Un estudio de evaluación (1) compara, en 180 niños admitidos en una unidad neonatal, la precisión de la tira de reactivo (RST) para medir la glucosa frente a un método de medida de glucosa en plasma. Además evalúa el impacto del hematocrito. Para medir la glucosa con las tiras de reactivo usaron muestras de sangre capilar y venosa y para la glucosa en plasma se usó el método de Hexokinase. Se observaron inexactitudes comparables entre los niveles de las pruebas capilares y venosas en las RST. La diferencia promedio entre la RST capilar y la glucosa en plasma fue de 0,058 mmol/l (S.D. 1,39). El promedio correspondiente entre la RST venosa y la glucosa en plasma fue de 0,138 mmol/l (S.D. 0,96). Los dos medios eran estadísticamente diferentes (P = 0,024), pero esta diferencia desaparecía si la comparación era hecha solamente en bebés con un PCV de 35-55%. También se observó que con hematocrito más alto (PCV >55%, N= 96) la diferencia promedio entre RST venoso y glucosa del plasma era considerablemente más que entre el RST capilar y la glucosa del plasma (0,018 frente a 0,295. P = 0,002). Por lo tanto cuanto más alto es el hematocrito más inexacto es la RST venosa. Los autores del estudio sugieren que la RST venosa pueda ser más inexacta con respecto al capilar y que un alto hematocrito tiene un mayor efecto sobre las RST de sangre venosa que en las RST capilar.
Otro estudio de evaluación (2) también compara el funcionamiento y exactitud de la RST BM usada conjuntamente con la fotometría Reflectante, y una nueva RST (Glucometer Advantage) frente a un método de referencia para medir glucosa en plasma. El estudio se realizó en 114 recién nacidos en una unidad neonatal durante un período de 6 meses. También se les midió el hematocrito venoso. La glucosa en plasma fue medida por el método hexokinase. La diferencia media entre la prueba de la tira BM y la glucosa en plasma era perceptiblemente menor que el valor correspondiente para el glucometer (intervalo de confianza de 0,312, del 95% (CI) 0.11-0.51 frente a CI 0.766, 95% CI 0.57-0.95), aunque los límites de acuerdo entre ambos métodos y glucosa en plasma era amplio. El hematocrito no influenció perceptiblemente en la exactitud de cualquiera de las pruebas. Concluye el estudio que el nuevo glucometer no ofreció ninguna ventaja sobre la prueba de la RST BM. Debido a los amplios límites de acuerdo de ambos métodos comparados conla glucosa en plasma. Indican que su valor clínico se limita al período neonatal.
Un tercer estudio de evaluación (3) en 103 neonatos, compara y evalúa tres métodos para medir la glucosa en sangre: un nuevo analizador de glucosa basado en electrodos (EML 105); un glucometer y un método de laboratorio de referencia (Hexokinase). También mide el grado de correlación entre los valores del hematocrito y los valores de la glucemia obtenida en las muestras. Concluye que el hematocrito no es un factor significativo de confusión para el funcionamiento del EML 105 (ni observa ventajas en recién nacidos), sin importar la ruta de muestreo. Los autores señalan que el margen de la sobrestimación de la glucosa en sangre prohíbe la recomendación del EML 105 para la investigación neonatal rutinaria de la glucosa. Ya que las consecuencias incluyen el fracaso para el diagnóstico exacto de hipoglucemia y como consecuencia, retrasos en la instauración de las medidas terapéuticas.
Sin embargo, otro estudio de evaluación (4), en 50 recién nacidos, compara el uso de un biosensor de glucosa (BR 860) frente a dos métodos de laboratorio para medir la glucosa en sangre: el analizador Yellow Springs Instruments 2300 STAT PLUS (YSI) y el Vitros 750 XRC (Vitros). Mide la glucosa en sangre usando los tres instrumentos. Las muestras de sangre fueron arteriales, capilares y venosas. También fue registrado el efecto del hematocrito. Entre las conclusiones, los autores señalan que no se encontró ninguna correlación significativa entre el hematocrito y las medidas de glucosa obtenidas con el BR 860. Este biosensor proporciona en el entorno clínico de una unidad neonatal unas medidas de glucosa en sangre comparables con las obtenidas usando métodos basados en laboratorio.
Por último, una Guía de Práctica Clínica (5) (GPC) indica que hay diferencias entre los niveles capilares y venosos de la glucosa en sangre entera y del plasma (nivel de recomendación 3b). La mayor parte de los estudios que revisa la GPC fueron realizados en sangre entera o plasma con muestreo capilar. El término “glucosa en sangre” se utiliza en esta GPC para cubrir todos los métodos ya mencionados de muestreo y de proceso. Entre otras preguntas la GPC plantea cómo debe ser realizada la investigación de la hipoglucemia en neonatos, respondiendo que hay variaciones considerables entre la sangre capilar y venosa, la sangre y el plasma, y las muestras inmediatas y almacenadas. Todas estas diferencias pueden confundir los resultados (nivel 3b). Particularmente, los retrasos en el proceso pueden dar lugar a niveles inferiores. Dado el malestar, coste e inconveniencia de la prueba repetida para los niveles de la glucosa, está claro que son preferibles menos pruebas de laboratorio, pero más exactas y confiables, a un número mayor de muestras pero desde el punto de vista de los cuidados, menos fiables y asociadas a falsos positivos y negativos. Es probable que tecnologías nuevas, más rápidas y con resultados más robustos desde el punto de vista de los cuidados mejoren la calidad y la facilidad, así como proporcionen oportunidades para la investigación sobre la rentabilidad de la utilización. Finalmente, la GPC recomienda que el uso de las tiras de glucosa y de los medidores capilares de reflexión sea minimizado y sustituido en última instancia por métodos más exactos y de más confianza. Si los primeros métodos se utilizan, debe existir un proceso formal para asegurar el control de calidad junto a la cama del neonato y debe estar disponible la prueba rápida de laboratorio para verificar los niveles de glucosa que puedan requerir intervención.