La mayoría de documentos consultados recomiendan el consumo de lácteos desnatados y bajos en grasa para los pacientes con dislipemia y como parte de dietas saludables.
Los autores del sumario de evidencia (SE) de UpTodate sobre el manejo de las dislipemias con dieta y suplementos(1) aconsejan a los pacientes con (LDL-c colesterol de lipoproteínas de baja densidad) elevado reducir la ingesta de grasas saturadas.
En otro de sus SE, sobre la dieta sana del adulto(2), UpToDate explica que, aunque las pautas de las diferentes dietas existentes son muy variadas, uno de los componentes de las dietas saludables y de calidad es la limitación en el consumo de grasas no saludables (saturadas y grasas trans industriales). Como ejemplos de productos lácteos saludables este sumario menciona la leche desnatada, la leche baja en grasa y los yogures bajos en grasas (sin sabor ni azúcar). Explica, así mismo, que las dietas bajas en colesterol se centran en disminuir la ingesta de alimentos con un mayor contenido en colesterol, como es el caso de los lácteos enteros.
Información similar encontramos en varios SE de Dynamed(3-5), que recogen las recomendaciones* de diversas entidades científicas:
- En los adultos que se beneficiarían de una reducción del LDL-c la "American Heart Association/American College of Cardiology"(6) (AHA/ACC) recomienda reducir a un 5-6% el porcentaje de calorías procedente de las grasas saturadas y los lácteos recomendados en la dieta son los bajos en grasa (ambas recomendaciones son de clase I y evidencia A de la AHA/ACC).
- El "United States Department of Health and Human Services/United States Department of Agriculture"(7) (DHHS/USDA) también incluye los lácteos desnatados o bajos en grasa entre los componentes de una dieta saludable para reducir el riesgo cardiovascular.
- La "European Society of Cardiology/European Atherosclerosis Society"(8) (ESC/EAS) recomienda que las grasas saturadas constituyan menos del 7% del aporte calórico y el colesterol procedente de la dieta sea < 300 mg/día. Los lácteos preferidos son la leche y yogur desnatados; podrían tomarse con moderación la leche y queso bajos en grasa; solo deberían consumirse de forma ocasional y en pequeñas cantidades los lácteos enteros.
- También el "National Institute for Clinical Excellence"(9) (NICE) considera que una dieta cardioprotectora debe contener ≤ 7% de grasas saturadas.
- La "Canadian Cardiovascular Society"(10) (CCS) recomienda disminuir el consumo de grasas saturadas (recomendación condicional, evidencia moderada de la CCS).
El SE de BMJ Best Practice sobre la hipercolesterolemia(11) explica que hay pruebas claras de que la reducción de las grasas saturadas de la dieta disminuyen el LDL-c y comenta que debería aconsejarse a los pacientes que disminuyeran el consumo de colesterol y grasas saturadas.
Aunque el consumo de lácteos no enteros y la disminución del consumo de grasas saturadas son las recomendaciones identificadas en otras guías de práctica clínica sobre dislipemias y riesgo cardiovascular consultadas, información discordante se ha localizado en dos documentos:
- El "American College of Cardiology"(12), en su documento de consenso sobre los tratamientos no estatina para el manejo de la enfermedad cardiovascular, comparte estas recomendaciones sobre la reducción en el consumo de grasas saturadas y colesterol. Sin embargo, apunta que, en los pacientes con tratamiento con estatinas que mantienen un LDL elevado, aunque sigan la dieta de manera estricta, esta tiene un impacto limitado en la gravedad de la hipercolesterolemia.
- En nuestro contexto sanitario, la Sociedad Española de Arteriosclerosis(13) en su documento de consenso sobre las recomendaciones nutricionales en la prevención y tratamiento de la dislipemia aterogénica, considera (evidencia moderada*) que el consumo de lácteos enteros no incrementa el riesgo cardiovascular y que estos no son inferiores a los bajos en grasa o desnatados en cuanto a salud cardiometabólica. Afirma, además, (evidencia moderada*) que el consumo de queso no ocasiona las alteraciones del perfil lipídico esperables de su alto contenido en grasas saturadas, y muestra una asociación en J con el riesgo cardiovascular, no estando su consumo asociado con un aumento del riesgo cardiovascular. Sin embargo, sí que aconseja elegir lácteos bajos en grasa o desnatados cuando se pretenda reducir el contenido calórico de la dieta (evidencia moderada*).
*Consultar grados d erecomendación y niveles deevidencia en los documentos.