En general, la investigación seleccionada tras la búsqueda, aunque recomienda realizar lavado/irrigación vesical tras cirugía urológica cuando hay hematuria, para mantener la permeabilidad del catéter, señala que debe realizarse tras valoración individualizada del paciente y no aplicarla de forma rutinaria. No indican por lo tanto cada cuanto tiempo debe realizarse. Resaltan la importancia de la formación de las enfermeras en la evaluación del posible bloqueo del catéter y la práctica del lavado/irrigación vesical.
Un estudio descriptivo (1) evalúa una herramienta diseñada para determinar las medidas que la enfermera debe seguir para evaluar el grado de obstrucción de un catéter y las acciones para restablecer la permeabilidad mediante irrigación continua de la vejiga (ICV) (procedimiento para evitar formación y retención de coágulos de sangre después de la prostatectomía transuretral (PRTU)). La ICV requiere la inserción de un catéter Foley de 3 vías que permite el lavado continuo y el drenaje de la vejiga. Este procedimiento es comúnmente prescrito durante las primeras 24 horas como parte de la atención postoperatoria de la PRTU. Un catéter bloqueado por retención de coágulos después de la PRTU es una complicación frecuente. Los resultados de este estudio podrían servir de base para establecer un protocolo de actuación de enfermería de evaluación e intervención para la gestión de permeabilidad del catéter después de la PRTU. Los resultados del estudio señalan la importancia de la formación/educación de las enfermeras sobre signos de permeabilidad del catéter tras PRTU para mejorar las habilidades en la resolución de problemas clínicos. Se describe la lista de las acciones/intervenciones de enfermería, suponiendo que el bloqueo es debido a la retención de coágulos: Explicar el problema al paciente; Apagar el sistema de irrigación de la vejiga; Observar el drenaje en cuanto a cantidad, color y consistencia (presencia o ausencia de coágulos); Reiniciar el riego si el drenaje está fluyendo libremente y el nivel de incomodidad del paciente está disminuyendo; Adoptar medidas para prevenir la coagulación; Volver a evaluar el nivel de dolor del paciente y administrar analgesia según se requiera; Si la salida es con sangre se aplican tracción catéter; etc.
Otro estudio descriptivo restrospectivo (2) de la actuación de enfermería en pacientes intervenidos en un Servicio de Urología evalúa si la labor de enfermería a través de la información, protocolización y evaluación de los cuidados reduce la estancia hospitalaria, tanto en la fase prequirúrgica, como en la postquirúrgica, realizando un plan de cuidados individualizado e informatizado de Gestión Atención Continuada Enfermera en Línea. Se incluyen 336 pacientes (46 mujeres y 290 hombres), con una edad media de 66,58 años (19-89). 138 fueron intervenidos de Resección transuretral (RTU) de próstata (41,1%), 132 de RTU de vejiga (39,3%), 20 de Uretoromía endoscópica (Sachsse) (6%), 13 de Sling uretral Sparc (3,9%), 8 de hidrocelectomía (2,4%), 8 de cirugía de pene (2,4%),7 de cervicotomía uretral (2,1%) y 10 de otras (3%). La estancia media se situó en 2,01 días. A un total de 62 pacientes (18,5%) se les practicó instilación endovesical de mitomicina; y a 62 precisaron lavados manuales: 8 (2,4%) en turno de mañana, 13 (3,9%) en turno de tarde, 28 (8,3%) en turno de noche, y 13 (3,9%) en más de un turno. Se concluye que la reducción de la estancia hospitalaria está en relación directa con la actuación de enfermería objetivable a través de la información, protocolización y evaluación de los cuidados de enfermería, especialmente el postoperatorio y la enseñanza de autocuidados
Tras la evaluación se introdujeron diversas mejoras en los cuidados de la RTU entre los que se incluyeron los lavados manuales si precisa.
Otro estudio retrospectivo (3) en 761 pacientes, de cuatro hospitales, a los que se practicó resección PRTU investiga si la irrigación vesical continua (IVC) tras la cirugía impide la obstrucción del catéter por coágulos. La incidencia de la obstrucción del catéter en los 4 hospitales, en los que al 90% o más de los pacientes se les realizó IVC, fue significativamente menor que en los pacientes seleccionados con hematuria severa y que también se realizó ICV (4,4% VS 12.9%, p <0,001). Concluyen que la ICV logra una menor incidencia de obstrucción del catéter. Sin embargo, se recomienda que los urólogos decidan si se debe realizar la IVC de forma rutinaria teniendo en cuenta frecuencia de obstrucción del catéter, seguridad, trabajo y costo.
Un estudio retrospectivo posterior (4) de 437 PRTU señala que la hemorragia intratable después de esta cirugía no es un problema frecuente pero, en el caso de darse, es importante y potencialmente mortal. Todos los pacientes con hemorragia postoperatoria fueron manejados inicialmente con lavados de la vejiga con solución salina seguido de irrigación continua y tracción manual del catéter de tres vías con 30 ml en el globo del catéter. A pesar de estas medidas, una minoría de los pacientes continuaron sangrando y requirieron otras intervenciones quirúrgicas adicionales. No se especifica cada cuanto tiempo y si se realizó de forma protocolizada.
Una Guía de Práctica Clínica(5), para la cateterización con sondas permanentes en adultos, con respecto al lavado, riego e instilación de la vejiga, realiza estas recomendaciones:(*)
Los lavados vesicales de rutina no son beneficiosos (NE 1a, GR = A)
La irrigación de la vejiga y la instilación de soluciones de mantenimiento no previenen infecciones asociadas al catéter. Sin embargo, estas intervenciones pueden ser recomendadas en circunstancias especiales (por ejemplo, en la gestión de la formación de coágulos de sangre) (NE = 1b, GR = A)
- Si la hematuria no se soluciona, puede ser necesario el riego a través de un catéter de 3 vías o en casos más graves, puede ser necesario el lavado de la vejiga bajo anestesia general (NE = 4, GR = C)
- La hematuria puede ser resuelta, tras cateterización suprapúbica, por riego a través del catéter suprapúbico o por medio de un catéter uretral adicional (NE = 4, GR = C)
Un protocolo (6) para el sondaje vesical señala que una operación quirúrgica en las vías urinarias puede provocar hematuria. El objetivo del lavado vesical continuo (LVC) es mantener la permeabilidad de la sonda cuando la hematuria es importante. Para ello se usa una solución de suero de lavado estéril (glicina) en bolsas de 5.000 o 3.000 ml que se hacen pasar al interior de la vejiga en goteo continuo a través de una sonda de tres vías, para después salir a través de la vía de drenaje de la sonda. Si el líquido de lavado no sale, puede producir una grave distensión vesical. Por lo que deberemos estar muy atentos a la velocidad de goteo de entrada y la velocidad y cantidad que va saliendo. Debemos vigilar también en caso de cirugía si el suero de lavado está saliendo por algún drenaje o si se está diseminando por el tejido subcutáneo con el aumento evidente del abdomen o genitales externos del paciente.
Otro protocolo de enfermería oncológica (7) también indica el LVC para mantener la permeabilidad de la sonda uretral en pacientes que presentan hematuria por haber sido sometidos a una intervención quirúrgica (RTU de vejiga, RTU de próstata o
Adenomectomía). Señala diversas precauciones durante el LVC:
- Si el paciente siente dolor significa que se ha producido una obstrucción. Proceder al lavado de la misma hasta conseguir que esté permeable.
- Muy importante mantener la permeabilidad de la sonda en pacientes con suero lavador continuo: la entrada continua de suero sin que sea drenado, puede producir una grave distensión vesical e incluso romperse la pared de la misma.
- En caso de cirugía abierta vigilar que el drenaje no sea productivo, comience a drenar. Esto significaría que parte del suero lavador está saliendo por fuera de la vejiga acompañado de sangre y orina.
- Vigilar que no se produzca aumento del tamaño de los genitales externos del paciente y/o abdomen del mismo, pues significaría la diseminación del suero por tejido celular subcutáneo.
(*) Ver calsificación de Niveles de Evidencias (NE) y Grados de Recomendación (GR)