que el CIP debería ser revisado diariamente por una enfermera. Añade que solo cuando el catéter ha sido colocado en un entorno en el que no se puede asegurar el cumplimiento de la técnica aséptica (por ejemplo, colocación de catéter de emergencia), el catéter debería reemplazarse lo antes posible (y dentro de las 48 horas posteriores a la inserción).
Una Guía de Práctica Clínica (GPC) de la Infusion Nurses Society publicada en 2024 sobre la terapia de infusión(3), recoge que la extracción del CIP debería realizarse sólo cuando esté clínicamente indicado y debería basarse en:
- La evaluación precisa y consistente del dispositivo de CIP en función del riesgo del paciente y de la infusión de que se trate.
- Adherencia a los principios de la técnica aséptica sin contacto (ANTT®, por sus siglas en inglés)
- Reconocimiento y manejo tempranos de las complicaciones.
Plantea que se debería retirar cuando:
- Ya no sea clínicamente necesario; la evaluación debe realizarse diariamente (paciente hospitalizado) o con cada visita si se trata del ámbito ambulatorio.
- Se ha sospechado contaminación de un sitio clave o una parte clave del dispositivo.
- Hay evidencia de:
- una complicación que no se puede resolver fácilmente (p. ej., falta de retorno de sangre debido a una obstrucción mecánica que no se puede restaurar de manera constante y rápida) o
- una complicación que podría indicar la necesidad de retirar el dispositivo (p. ej., edema, eritema, fugas, cambios de color y temperatura de la piel, informe del paciente de dolor o malestar con y sin lavado o infusión, cordón palpable).
- El catéter deja de funcionar de manera óptima o contiene sustancias que pueden afectar la seguridad del paciente (p. ej., precipitado, productos sanguíneos que no se pueden eliminar con el lavado).
La GPC que recoge el Consenso Europeo sobre indicaciones y uso de estos dispositivos (4) apoya las recomendaciones mencionadas anteriormente y señala que el reemplazo periódico programado del CIP se asocia con:
- Riesgo de no poder insertar el nuevo dispositivo.
- Un uso progresivo y no deseada de todas las venas del brazo.
- Comodidad reducida, ya que el paciente debe enfrentar más venopunciones innecesarias,
- Un mayor riesgo de lesiones por pinchazos de aguja para los cuidadores,
- Un mayor coste de la atención médica para cada paciente.
La estrategia actualmente recomendada de retirar el CIP solo en caso de complicaciones requiere una vigilancia adecuada de todo el sistema de infusión, aspecto visual del sitio de infusión y de los signos y síntomas que puedan indicar complicaciones. Cualquier CIP, ya sea largo o corto, debería examinarse al menos diariamente por una enfermera, idealmente en cada turno, tanto en el entorno intrahospitalario como en el extrahospitalario.
Por último, la GPC de la Asociación de Enfermeras de Ontario (RNAO, por sus siglas en inglés)(5) también expresa que el uso de los CIP puede prolongarse mientras no se observen complicaciones y siga estando clínicamente indicado.
*Ver grado de recomendación en el original.