Tras la búsqueda realizada en los recursos habituales, se han seleccionado 8 documentos: 3 protocolos(1-3), 1 ficha técnica de medicamento(4), 1 Guía de Práctica Clínica (GPC)(5), y 2 Revisiones Sistemáticas (RS)(6,7), cuatro de ellos por ser específicos de la ferroterapia endovenosa, y el resto porque hacen recomendaciones sobre la extravasación (EXV) intravenosa de sueroterapia, medicación, citotóxicos y contraste radiológicos, tanto en niños como en adultos. En general, todos ellos coinciden en recomendaciones de actuación como: prevención de la EXV, identificación de los primeros signos y síntomas de la EXV, intervención temprana, detención inmediata de la infusión, no retirar el equipo/aguja de infusión (por si fuera necesario para el tratamiento y administración de un antídoto), aspirar la mayor cantidad de fármaco extravasado, etc.
No obstante, no se ha encontrado ninguna recomendación que haga referencia, de forma concreta, a la EXV acontecida durante la administración de hierro intravenoso.
Los protocolos y recomendaciones de administración de hierro (1-4), indican la importancia de evitar que se produzca la EXV en el punto de la inyección, ya que esta puede producir dolor, inflamación, necrosis tisular, absceso estéril y decoloración parda de la piel. Entre las recomendaciones para reducir el riesgo de EXV indican:
- Utilizar bombas de perfusión para ajustar la velocidad.
- Cuando se retire el catéter deberá extenderse y elevarse el brazo del paciente aplicando presión en el punto de inyección un mínimo durante 5 minutos.
Pero ninguno de estos protocolos abordan el manejo de la EXV, una vez se ha producido; en esta situación la recomendación más importante consiste en parar inmediatamente la administración del agente extravasado.
La GPC(5) sobre terapia intravenosa, contiene un anexo (Anexo 11) sobre las pautas de actuación recomendadas en caso de EXV de medios de contraste radiológicos. Indica que ante una EXV se debe:
- Detener la administración del contraste de inmediato.
- Aspirar a través de la cánula o vía venosa para retirar en lo posible el medio de contraste extravasado.
- Retirar la vía venosa.
- Realizar dos proyecciones radiográficas ortogonales de la zona afectada para determinar el alcance de la extravasación subfascial o intracompartimental.
- Elevar el miembro afecto por encima del nivel del corazón.
- Aplicar compresas frías o calientes en la zona afectada.
- Cuando se produzcan ampollas, a pesar de no haber evidencias disponibles se recomienda el uso de sulfadiazina argéntica.
- Vigilancia de la zona afectada y valoración por cirugía si el volumen extravasado es alto o aparecen síntomas.
- Registrar todo el proceso incluyendo fecha, datos de filiación del paciente, fármaco extravasado, volumen extravasado aproximado, sitio de la extravasación, signos y síntomas (incluyendo fotografía del área si es posible), medidas y tratamiento administrado, resultados de las mismas, consultas solicitadas y seguimiento realizado.
Dos RS (6-7) que revisan intervenciones para el manejo de la EXV en neonatos (líquido de nutrición parenteral u otros líquidos o medicamentos), y que incluyeron principalmente pequeños estudios retrospectivos y no controlados, series o informes de casos, señalan que las intervenciones más utilizadas fueron:
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Elevación del área afectada y administración de analgésicos.
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Los tratamientos de lavado con solución salina, con o sin hialuronidasa.
Los autores concluyen que hay cierta incertidumbre acerca de cuáles son los tratamientos más prometedores para las lesiones por extravasación en bebés y niños pequeños.