En áreas geográficas con baja prevalencia para la infección por enfermedad de Lyme, como el sur de nuestro país, no parece que esté indicada la profilaxis antibiótica tras una picadura de garrapata. En zonas de prevalencia elevada y en determinadas circunstancias (picadura por una garrapata vector de la Borrelia burgdorferi, adherida al cuerpo más de 24 ó 36 horas, y con un período de tiempo transcurrido desde la picadura de menos de 72 horas) podría estar indicado, en un adulto, la administración de una dosis única de doxicilina de 200 mg.
La enfermedad de Lyme se puede transmitir tras la picadura de una garrapata infectada por una espiroqueta, la Borrelia burgdorferi(1), siendo en nuestro entorno la genoespecie de la B. burgdorferi mayormente implicada la Borrelia garinii(2). En América la garrapata que con mayor frecuencia la transmite es la Ixodes scapularis(1); mientras que en Europa y en España es la I. ricinus(2,3). En el caso de una I. scapularis infectada es preciso que transcurran 36 a 48 horas, tras la picadura de la garrapata, para que la borrelia pase a la saliva y pueda ser transmitida; pero para la I. ricinus este período se acorta y puede ser tan solo de 24 horas. Tras la picadura, si se transmite la infección, el período de incubación oscila normalmente entre una y dos semanas (con un rango de 3 a 30 días).
Una revisión sistemática sobre profilaxis antibiótica de la enfermedad de Lyme, publicada en 2010(4), incluyó 4 ensayos con 1.082 pacientes en los que se comparaba la administración, antes de que transcurrieran 72 horas desde la picadura de la garrapata, de antibióticos con placebo. La incidencia de enfermedad de Lyme en el grupo placebo fue del 2,2% (Intervalo de confianza al 95% de 1,2% a 3,9%) y en el grupo tratado con antibiótico del 0,2% (IC al 95% del 0,0 al 1%). La profilaxis con antibiótico redujo la posibilidad de aparición de la enfermedad comparado con placebo (odds ratio combinada de 0,084; con IC al 95% de 0,0020 a 0,57; P=0,0037); siendo necesario tratar a 50 pacientes, tras una picadura de garrapata, para evitar la aparición de un caso de enfermedad de Lyme (NNT de 50, con IC al 95% de 45 a 106). El resumen crítico de la base de datos DARE de esta revisión sistemática(5) comenta que en los ensayos incluidos no se realizó un análisis según intención de tratar, y que ello puede haber influido en la validez de los resultados; debiendo ser interpretadas con precaución las conclusiones de los autores.
Las guías de práctica clínica(6,7) norteamericanas y un sumarios de evidencia(8) coinciden en que:
- Hay determinados factores que influyen en la transmisión de la enfermedad de Lyme tras la picadura: que la garrapata corresponda a una las especies que transmiten la enfermedad (en USA la I. scapularis); si es una larva, una ninfa o adulto (transmite más la adulta o la ninfa); el tiempo que la garrapata ha estado adherida a la superficie corporal y si la garrapata ha aumentado de tamaño.
- Entre las medidas para evitar la infección hay que procurar siempre la extracción precoz de la garrapata de la piel.
- Aconsejan profilaxis con antibiótico si se dan de forma conjunta las siguientes circunstancias:
- La picadura ha sido provocada por una garrapata adulta de la especie I.scapularis.
- La garrapata ha permanecido adherida a la piel más de 36 horas (o se desconoce este dato).
- Han transcurrido menos de 72 horas desde la picadura.
- La tasa de infección, en esa zona, de la I.scapularis por B.burgdorferi es igual o superior al 20%.
- No hay contraindicaciones (alergia, embarazo, menores de 8 años) para indicar doxiciclina.
- Si se reúnen todos estos criterios se recomienda tratar con una dosis única de doxiciclina 200 mg en adultos; y en niños, mayores de 8 años, con una dosis de 4mg/kg de peso, sin superar los 200mg.
- Si el paciente no puede tomar doxiciclina, no recomiendan utilizar otro antibiótico; ya que la pauta con amoxicilina tiene una tasa de efectividad baja, no hay datos con una pauta corta de antibiótico y una pauta larga tener más efectos secundarios. Además, si la enfermedad se produce, hay tratamiento efectivo, siendo la tasa de complicaciones baja.
- En todos los casos, tanto como si se indica tratamiento profiláctico como si no, es importante advertir al paciente que consulte ante la aparición de síntomas compatible con el inicio de la enfermedad.
En dos guías de práctica clínica inglesas(3,9) no se recomienda realizar de rutina la profilaxis antibiótica, indicando una de ellas(3) que se podría aconsejar en el caso de pacientes inmunodeprimidos.
Hay pocos estudios epidemiológicos realizados en nuestro entorno, pero los datos apuntan a una baja incidencia y prevalencia de la infección por enfermedad de Lyme.
- En España el único estudio localizado que estudia la infección por Borrelia de la garrapata vector (I.ricinus) está realizado en 2002 en el País Vasco y muestra una tasa de infección del 12,5% de ejemplares adultos(10).
- Estudios serológicos en perros(11) muestran una infección por B. burgdorferi en el 0,4% , con pocas diferencias geográficas en el territorio español.
- Un estudio de seroprevalencia en población de Navarra por B. burgdorferi (12) encontró una seropositividad del 4,4% , y cita un estudio realizado en Granada en el que la tasa de infección fue del 0,6%.
- En la Región de Murcia solo hemos localizado una referencia del área de salud de Cartagena(13). La revisión de todas las solicitudes de serología para B. burgdorferi realizadas de 2004 a 2008 al laboratorio del área mostró una seropositividad del 3,7% (35 pacientes de un total de 936 peticiones). Tras revisar la historia clínica solo tres de los casos reunieron criterios diagnósticos de enfermedad de Lyme.