Los documentos consultados indican que el masaje perineal (MP) debería iniciarse en el último periodo del embarazo, aunque el momento de inicio varia según los estudios, oscilando entre la semana 30 y 37 de embarazo; desde su inicio se prolongaría hasta el momento del parto.
Un sumario de evidencia de DynaMed(1) sobre traumatismo y reparación perineal durante el trabajo de parto, indica que el MP antes del parto, con aceite de almendras dulces durante 5 a 10 minutos / día desde la 34 semana de gestación hasta el parto puede reducir el riesgo de trauma perineal (TP), particularmente en mujeres nulíparas. (Grado de recomendación A)*
Una Revisión Sistemática (RS)(2) evalúa el efecto del MP realizado durante las últimas cuatro semanas del embarazo en la incidencia del TP durante el parto y la subsiguiente morbilidad. Se incluyeron cuatro ensayos clínicos de buena calidad (2.497 mujeres) que compararon el MP digital con un control. El MP digital prenatal se asoció con una reducción general en la incidencia de traumatismos que requirieron sutura [cociente de riesgos (RR) 0,91] [intervalo de confianza (IC) del 95%: 0,86 a 0,96)], número necesario a tratar para obtener un beneficio (NNTB) 15 (10 a 36); además, las mujeres que practicaban MP tenían menos probabilidades de tener una episiotomía, RR= 0,84 (IC del 95%: 0,74 a 0,95), NNTB 21 (12 a 75). Estos hallazgos fueron significativos solo para mujeres sin parto vaginal previo. No se observaron diferencias en la incidencia de desgarros perineales de primer o segundo grado o traumatismos perineales de tercer/cuarto grado. Sólo las mujeres que habían tenido un parto vaginal previo, informaron de una reducción estadísticamente significativa en la incidencia de dolor a los tres meses posparto [un ensayo con 376 mujeres; RR 0,45 (IC del 95%: 0,24 a 0,87); NNTB 13 (7 a 60)]. No se observaron diferencias significativas en la incidencia de partos instrumentales, satisfacción sexual o incontinencia de orina, heces o flatos entre las mujeres que practicaron MP en comparación con las que no lo hicieron. Los autores concluyen que el MP realizado por la mujer o su pareja durante el último mes de embarazo (durante tan solo una o dos veces a la semana) se ha indicado como una posible forma de permitir que el tejido perineal se amplíe más fácilmente durante el parto reduciendo la probabilidad de TP (principalmente episiotomías) y dolor perineal continuo.
Otra RS(3) sobre el manejo y preservación de la integridad perineal durante la etapa expulsiva del parto, seleccionó diez estudios y concluye que el MP con lubricantes, realizado por la mujer o su pareja, al final del embarazo y especialmente cuando se combina con ejercicios de suelo pélvico, tiene un alto nivel de evidencia y un fuerte grado de recomendación (A)*. Los estudios incluídos definen diferentes momentos del embarazo en los que se inicia el MP, desde la semana 32(4) hasta la 37(5).
Una revisión integradora(6) que analiza 14 artículos, describe las intervenciones que puede realizar la matrona en la prevención del TP e incluye, entre otras, incentivar a la mujer para la realización del MP, desde la 30 semana de gestación. Indica además que el uso de gel lubricante, con propiedades relajantes, permite mejorar la elasticidad y extensibilidad de la piel y la musculatura perineal de la gestante, resultando en la reducción del riesgo de TP. Por lo que recomienda se brinde información a la mujer sobre sus beneficios y sobre la técnica de realización.
Por último, una revisión narrativa(7) también concluye que el MP se ha asociado de manera significativa con una reducción del trauma perineal durante el parto, tanto en términos de desgarros perineales como episiotomías, si se realiza a partir de la semana 32 ó 34-35 de gestación, con una frecuencia de 2 veces por semana.
* Ver en texto completo del documento.