En la búsqueda sistematizada no se han encontrado ensayos clínicos que determinen el número de capas de escayola y de capas de algodón que se deben utilizar, o el uso de parches y la temperatura que debe tener el agua, a la hora de colocar una férula suropédica (o férula posterior de tobillo) en pacientes que requieren inmovilización.
Aunque se han localizado 4 protocolos, 1 documento de consenso de profesionales y 1 Sumario de Evidencia (SE) que indican la técnica, haciendo recomendaciones al respecto.
Dos protocolos sobre inmovilización con férulas de yeso publicados en la Web del Colegio de enfermería de Madrid(1,2) con respecto a la confección de las férulas de yeso indica que previamente se debe proteger la piel con un vendaje tubular, para evitar que el vello del miembro quede atrapado en el yeso, además facilita la transpiración, elimina las asperezas de los extremos del yeso y puede facilitar la posterior retirada del mismo. También se debe proteger con una venda de algodón (si se prevé la aparición de una tumefacción intensa, se debe dejar espacio para el edema con una capa generosa de algodón, con lo que también se asegura la protección de las prominencias óseas.
Cuando se hacen los dobleces con la venda de yeso, se realizan 12-15 capas en un adulto y 6-8 en un niño. Se sumerge las vendas de escayola en agua tibia, se estira y se deja colgando un momento desde una esquina para eliminar el exceso de agua. Después se adaptar y modela la férula al miembro.
En cuanto a la férula suropédica o posterior de tobillo recomiendan medir desde las cabezas de los metatarsianos hasta el extremo superior de la pantorrilla, a 3-4 cm debajo del tubérculo de la tibia. En caso de que los dedos requieran también inmovilización, tomar como punto distal la punta de los mismos. Precisa de 16 a 18 capas, de 15 cm de ancho.
Otro protocolo, de la AAFP (American Asociation Family Physician) sobre las férulas de yeso,(3) indica que, independientemente del material utilizado, la variable más importante que afecta al tiempo de fraguado es la temperatura del agua. El material utilizado se endurece más rápido con el uso de agua caliente en comparación con el agua fría. Cuanto más rápido se ajuste el material, mayor será el calor producido y mayor será el riesgo de quemaduras significativas en la piel. También se recomienda agua fría cuando se necesita tiempo extra para aplicar la férula. En general, la temperatura del agua debe ser tibia o ligeramente caliente para el yeso. Esta temperatura permite un tiempo de fraguado viable y no se ha asociado con mayor riesgo de quemaduras significativas.
Para preparar la extremidad lesionada antes de hacer la férula, se aplica el calcetín (malla de tejido elástico-MTE) para cubrir el área y 10 cm más allá de cada extremo, procurando que el MTE no esté demasiado apretado y que las arrugas sobre los puntos de flexión y las prominencias óseas se reduzcan al mínimo al alisarlo o recortarlo. Inicialmente, esta técnica proporcionará de dos a tres capas de relleno sin ser constrictivo, aunque pueden añadirse capas adicionales, si es necesario. Las prominencias de mayor riesgo son la estilóide ulnar, el talón, el olécrano y el maléolo. Si se prevé hinchazón significativa, se puede usar más acolchado; Sin embargo, se debe tener cuidado de no comprometer el apoyo proporcionado por la férula usando demasiadas capas. La falta o exceso de capas de relleno se asocian con posibles complicaciones y mal ajuste de la férula.
Con respecto al número de capas de yeso señala que el grosor de la férula depende del tamaño del paciente, de la extremidad implicada y de la resistencia deseada del producto final. Para un adulto de tamaño medio, las extremidades superiores deben ser hechas con seis a 10 capas de material, mientras que las lesiones en las extremidades inferiores pueden requerir de 12 a 15 capas. El uso de más capas proporciona más resistencia, pero la férula pesará más, producirá más calor y será más voluminosa. En general, se debe utilizar el número mínimo de capas necesario para conseguir una resistencia adecuada.
El cuarto protocolo sobre vendajes e inmovilizaciones de la Red de Cuidados de la Junta de Andalucía (PiCuida)(4), con respecto a la férula suropédica recomienda:
- Proteger la piel almohadillando con venda de algodón, especialmente prominencias óseas y zonas donde queden los extremos distal y proximal de la férula. En férulas posteriores de tobillo hay que prestar especial atención al almohadillado del talón, ya que la experiencia demuestra que esta zona es una de las más propensas a presentar lesiones por decúbito cuando se coloca una férula de yeso. También puede emplearse un vendaje tubular.
- Por encima del algodón es aconsejable colocar una venda de papel para fijae el almohadillado y absorber el agua del yeso evitando que la humedad alcance el acolchado.
- La férula se forma plegando capas de la venda de yeso sobre sí misma. El número de vueltas oscila de 13 a 16 en miembro inferior. En férulasde miembro inferior se utilizan vendas de yeso con un ancho de 15 cm.
- El agua para mojar el yeso debe estar tibia, de 25 a 30º. Si el agua está muy fría se dificulta el fraguado, en cambio si está demasiado caliente se corre el riesgo de provocar quemaduras.
Un documento de consenso de la AEPap (Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria), sobre diagnóstico e inmovilización en patología traumática(5) con respecto al tratamiento del esguince de ligamento lateral externo de tobillo recomienda inmovilizar con una férula de escayola y recomienda:
- Proteger con venda de algodón pierna y pie dejando libres los dedos. No indica el número de vueltas.
- Con la venda enyesada se mide desde las articulaciones metatarsofalángicas hasta la llegar a la altura de 2-3 cm por debajo de la tuberosidad tibial anterior y se superponen no menos de diez capas.
- Se introduce la venda enyesada en agua (no señala temperatura) hasta que deje de burbujear y se coloca sobre la extremidad afecta, comenzando por las articulaciones metatarsofalángicas.
El SE de Uptodate sobre férulas para las lesiones musculoesqueléticas(6) indica que hay varios tipos de férulas dependiendo del sitio de la lesión. La férula más básica está compuesta por una capa de malla de tejido elástico (MTE), con o sin relleno, y varias capas de yeso moldeadas para proporcionar comodidad, apoyo e inmovilización. Se debe envolver con relleno adicional para acolchar y una capa final de algodón o de vendaje elástico alrededor del yeso para sostener todo en su lugar. Con respecto a las férulas de inmovilización señala que los materiales para férulas comunes incluyen acolchado de algodón (por ejemplo, Webril®), yeso y MTE. Las capas de yeso se colocan entre capas de relleno. El relleno entre la piel y el yeso debe ser lo suficientemente grueso como para evitar una presión excesiva y lesiones, pero lo suficientemente delgada como para permitir una inmovilización adecuada. Generalmente cuatro capas son suficientes. Se puede colocar una MTE sobre la férula. Las férulas de yeso desmontables se fabrican de la siguiente manera:
- Cortar un trozo de MTE ligeramente más largo que la longitud deseada de la férula.
- Medir las tiras de yeso y cortarlas o plegarlas hasta alcanzar su longitud. Usar de 8 a 10 capas para una férula de la extremidad superior y de 12 a 14 capas para una férula de la extremidad inferior.
- Poner dos piezas de acolchado de algodón ligeramente más largas y más anchas que las tiras de yeso.
- Sumergir el yeso en agua a temperatura ambiente para minimizar el riesgo de quemaduras. Colocarlo sobre una toalla para eliminar el exceso de agua y alisar el yeso.
- Colocar el yeso entre las dos tiras de acolchado y colocarlo en el interior de la MTE. Aplicar la férula de yeso al área deseada y asegúrarla con un vendaje elástico.