Imatinib es un fármaco antineoplásico perteneciente al grupo de los inhibidores de la tirosin-cinasa. Aunque son escasos los ensayos clínicos controlados que valoren sus efectos sobre la fertilidad, los datos disponibles procedentes de casos clínicos y series de casos parecen indicar que el tratamiento en los varones no afecta a la fertilidad y no tendría efectos sobre el embarazo de la pareja. Aún así, parece prudente comentar con los pacientes la información disponible y la opción de congelar el esperma antes de iniciar el tratamiento.
La ficha técnica(1) de imatinib no describe ningún efecto sobre la fertilidad o el embarazo de la pareja de los varones en tratamiento con este fármaco. Únicamente comenta que en estudios preclínicos no se vio afectada la fertilidad de las ratas machos y no se han realizado estudios en pacientes tratados con imatinib y su efecto sobre la fertilidad y la gametogénesis, recomendando que los pacientes preocupados por su fertilidad durante el tratamiento con imatinib deberían consultar con su médico.
Tampoco realizan ninguna advertencia sobre la salud reproductiva masculina las evaluaciones de fármacos de Micromedex(2) o Lexicomp(3).
Una reciente guía británica para pacientes(4) con leucemia mieloide crónica (LMC) indica que antes de iniciar un tratamiento con inhibidores de la tirosin-cinasa debería considerarse la necesidad de congelar esperma, aunque explica que estos fármacos, en general, no afectan a la fertilidad y que los hombres pueden continuar el tratamiento sin ningún problema cuando engendran un hijo.
La revisión bibliográfica que realizan los autores de un ensayo clínico(5) publicado en 2017 comenta que varios estudios han comunicado que imatinib afecta al aparato reproductor masculino y reduce el recuento y la movilidad espermática, sin embargo también hace referencia a que se han comunicado más de 200 casos clínicos de embarazos de mujeres cuyas parejas (varones) recibían tratamiento con imatinib sin aumento del riesgo de anomalías congénitas o aborto espontáneo.
Otras revisiones narrativas(6-9) aportan estudios en los que se describen embarazos de parejas de varones en tratamiento con resultados menos favorables y también aconsejan discutir con el paciente los posibles riesgos sobre la reproducción y valorar opciones como la congelación de esperma antes de iniciar el tratamiento:
- dos abortos inducidos (con fetos normales), un aborto espontáneo y una muerte intraútero a las 13 semanas(10);
- otro aborto y una malrotación intestinal(11);
- una amenaza de aborto(12).
Por último resumimos el ensayo clínico controlado(5) antes mencionado que valora el impacto de la fertilidad en varones con LMC en fase crónica. El estudio incluye a 48 pacientes con LMC que recibieron imatinib, 50 voluntarios sanos como grupo control y otros 10 varones con infertilidad (incluidos como controles positivos). Se detectó imatinib en el semen (1.397,27 ± 424,83 ng/mL) de los 11 pacientes en que fue medido, siendo sus valores comparables a los plasmáticos (1.471,184 ± 569,65 ng/mL). Los datos de densidad, recuento, tasa de supervivencia y actividad espermáticos fueron significativamente menores en los pacientes en tratamiento con imatinib que en los controles sanos, pero estas cifras eran mayores que las del grupo de infertilidad. El tamaño y la forma testicular de los pacientes (medidos por ecografía) era normal, sin diferencias significativas con los controles sanos, aunque 19 de los 48 pacientes presentaron hidrocele de la túnica vaginal, siendo el área de derrame mayor que la de los sujetos sanos y el grupo control de infertilidad. Los niveles hormonales (hormona estimulante del folículo, hormona luteinizante, estradiol, progesterona, testosterona y prolactina) estaban dentro de los rangos de normalidad, sin diferencias significativas con los dos grupos control.