Hay dos preguntas previas contestadas en el banco de este servicio PREEVID que están estrechamente relacionadas con la pregunta realizada: una publicada en 2014(1) que dice “¿Existe evidencia científica entre el trastorno generalizado del desarrollo (autismo) y la celiaquía o intolerancia al gluten?” y otra publicada en 2016(2)sobre “Dietas libres de gluten y caseína en niños con Trastornos del Espectro Autista” (ver más abajo); se ha procedido a actualizar la búsqueda bibliográfica. En base a los resultados encontrados en los estudios de cohortes más recientes, parece que la enfermedad celíaca (EC) se ha identificado como factor de riesgo para determinados trastornos psiquiátricos, entre ellos el trastorno del espectro autista (TEA); sin embargo, la evidencia del beneficio de la dieta sin gluten en niños con TEA es limitada y débil.
Con respecto a la relación entre EC y TEA, en 2014(1), la respuesta resumía que no se había demostrado una asociación entre el diagnóstico histológico de EC y el diagnóstico de autismo. Sin embargo, en las personas con pruebas serológicas positivas para EC y con un estudio histológico de la mucosa digestiva normal, parece aumentar el riesgo del diagnóstico posterior de TEA.
En 2017, se realizó un gran estudio de cohortes(3) en Suecia, en el que se seguió a 10.903 niños <18 años diagnosticados de EC y a sus 12.710 hermanos. Se valoró en dicho estudio, el riesgo de cualquier trastorno psiquiátrico, entre ellos el TEA. La asociación entre el diagnóstico previo de un trastorno psiquiátrico y la EC se evaluó mediante regresión logística. Como resultados, se halló que, en comparación con la población general, los niños con EC tenían un riesgo 1,4 veces mayor de futuros trastornos psiquiátricos. La EC infantil se identificó como un factor de riesgo para trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, trastornos alimentarios, trastornos del comportamiento, trastorno por déficit de atención con hiperactividad, TEA y discapacidad intelectual. Además, un diagnóstico previo de un trastorno del estado de ánimo, alimentación o del comportamiento era más común antes del diagnóstico de EC. En contraste, los hermanos de los niños con la EC no tenían mayor riesgo de ninguno de los trastornos psiquiátricos investigados. Concluyen los autores que los niños con EC tienen un mayor riesgo de padecer la mayoría de los trastornos psiquiátricos, aparentemente debido a los efectos biológicos y/o psicológicos de la EC.
Se ha encontrado otro estudio retrospectivo realizado en Italia(4), con el objetivo de investigar la prevalencia de EC en población preescolar diagnosticada de TEA. En este caso, se recoge información de forma retrospectiva de 382 niños durante el período 2010 -2013 ( rango de edad: 18-72 meses) diagnosticados de TEA (de acuerdo con los criterios del Manual de Diagnóstico y Estadística de los Trastornos Mentales, 4ª edición) remitidos a un hospital universitario para su seguimiento. Se obtiene que la prevalencia global de EC fue de 2,62%, que es más alta que la obtenida en la población pediátrica italiana (p = 0,0246). La mitad de estos niños no tenían síntomas o factores de riesgo relacionados con la EC cuando realizaron el examen serológico. Como conclusión los autores expresan que los niños con TEA pueden tener un mayor riesgo de EC y añaden que el hecho de que los síntomas gastrointestinales sugestivos de EC son difíciles de expresar en palabras por preescolares con TEA, implica una posible manifestación de angustia a través de síntomas conductuales, que incluyen aumento de la ansiedad, disminución de la capacidad de respuesta social, rabietas, oposición, problemas de sueño, selectividad alimentaria, actos agresivos y autolesivos. En estos casos, si se confirma un diagnóstico de EC, el tratamiento de pacientes con TEA con una dieta sin gluten, no solo aliviaría sus síntomas relacionados con la EC, sino que también tendría un impacto positivo en los problemas de conducta asociados.
Ante estas conclusiones, siguiendo el hilo de proporcionar una dieta sin gluten a los niños con diagnóstico de TEA, por la posible relación con la EC, ya en la pregunta contestada en 2016, se resumía que no había evidencia que supusiera la adopción de dietas sin gluten y caseína en niños con TEA, salvo en el supuesto de que existan causas clínicas que justifiquen la restricción de dichos alérgenos (al igual que se haría en población infantil sin TEA). Hay que destacar además la ausencia de datos sobre la seguridad de estas dietas restringidas en niños y la posibilidad de que ocurran deficiencias nutricionales, si se adoptan.
La información encontrada en tres sumarios de evidencia(5-7) y dos revisiones sistemáticas de ensayos aleatorios(8,9) más actuales que evalúan el beneficio de la dieta sin gluten en niños con TEA han concluido que la evidencia sigue siendo escasa y débil.