No se han localizado guías de práctica clínica, ni sumarios de evidencias que recomienden las intervenciones basadas en el mindfulness (IBM) en pacientes con trastorno de la conducta alimentaria (TCA). Pero se han localizado 2 revisiones sistemáticas (RS), 2 revisiones narrativas y 2 estudios que evalúan la eficacia de las IBM. Todas las intervenciones evalúan la eficacia del mindfulness fundamentalmente en los TCA relacionados con la obesidad (atracones, alimentación compulsiva, etc.) y, aunque recomiendan mas investigación de calidad, en general, señalan que las IBM disminuyen de manera efectiva los hábitos de atracones y alimentación compulsiva. Ninguna de las referencias especifican que las IBM tengan que ser administradas solo por personal de enfermería.
Una RS evalúa el mindfulness como intervención para los atracones, la alimentación impulsiva y la pérdida de peso.(1) Catorce estudios cumplieron con todos los criterios de elegibilidad y se incluyeron en la revisión. Señala que la investigación inicial sugiere que el mindfulness puede ser una intervención efectiva para los atracones; sin embargo, ninguna RS ha examinado intervenciones en las que la meditación de mindfulness fue la intervención primaria, ni ninguna ha examinado su efecto sobre trastornos subclínicos de la alimentación. Los resultados sugieren que el mindfulness disminuye de manera efectiva los atracones y la alimentación impulsiva en las poblaciones que realizan estos comportamientos mientras que la evidencia de su efecto sobre el peso no es clara. Se requiere investigación adicional para determinar la efectividad comparativa y los efectos a largo plazo del entrenamiento de mindfulness.
La otra RS posterior, evalúa el efecto de las IBM en los atracones.(2) Indica que, aunque las IBM se utilizan cada vez más para tratar los atracones, los efectos de estas intervenciones no han sido revisados exhaustivamente y que el objetivos de esta RS y metaanálisis es determinar su impacto en el comportamiento de atracones. Diecinueve estudios cumplieron los criterios de inclusión, mostrando, la mayoría de ellos efectos de gran magnitud. Los resultados del metanálisis respaldaron los efectos aleatorios grandes o medianos de las IBM en los atracones. Sin embargo, hubo una gran heterogeneidad estadística entre los estudios (dentro del grupo I(2) = 93%, entre los grupos I(2) = 90%). Los autores concluyen que la RS y el metaanálisis encontraron que las IBM para reducir los atracones tienen en general efectos grandes o medianos. Pero, aunque en base a un pequeño número de estudios, parece que las intervenciones pueden ser menos efectivas en individuos sin atracones informados como significativos al inicio del estudio y cuando se administran en talleres más grandes o en entornos de cursos que no se enfocan a atracones compulsivos directamente. Se señalan como limitaciones la calidad de los estudios realizados y la heterogeneidad en la evaluación de los atracones. Las investigaciones futuras deberían implementar diseños de ECA, determinar los efectos a largo plazo, comparar la efectividad de las IBM con las terapias cognitivas conductuales (TCC) estándar, explorar los moderadores del tratamiento y descubrir los mecanismos de estas intervenciones.
Una de las revisiones narrativas sobre IBM para las conductas alimentarias relacionadas con la obesidad,(3) también menciona que las IBM dirigidas a las conductas alimentarias han ganado popularidad en los últimos años y que el objetivo de esta revisión de la lituratura es comprobar su efectividad para tratar las conductas alimentarias relacionadas con la obesidad (atracones, alimentación compulsiva y comidas promovidas por un factor externo). Se evaluaron en este caso un total de 21 estudios, que cumplieron con los siguientes criterios: (i) describir una IBM o el uso de ejercicios de mindfulness como parte de una intervención; (ii) incluir al menos un comportamiento alimentario relacionado con la obesidad como resultado; (iii) incluir resultados cuantitativos; y (iv) estar publicado en inglés en una revista revisada por pares. Las intervenciones utilizaron una variedad de enfoques para implementar el entrenamiento de mindfulness, incluyendo atención combinada y TCC, reducción del estrés basada en mindfulness, terapias basadas en la aceptación, programas de alimentación consciente y combinaciones de ejercicios de mindfulness. Los resultados del comportamiento de alimentación dirigida incluyeron atracones, alimentación emocional, comidas promovidas por un factor externo e ingesta dietética. Dieciocho (86%) de los estudios informaron mejoras en los comportamientos de alimentación específicos. En general, los resultados de esta revisión respaldan la eficacia de las IBM para cambiar las conductas alimentarias relacionadas con la obesidad, específicamente los atracones, las comidas emocionales y las comidas promovidas por un factor externo.
La otra revisión narrativa, sobre el concepto de mindfulness, su uso en la psicoterapia y sus aplicaciones clínicas,(4) con respecto a los TCA indica que se creó un programa denominado Entrenamiento de la Conciencia de la Alimentación basada en Mindfulness (MB-EAT, por sus siglas en inglés).(5,6) Este programa fue creado para tratar el trastorno por atracones y situaciones similares. El MB-EAT busca que el paciente cultive, a través de sesiones individuales y grupales, el mindfulness, la conciencia de comer, el balance emocional y la autoaceptacion. La evidencia actual refiere que este programa disminuye el número de atracones, mejora el sentido de autocontrol y disminuye los síntomas depresivos.
Un estudio examina la eficacia de una nueva IBM (“Eat for life”)(7) para las conductas alimentarias problemáticas y la insatisfacción corporal. La “Eat for Life” es una intervención grupal de 10 semanas que integra la atención y las habilidades de alimentación intuitiva plena (grupo intervención) y en una lista de espera (grupo control/comparación).
Fueron incluidos en el estudio 124 empleadas de una universidad o sus parejas. Se observaron diferencias significativas entre los grupos para la apreciación corporal, alimentación intuitiva y mindfulness, con puntuaciones medias significativamente más altas en el grupo de intervención que en el grupo de comparación después de 10 semanas. El grupo de intervención tenía 3,65 veces más probabilidades de estar asintomático por trastornos alimentarios que el grupo de comparación. El mindfulness sirvió como un mediador parcial.
Se consideran que los resultados del estudio apoyan una intervención que combina la alimentación intuitiva y mindfulness para el tratamiento de comportamientos alimentarios problemáticos y para la insatisfacción corporal, con limitaciones que incluyen la autoselección y la falta de un grupo de control activo.
El segundo estudio compara el antes y el después de un programa de reducción del estrés con mindfulness con respecto a la mejora de la alimentación emocional o alimentación compulsiva.(8) El objetivo principal de este estudio de dos partes fue explorar los cambios en la alimentación emocional en una población general de individuos que participaron en el programa "Mindfulness Based Stress Reductionç2 (MBSR), con el objetivo secundario de explorar si los cambios en la atención plena predijeron cambios en la alimentación emocional. El MBSR consistió en un curso de 8 semanas con una clase de 2,5 a 3 horas por semana, con un retiro silencioso de 7 horas entre las semanas 6 y 7. Las prácticas de mindfulness formales que se enseñaban en clase incluían escaneo corporal, meditación sentada y caminando y yoga suave.
Se pedía a los participantes que completasen las prácticas formales de atención durante 45 minutos al día, 6 días a la semana, utilizando la guía provista en un CD de audio, así como sus ejercicios y prácticas informales de atención plena (como comer una comida al día con atención). Aunque no hay una discusión explícita sobre el peso, la alimentación consciente se enseñaba a través de un ejercicio de alimentación consciente en la primera clase, y el tema del autocuidado se repetía a lo largo del programa, que incluía instrucciones para una nutrición saludable, actividad física y sueño adecuado.
A cada participante se le entregó una encuesta para completar antes y después del curso; 348 personas completaron las encuestas antes del curso y aceptaron que sus datos se utilizaran para la investigación. De ellos, 332 también completaron encuestas posteriores al curso. Las personas con problemas significativos de salud mental o adicción se excluyeron rutinariamente de la participación. Si bien no hubo grupos de control para ninguno de los estudios, en ambos estudios los puntajes de alimentación compulsiva después del MBSR fueron significativamente más bajos que los puntajes obtenidos antes de llevar a cabo el MBSR (p <0,001; p <0,001). En el estudio 2, los cambios en la atención se correlacionaron con cambios en comer emocionalmente (r = 0,317, p = 0,004). Estos resultados sugieren que la MBSR puede ser una intervención efectiva para la reducción de la alimentación compulsiva en la población general, aunque se requiere más investigación para examinar los efectos sobre la pérdida de peso y el mantenimiento de este.