Los documentos consultados sugieren que el uso de los catéteres de condón (externos), minimizan los traumatismos uretrales y disminuyen la incidencia de infecciones del tracto urinario (ITU), en varones adultos con incontinencia urinaria, siempre y cuando el dispositivo sea utilizado adecuadamente.
Los sumarios de evidencia (SE) sobre manejo de catéteres urinarios y que abordan las ITU(1-3) indican que los catéteres de condón son un modo eficaz de recolectar la orina en hombres que no tienen retención u obstrucción urinaria, y sugieren su uso siempre que sea posible (Recomendación débil)(3). Las ventajas de estos catéteres son la minimización del traumatismo uretral y una mayor comodidad y movilidad en comparación con los catéteres uretrales permanentes. Indican que la menor incidencia de infección del tracto urinario (ITU) asociada con los catéteres tipo condón depende de la cooperación del paciente y de la minimización de la manipulación del catéter.
Las complicaciones son menores y autolimitadas; sin embargo, puede ocurrir una lesión en el pene, si se coloca demasiado apretado, pudiendo evolucionar a úlcera y pérdida de tejido del pene, por lo que es importante asegurarse de que el paciente y/o su cuidador, tengan la destreza adecuada para colocar el dispositivo y conozcan estas posibles complicaciones.
Estas recomendaciones se basan en la guía de práctica clínica (GPC) sobre control de ITU de los "Centers for Disease Control and Prevention", actualizada en junio de 2019(4), en la que se incluye un ensayo clínico aleatorizado (ECA)(5), cuyos resultados sugieren un beneficio del uso de catéteres externos sobre los catéteres uretrales permanentes en varones sin retención u obstrucción urinaria. Este ECA(5) incluyó setenta y cinco sujetos aleatorizados para usar un catéter permanente (Grupo A= 41 sujetos) y un catéter de condón (Grupo B= 34 sujetos). La incidencia de un resultado adverso fue de 131/1.000 días-paciente en el grupo A y 70/1.000 días-paciente en el grupo B (p = 0,07). La mediana de tiempo transcurrido hasta que se produjo un evento adverso, fue de 7 días en el grupo A y de 11 días en el grupo B. Después de ajustar por otros factores de riesgo, se encontró que el uso de catéter de condón redujo los resultados adversos (p = 0,04). Los pacientes que tenían un catéter permanente tenían aproximadamente cinco veces más probabilidades de desarrollar bacteriuria o ITU sintomática o de morir (índice de riesgo = 4,84, intervalo de confianza del 95 %(IC95%) = 1,46–16,02) que aquellos con un catéter de condón (P = 0,01). Los pacientes informaron que los catéteres tipo condón eran más cómodos (p = 0,02) y menos dolorosos (p = 0,02) que los catéteres permanentes.
Por último, se ha seleccionado un estudio observacional(6) que incluyó 1.282 participantes, agrupados según el sistema utilizado [catéter permanente (CP), cateterismo intermitente limpio (CIL), dispositivos externos (toallas higiénicas/preservativo) y micción voluntaria (Void)]. Se clasificó la frecuencia de ITU como 0, 1-3, 4-6 o >6, con respecto al año anterior y la gravedad de la ITU se determinó en base a si hubo hospitalización por ITU en el año anterior. Las ITU fueron menos frecuentes en Void seguidas de toallas higiénicas/preservativo, CIL y CP (todos p ≤ 0,001). La gravedad de la ITU siguió un patrón similar, utilizando el grupo Void como valor de referencia, el grupo de toallas higiénicas/ preservativo tuvo 2,28 ingresos, (IC 95%=1,38-3,76); 3,42 ingresos ( IC95%= 2,25-5,18) para CIL y 4,3 ingresos (IC95% 2,59-6,70) para CP (todas p ≤0,001).