Hay una pregunta incluida en el Banco de Preguntas, en febrero de 2009, igual a esta. Puede acceder al texto al final de la página.
Actualizamos la búsqueda y se selecciona 1 Best Practice (BP), 2 Revisiones Sistemáticas (RS) y 1 Guía de Práctica Clínica (GPC). En general la evidencia científica localizada indica que la sustitución de los catéteres intravenosos periféricos cada 72-96 horas no disminuye la incidencia de flebitis o infección en comparación con la sustitución de los catéteres cuando esté indicado clínicamente en la población adulta. Además, los costes sanitarios y el tiempo de atención de enfermería disminuirán, y los procedimientos invasivos innecesarios serían eliminados, aumentando así la seguridad y la satisfacción del paciente.
En el BP se analiza la relación entre el tiempo de permanencia catéter venoso periférico y la incidencia de flebitis y bacteriemia potencial(1). La extracción del catéter y no reiniciar rutinariamente la inserción de catéteres intravenosos innecesarios puede ayudar a prevenir las infecciones relacionadas con el catéter. Las complicaciones que implican pueden afectar significativamente a los costos del cuidado de la salud, la calidad de vida del paciente, la morbilidad, la mortalidad y los gastos de tratamiento, especialmente cuando se alarga la estancia en el hospital.
La RS, que compara el cambio rutinario del catéter venosos periférico (CVP) frente al cambio indicado clínicamente(2), incluye siete ensayos clínicos aleatorizados (ECA) (4895 pacientes). No se encontró evidencia para apoyar el cambio de catéteres cada 72-96 horas. En consecuencia, los catéteres se deberían cambiar sólo si está clínicamente indicado. Esto proporcionaría un ahorro significativo de costes y sería ahorrar a los pacientes el dolor innecesario de reinserciones de rutina ante la ausencia de indicaciones clínicas. Para minimizar las complicaciones periféricas relacionadas con el catéter, el sitio de inserción debe ser inspeccionado en cada cambio de turno y el catéter debe ser retirado si los signos de flebitis, extravasación, o bloqueo están presentes.
En la segunda RS, sobre la efectividad del cambio indicado clínicamente del CVP(3) señala que en cuatro ECAs de nivel de evidencia II(*) con no menos de 155 sujetos, y dos meta-análisis de nivel de evidencia I(*), que incluyen 13 estudios, indican que la práctica actual de la sustitución de los CVP cada 72-96 hr no disminuye la incidencia de flebitis o infección en comparación con la sustitución de los catéteres cuando esté indicado clínicamente, en la población adulta. Para la práctica actual señala que los costes sanitarios y el tiempo de atención de enfermería disminuirán, y los procedimientos invasivos innecesarios serían eliminados aumentando así la seguridad y la satisfacción del paciente.
En la GPC sobre Terapia Intravenosa con Dispositivos no Permanentes en Adultos(4), ante la pregunta de si se debe mantener el acceso venoso, en el paciente que tiene canalizada una vía venosa, si no se está utilizando, señala que hay evidencia de moderada(*) calidad respecto al tiempo de permanencia de los catéteres venosos, según su ubicación y tipo: así menos de 1 semana para las vías periféricas, los CCIP hasta 4 semanas y los CVC hasta que las complicaciones obligan a retirarlos.
Ante otra pregunta sobre cada cuánto tiempo debe reemplazarse un catéter (central o periférico) para prevenir infección, trombosis u oclusión, se encontró evidencia de alta calidad(*) en una RS de la Cochrane, donde se encuentra una reducción absoluta, no significativa, del 0,2 %, de incidencia de bacteriemia en el grupo con retirada si está clínicamente indicado. Hubo un aumento no significativo de la flebitis en el grupo clínicamente indicado (9 % versus 7,2 %). También se midió la flebitis por 1.000 días de uso del dispositivo, para lo cual se utilizaron los datos de cinco ensayos, sin encontrar diferencias en la incidencia de flebitis. El coste se midió en dos ensayos, encontrando que se redujeron significativamente los costes en el grupo de retirada si clínicamente indicado.
Las evidencias con Grado de Recomendación Fuerte(*) serían las siguientes: retirar los accesos venosos que no son necesarios; y no cambiar el catéter sistemáticamente a plazo fijo, sino cuando este clínicamente indicado.
(*) Consultar en el documento la clasificación de los Niveles de Evidencia y Grados de Recomendación.
** En la elaboración de esta respuesta ha colaborado como autor, durante su estancia formativa en el servicio Preevid, Sergio Ruíz Huertas, Enfermero en prácticas del Máster de Salud Pública de la Universidad de Murcia.