Tras la revisión realizada concluimos que no hay evidencia que apoye la adopción de dietas libres de gluten y caseína en niños con Trastornos del Espectro Autista (TEA), salvo en el supuesto de que existan causas clínicas que justifiquen la restricción de dichos alergenos (al igual que se haría en población infantil sin TEA). Hay que destacar además la ausencia de datos sobre la seguridad de estas dietas restringidas en niños y la posibilidad de que ocurran deficiencias nutricionales, si se adoptan.
En base a los resultados de una revisión sistemática de la Cochrane de 2008(1), la guía de práctica clínica (GPC) española sobre el manejo de pacientes con TEA en Atención Primaria(2) concluía que “Los profesionales deberán informar a los padres de que actualmente no existe evidencia de la efectividad de las dietas libres de gluten y caseína, secretina, vitamina B6 + magnesio, ácidos grasos Omega-3, dimetilglicina, oxígeno hiperbárico y musicoterapia, para el tratamiento específico de los TEA” (grados de recomendación A y B según el producto específico)*. En concreto sobre el gluten y la caseína la guía comentaba que “Se ha demostrado la inconsistencia de las teorías que afirman que los niños con autismo metabolizan de manera incompleta los productos metabólicos del gluten y la leche, por lo que no se justifica el uso de las dietas libres de gluten y caseína”
En GPCs más recientes(3-6) se menciona, de forma similar, la falta de evidencia sobre la efectividad de las dietas libres de gluten o caseína o la recomendación expresa de no adoptar este tipo de dietas en población infantil con autismo o TEA(5), sugiriendo que los riesgos potenciales de este tipo de dieta pueden superar los beneficios
En la más reciente de las GPC(3) se hace referencia a una revisión sistemática(7) sobre las dietas libres de caseína y/o libres de gluten para niños con autismo en la que se identificaron tres ensayos clínicos aleatorios (ECAs) que informaron de una ausencia de mejora a nivel del lenguaje, atención, nivel de actividad, sueño, o hábitos intestinales de los infantes; en dos estudios adicionales incluidos en la revisión se reportaron algunos efectos beneficiosos en el comportamiento, pero se matiza que sus resultados pueden estar comprometidos por el efecto placebo y las altas tasas de abandono. Se añade además que todos los estudios tuvieron tamaños de muestra pequeños y se considera necesaria más investigación para confirmar los resultados.
Como recomendaciones (basadas en el consenso) la guía establece que:
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Los síntomas gastrointestinales en los niños y jóvenes con TEA deben gestionarse de igual forma que en los niños y jóvenes sin TEA.
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Se debe buscar consejo dietético especializado sobre la dieta y la ingesta de alimentos para niños y jóvenes con TEA que muestren una selectividad alimentaria significativa y un comportamiento alimenticio disfuncional, que siguen dietas restringidas que pueden estar afectando negativamente a su crecimiento, o que presentan síntomas físicos de deficiencias nutricionales reconocidas o intolerancias.
Un sumario de evidencia de Uptodate revisa las terapias complementarias y alternativas utilizadas en el manejo de niños y adolescentes con un TEA(8). Entre las intervenciones terapéuticas evaluadas se incluye la adopción de un dieta exenta de gluten y caseína y respecto a esta medida se indica que no hay suficiente evidencia sobre su eficacia y seguridad como para hacer recomendaciones sobre su uso en niños con TEA.
En el sumario se hace mención a otra revisión sistemática publicada en 2014(9) que evaluó esta dieta en los niños con TEA y concluyó que la evidencia sobre su efectividad es limitada y débil. La revisión encontró pocos estudios de alta calidad sobre su seguridad, aunque observó un cierto grado de consenso en relación a los riesgos potenciales (menor ingesta de calcio, vitamina D o aminoácidos; disminución de la densidad ósea). Los autores de la revisión, en base a estos datos, recomendaban el seguimiento de dietas libres de caseína y gluten sólo después del diagnóstico de una intolerancia o alergia a los alimentos que contienen estos alergenos.
El sumario de evidencia destaca que los profesionales sanitarios deben aconsejar a las familias de los pacientes que optan por seguir una dieta exenta de gluten y caseína sobre la necesidad de asegurar una adecuada ingesta de vitamina D, calcio y de proteínas, considerando que la leche de arroz, de almendras o de patata no son fuentes suficientes de proteínas.
El sumario de evidencia de Clinical Evidence(10), publicado en 2010, catalogaba las intervenciones dietéticas en niños con autismo (entre ellas la dieta de exclusión del gluten y la caseína) como de efectividad desconocida. En concreto en cuanto a la exclusión del gluten y la caseína indicaba que no se habían encontrado resultados clínicamente importantes sobre los efectos de una dieta libre de gluten o de una dieta libre de caseína en niños con autismo, y como guía clínica proponía que, hasta tener disponibles resultados de grandes ECA que evalúen la efectividad de las intervenciones dietéticas, lo recomendado era que los niños con autismo siguiesen una dieta equilibrada y sana. Este documento apuntaba además a que las dietas restringidas son a menudo un inconveniente para las familias, y que pueden resultar costosas.
Adicionalmente a estos documentos, la búsqueda en bases de datos de estudios ha identificado una reciente revisión sistemática sobre terapia nutricional en niños con TEA(11) y tres ECAs publicados en 2015 y 2016(12-14) con resultados contradictorios:
- En el resumen de la revisión sistemática(11) se señala que se incluyeron 12 ECAs y 2 ensayos no controlados con un total de 971 niños evaluados. Al analizar los resultados se encuentra que la eficacia de las dietas libres de caseína y gluten, ampliamente utilizadas, no ha sido probada y que ningún marcador predictivo se ha demostrado significativo. Sobre la base de los datos disponibles, se concluye que no se pueden hacer recomendaciones basadas en la evidencia con respecto a las intervenciones nutricionales para niños y adolescentes con TEA y que son necesarios futuros estudios futuros que clarifiquen si estos niños pueden beneficiarse de ciertas dietas.
- En el más reciente de los ECAs(12), 80 niños con diagnóstico de TEA se distribuyeron de forma aleatoria a recibir una dieta exenta en gluten (n = 40) o una dieta habitual (n = 40) durante 6 semanas. De los 80 niños, el 53,9% tenían síntomas gastrointestinales, evaluados mediante el cuestionario ROMA III, sin diferencias significativas entre los dos grupos (P=0,81). En el grupo de dieta sin gluten, la prevalencia de síntomas gastrointestinales disminuyó significativamente(40,57% frente a 17,10%; P <0,05); en cambio, en el grupo de dieta habitual aumentó de manera no significativa (42,45% frente a 44,05%; P=0,40). Por otra parte, en el grupo intervención (sin gluten) se observó una disminución significativa en los trastornos de comportamiento (medidos con la herramienta ”Gilliam Autism Rating Scale 2”) (80,03 ± 14,07 frente a 75,82 ± 15,37, P <0,05); en el grupo de dieta habitual no hubo diferencias significativas (79,92 ± 15,49 frente a 80,92 ± 16,24; P>0,05).
- Sin embargo, en dos ECAs previos (uno de muy pequeño tamaño muestral y otro con alta tasa de abondono)(13,14) no se encuentran diferencias significativas en el comportamiento de niños con TEA o en parámetros que miden la absorción intestinal de estos niños, cuando, tras estar ya con una dieta sin gluten y sin caseína, son expuestos de nuevo al gluten y los productos lácteos durante un breve periodo de tiempo.
*Ver en texto completo del documento.