Los documentos consultados sugieren una posible relación entre la depilación genital y las infecciones de transmisión sexual (ITS), aunque no está claro si esto puede explicarse por la propia depilación del vello púbico en sí, por microlesiones ocurridas durante ella, o se deben a la actividad sexual.
Una revisión sistemática con metaanálisis(1), de reciente publicación, que compara la incidencia de ITS y la satisfacción, entre mujeres que se depilan el vello púbico y aquellas que no, incluyó 22 estudios transversales publicados hasta el 20 de junio de 2022, con 73.091 participantes. Los resultados se expresaron como diferencia de medias estandarizada (DME) y odds ratio (OR), con sus intervalos de confianza (IC) del 95%. Los resultados revelan que el vello púbico se depila con mayor frecuencia de forma completa (50,3%) que parcial (33,1%) (P= 0,001). El método de depilación más común es el afeitado con máquina de afeitar no eléctrica (prevalencia = 69,3%, P < 0,001). Se encontró que las probabilidades de tener infección por gonorrea y clamidia, en personas que se depilan el vello púbico, son mayores de forma estadísticamente significativa (OR = 1,55, IC 95 % [1,31-1,84] P <0,001) y (OR =1,56, IC 95% [1,32, 1,85], P < 0,001) respectivamente. No hubo diferencias con respecto a infecciones virales como el herpes genital (OR = 1,40, IC 95% ([0,56 - 3,50], P = 0,47) y el condiloma acuminado (OR =1,75, IC 95% [0,51-6,01], P = 0,37), entre las mujeres que se depilan y las que no. Esta revisión se alinea con estudios observacionales previos(2) sobre los resultados de salud sexual en personas que se depilan el vello púbico. Para los autores es necesario concienzar a las mujeres sobre la práctica segura de la depilación del vello púbico, enfatizando en el esclarecimiento de los riesgos y beneficios.
Esta revisión narrativa (RN)(3) que analiza los diferentes riesgos y efectos indeseables asociados al método de depilación empleado, identificó 61 publicaciones. Describe que los métodos de depilación que se utilizan con más frecuencia son principalmente el afeitado y después el recorte y la depilación química; los menos utilizados son depilación con cera, azúcar, depilación mecánica, electrodepilación, láser, luz pulsada intensa y depilación farmacológica. Los autores de esta RN destacan que las ITS por Chlamydia trachomatis, Neisseria gonorrhoeae, Treponema pallidum, herpes virus, papilomavirus o VIH se observan con mayor frecuencia en personas con depilación total del vello púbico, independientemente del método de depilación(4). Pero se considera que no está claro si esto puede explicarse por la promoción de la infección por la depilación del vello púbico en sí, por microlesiones, o por un comportamiento sexual particular. Los autores de esta RN destacan que la depilación genital es una práctica de modificación corporal que se realiza en todo el mundo, es más común en mujeres que en hombres, en personas más jóvenes y más común en personas sexualmente activas que en personas abstinentes. Salvo algunas excepciones, no hay indicación médica para la depilación genital, por lo que la evidencia sobre los métodos utilizados y sus riesgos es muy limitada en la literatura. Desde el punto de vista dermatológico realizan las siguientes recomendaciones:
- El vello púbico específico del sexo tiene una función fisiológica, especialmente en la regulación de la microbiota cutánea en la región genital.
- No existe evidencia médica que justifique el beneficio de la depilación o depilación del vello púbico (salvo alguna excepción).
- Se recomienda una preparación cuidadosa (materiales, posición sentada, lugar protegido), procedimiento (desinfección, humectación, gel de afeitar para el pubis, depilación, paño húmedo para eliminar los pelos cortados, posiblemente un espejo) y cuidados posteriores (desinfección, crema protectora).
Por otra parte, un estudio descriptivo (5) cuyo objetivo fue evaluar la asociación entre la depilación extrema (definida como la eliminación de todo el vello púbico al menos semanalmente en los últimos 12 meses o ≥6 veces en los últimos 30 días) y la prevalencia de infección por clamidia o gonorrea, entre estudiantes que se presentaron en un dispensario para realizar una prueba de ITS en el campus de una Universidad. Incluyó a 214 mujeres que completaron un cuestionario donde se recogían datos demográficos e información sobre sus conductas sexuales y de aseo personal. La prevalencia de infección por clamidia o gonorrea fue del 9,8% en el total de las participantes; el 98,1% informaron que alguna vez se depilaron; el 53,6% habían practicado la depilación extrema en el último año y el 18% en el último mes. La depilación extrema no se asoció con infección por clamidia o gonorrea en el último año (OR= 0,8; IC del 95 %: 0,3-1,9; OR ajustado = 0,7; IC del 95 %: 0,3-2,0) o en el último mes (OR = 0,5; IC 95%: 0,1-2,0; aOR = 0,4; IC 95%: 0,1-1,9).Los autores consideran que los hallazgos de este estudio no respaldan la hipótesis de la depilación del vello púbico sea un factor de riesgo de ITS en esta población.