Según la documentación revisada, podría usarse ondansetrón para el tratamiento de las náuseas y los vómitos asociados a gastroenteritis de niños y adultos manejados en el ámbito ambulatorio. Sin embargo, se trata de una indicación no aprobada y la evidencia disponible en este contexto es muy escasa, sin que esté claro su beneficio.
Aunque el ondansetrón se utiliza para el tratamiento de los vómitos en la gastroenteritis, se trata de una indicación fuera de ficha técnica(1,2).
Se han identificado recomendaciones en cuanto al uso de ondansetrón en el tratamiento de las náuseas y vómitos de la gastroenteritis tanto de niños como de adultos en diferentes sumarios de evidencia (SE) y guías de práctica clínica (GPC), sin embargo, la mayoría no especifica si su utilización queda restringida o no al hospital.
Según el SE de BMJ BP sobre la gastroenteritis vírica en los niños(3), ondansetrón puede ser utilizado en pacientes ambulatorios, siempre que hayan sido evaluados previamente. Este antiemético debería considerarse cuando los vómitos interfieren con la rehidratación oral, debiendo usarse, de forma preferible, una dosis oral única (8-15 kg: 2 mg; 16-30 kg: 4 mg; >30 kg: 8 mg). Dado que puede agravar la diarrea, debería emplearse con precaución en los niños en los que la diarrea sea importante.
Los autores del SE de Uptodate sobre el manejo de la gastroenteritis aguda en niños de países ricos(4) sugieren que se use ondansetrón en los ≥ 6 meses con deshidratación leve-moderada en los que los vómitos interfieran con la rehidratación oral (dosis única oral de 0,15 mg/kg, máximo de 8 mg). Aunque no precisa si puede usarse en el medio extrahospitalario, comenta que una dosis única de ondansetrón parece ser segura en los niños sin factores de riesgo de arritmia.
Una GPC de 2016 sobre el tratamiento de la gastroenteritis aguda de los niños en el ámbito ambulatorio(5) afirma que el ondansetrón es un fármaco eficaz y seguro en pacientes con vómitos persistentes y puede facilitar la rehidratación oral, permitiendo que el paciente permanezca en su entorno y con la familia. También recomienda una dosis única, pues el uso de dosis adicionales se asocia con un riesgo aumentado de diarrea.
Una editorial (2021) sobre el papel del ondansetrón en el manejo en atención primaria de la gastroenteritis aguda en los niños(6) incide en la falta de evidencia disponible sobre su uso en este medio. En ella se revisa la información que aporta un ensayo clínico pragmático(7) realizado entre 2015 y 2018 en 3 servicios de urgencias de atención primaria holandeses que comparó el uso de ondansetrón en jarabe junto a la rehidratación oral (n=97) frente a rehidratación oral sin ondansetrón (n=97) en niños de entre 6 meses y 6 años con gastroenteritis aguda. Aunque el estudio encontró una disminución de los niños que mantuvieron los vómitos en las primeras 4 horas (número necesario para tratar de 4), una reducción en número de vómitos (razón de tasas de incidencia 0,51, intervalo de confianza del 95% de 0,29 a 0,88) y una mayor satisfacción parental, y no hubo diferencias en cuanto a la tasa de efectos adversos ni la cantidad de rehidratación oral administrada*, tampoco hubo diferencias en cuanto a tasas de derivación al hospital o de ingreso hospitalario. Además de las limitaciones derivadas de la falta de cegamiento, una evaluación de resultados realizada por los padres, uso de formulación en jarabe (podría tener un inicio de acción más tardío que las formulaciones usadas en estudios previos) y ausencia de comparación con placebo, el estudio no logró la muestra calculada (de 100 pacientes para cada grupo) y, debido al lento reclutamiento, el resultado primario de derivación al hospital establecido inicialmente se cambió por el de vómitos. Los autores ponen también en duda las conclusiones de un análisis coste-efectividad derivado de este mismo estudio.
Debido a las limitaciones metodológicas observadas, la editorial muestra cautela en cuanto a la adopción de las recomendaciones del uso de ondansetrón en los cuidados habituales de la gastroenteritis en el contexto de la atención primaria. Destaca que aunque el ondansetrón podría resultar de ayuda al acortar los vómitos a corto plazo, no está claro que modifique la historia natural de la enfermedad ni que evite la necesidad de ingreso hospitalario y considera que los estudios que evalúen su uso en atención primaria deberían evaluar resultados realmente importantes como puedan ser la cantidad de rehidratación oral lograda y los ingresos hospitalarios.
En un estudio retrospectivo(8) de pacientes atendidos en un servicio de urgencias pediátrico hospitalario se evaluó la prescripción al alta de ondansetrón para el domicilio y la tasa de reconsulta entre estos pacientes. En 705 de los 996 (71%) pacientes diagnosticados de gastroenteritis aguda se prescribió ondansetrón para el domicilio. No hubo diferencias significativas en cuanto a la tasa de reconsulta a los 7 días entre el grupo al que se le prescribió ondansetrón y el que no (6% vs 5%, p =0,66).
En cuanto a los adultos, el SE de Dynamed sobre el manejo de las náuseas y los vómitos del adulto(9), menciona que aunque el ondansetrón se usa con frecuencia como antiemético en la gastroenteritis, la evidencia disponible en adultos es escasa y, en cuanto a su uso fuera del hospital comenta que la evidencia del uso domiciliario de antieméticos en el ámbito de la atención primaria es “extremadamente limitada”.
Una revisión narrativa de 2014 sobre antieméticos para adultos en atención primaria(10) explicaba que se había realizado poca investigación al respecto y no se disponía de evidencia convincente a favor de la efectividad de ningún fármaco. Aparte de los estudios realizados en el entorno hospitalario, los autores identificaron 2 estudios no aleatorizados y no controlados realizados a nivel prehospitalario que sugerían que el uso de ondansetron oral transmucoso podría ser útil para el control de las náuseas en este contexto. Sin embargo, no pudieron localizar ningún estudio realizado en el entorno de la atención primaria y ponen en duda que tanto los resultados de los estudios realizados en hospital como en medio prehospitalario puedan ser extrapolados a la práctica del médico general.
Los autores explican que en la mayoría de las ocasiones las náuseas y los vómitos (que pueden deberse a diversas etiologías) tienden a resolverse en las primeras 12-48 horas independientemente del uso de tratamiento y que es dudoso el efecto que los antieméticos aportan al resto de las medidas requeridas en las diversas patologías que ocasionan la sintomatología, sin que parezca que un fármaco sea mejor que otro.
Tampoco en la búsqueda realizada para la elaboración de esta pregunta se ha identificado ningún estudio que evalúe el papel del ondansetrón en adultos con gastroenteritis atendidos en atención primaria.