Se identifican, tras la búsqueda realizada, dos guías de práctica clínica(1,2) y un sumario de evidencia(3) en los que se recomienda para la prevención de la hipoglucemia neonatal (en niños con factores de riesgo maternos o neonatales) la alimentación precoz de recién nacido (RN) preferiblemente con lactancia materna (LM). Los RN amamantados pueden mostrar inicialmente niveles más bajos de glucemia que los alimentados con leche artificial (LA) pero la LM parece promover la cetogénesis y los cuerpos cetónicos ejercer un papel protector frente a niveles de glucosa en sangre bajos.
Todos los documentos se basan en un estudio transversal(4) sobre los patrones de adaptación metabólica de los bebés prematuros y a término en la primera semana neonatal.
En ambas GPC(1,2) se comenta que los RN a término alimentados con LM tienen concentraciones más bajas de glucosa en plasma, pero mayores concentraciones de cuerpos cetónicos que los bebés alimentados con fórmula, y que se postula que los bebés alimentados con LM toleran concentraciones de glucosa en plasma inferiores sin manifestaciones clínicas o secuelas neurológicas debido a esa mayor concentración de cetona.
En el sumario de evidencia(3) sobre la hipoglucemia neonatal se indica que los RN normalmente movilizan la grasa y forman cuerpos cetónicos durante el ayuno, y el cerebro fetal y neonatal pueden utilizar combustibles alternativos (cuerpos cetónicos y lactato) para el metabolismo oxidativo. Este mecanismo de adaptación puede explicar por qué los niños a término amamantados permanecen asintomáticos a pesar de que tienen típicamente concentraciones de glucosa en sangre más bajos, pero mayores concentraciones de cuerpos cetónicos que los bebés alimentados con fórmula. No obstante, aunque los RN a término amamantados pueden ser capaces de tolerar niveles relativamente bajos de glucosa en plasma sin manifestaciones clínicas o secuelas neurológicas, no se conoce la medida en la que las concentraciones más altas de cuerpos cetónicos ejercen un papel protector.
También se han identificado dos estudios de cohortes(5,6) en los que se evalúa el nivel glucémico de RN en riesgo de hipoglucemia (hijos de madres con diabetes gestacional o bebés pequeños [PEG] o grandes para la edad gestacional [GEG]) en base al tipo de alimentación utilizada para la primera alimentación (leche materna o fórmula):
En el primer estudio(5), en 84 bebés nacidos de mujeres con diabetes gestacional se midieron los niveles glucémicos y se compararon los resultados obtenidos en los lactantes amamantados en la sala de parto en comparación con los no amamantados precozmente. El estudio también comparó los niveles glucémicos de los lactantes que fueron amamantaron con los que recibieron LA para su primera alimentación. Los bebés que fueron amamantados en la sala de partos (n= 44) tuvieron una tasa significativamente inferior de hipoglucemia en el límite (glucosa entre 1,93–2,48 mmol/L) que los que no fueron amamantados en el período postparto temprano (n= 40) (10% frente a 28%; prueba exacta de Fisher, p = 0,05). Del mismo modo, los bebés alimentados con leche materna (LM) en la sala de partos tuvieron significativamente mayor nivel de glucosa en sangre en comparación con los bebés que no fueron amamantados en la sala de partos (3,17 frente a 2,86 mmol/L, p = 0,03). Se realizó un análisis adicional para analizar las diferencias en el nivel de glucosa en base a la primera alimentación (la primera alimentación dentro de las 3 horas posparto para los 67 niños en los que se midieron los niveles de glucosa fue la LM en 43 de los niños, incluidos los amamantados en la sala de partos, y LA en 24 bebés). Una proporción significativamente menor de lactantes que fueron amamantados tuvieron hipoglucemia borderline en comparación con los que recibieron lLA para su primera alimentación (9% frente a 46%, p= 0.001). Los bebés amamantados tenían un nivel medio de glucemia significativamente mayor en comparación con los que estaban alimentados con fórmula (3,20 frente a 2,68 mmol/L, p = 0,002).
En el segundo estudio(6), se analizaron los datos antropométricos, dentro de las 48 horas tras el nacimiento, de 65 bebés PEG ( o = percentil 98) a término. Hubo pleno apoyo de la lactancia materna y estrecha observación clínica. Las concentraciones de glucosa en sangre y de cuerpos cetónicos se midieron prealimentación durante los primeros 7 días después del parto. Los lactantes fueron amamantados con LM de forma exclusiva (LM) o con suplementación con leche de fórmula (lactancia mixta o LX), o fueron exclusivamente alimentados con fórmula (LA). El análisis de los datos no mostró diferencias en los niveles de glucosa en la sangre en base al tipo de alimentación, pero reveló una mayor concentración estadísticamente significativa de cuerpos cetónicos en los bebés que fueron amamantados exclusivamente con LM. Para los lactantes PEG, la concentración mediana de cuerpos cetónicos fue significativamente diferente para la LM, LX o LA. El análisis de regresión múltiple para el grupo GEG demostró que la concentración máxima de cuerpos cetónicos se relacionó negativamente con el volumen de LA, independiente de los niveles de glucosa en sangre y la antropometría neonatal. Para los bebés PEG, los niveles bajos de glucosa en sangre fueron compensados por concentraciones de cuerpos cetónicos equivalentes a los observadas en los niños que eran apropiados para la edad gestacional.