Tras la búsqueda realizada no se han identificado estudios clínicos, que comparen la fijación o no del catéter urinario frente a las infecciones asociadas al mismo, sin embargo, los documentos consultados sugieren, de manera unánime que se debe llevar a cabo la fijación externa del catéter vesical para prevenir la infección asociada al catéter. La principal razón sería que el traumatismo inducido por el movimiento puede provocar infección del tracto urinario y la penetración extraluminal de microorganismos a la vejiga urinaria.
En primer lugar se ha seleccionado un Best Practice(1) elaborado por la "European Association of Urology Nurses", en el que se sostiene que la estabilización o fijación de los catéteres uretrales puede reducir determinados efectos adversos, como trauma tisular, inflamación, infección del tracto urinario e incluso necrosis tisular. En este documento se recomienda el uso de dispositivos de seguridad para la fijación externa del catéter.
La guía de práctica clínica (GPC)(2) elaborada por los "Centers for Disease Control and Prevention" (CDC), sobre prevención de las infecciones asociadas al catéter urinario, en el apartado de técnicas adecuadas para la inserción, indica que se deben asegurar adecuadamente los catéteres permanentes después de la inserción para evitar el movimiento y la tracción uretral. (Categoría IB)*
Una Revisión Narrativa(3), que recoge las estrategias clave para la prevención de la infección del tracto urinario asociada al catéter, menciona asegurar o fijar el catéter para evitar el movimiento.
En un documento de consenso(4) se afirma que los catéteres vesicales deben fijarse tras su colocación para prevenir la tracción de los mismos contra el cuello de la vejiga y evitar su movilidad, y añade que esta medida también puede reducir la aparición de infecciones de orina (Nivel de Evidencia -1b, Grado de Recomendación -B)*. En este documento se indica que las sondas uretrales deben tener un dispositivo de estabilización/fijación, sin esparadrapo, que incluya un mecanismo de fijación giratorio con apósito transpirable y adhesivo que sea soluble en alcohol. La fijación de la sonda debe realizarse al muslo o abdomen del paciente (en el caso de varones encamados).
Por último señalar que todos los protocolos consultados indican que la fijación de la sonda debe realizarse al muslo o abdomen del paciente(5-11). En algunos de ellos(5-7) se especifica que la fijación de la sonda, además de disminuir el movimiento y la tracción uretral, reduce el mecanismo de penetración extraluminal de los microorganismos a la vejiga urinaria y el riesgo de infección. En otro(6) se recomienda fijar la sonda en la cara interna del muslo después de su inserción para evitar el movimiento y la tracción uretral. (Nivel de recomendación I)* y está considerado como un indicador de seguridad frente a las infecciones urinarias relacionadas con el sondaje vesical.
*Ver niveles de recomendación en el documento original.