Según las guías de práctica clínica más recientes(1-3) las insulinas glargina y detemir se pueden utilizar en adultos con diabetes mellitus (DM) tipo 1 y tipo 2 (fuerza de la recomendación “fuerte”), con un grado de evidencia “moderada” para la DM tipo 1 y “alta” para la DM tipo 2.
En el caso de la mujer durante el embarazo, las evidencias encontradas aconsejan:
- La opción más segura y con más evidencias a su favor sigue siendo la insulina NPH y los bolos de rápida.
- Si se desea optar por el uso un análogo lento diferente a NPH, tanto glargina como detemir no han mostrado que produzcan aumento de efectos adversos ni maternos ni fetales.
- Los estudios con detemir son más potentes desde el punto de vista de la evidencia. Pero glargina ha demostrado que no atraviesa la placenta, mientras que detemir no lo ha hecho.
- Si la mujer llevaba buen control glucémico previo al embarazo con glargina o detemir, se aconseja mantener la insulina que llevara previamente.
También en los sumarios de evidencia más recientes(4,5), se habla de seguridad en el uso de insulinas de acción prolongada durante el embarazo. Ni glargina ni detemir han mostrado que aumente el riesgo de efectos avdersos ni en la madre ni en el feto.
Ambos preparados estaban clasificados hasta ahora como de categoría C en el embarazo(5). En el año 2012, la FDA modificó la clasificación de detemir a categoría B(5), en base a un ensayo clinico randomizado(6) que comparaba insulina detemir con NPH, en el que se encontraba que detemir no fue inferior a NPH con respecto a las tasas de hipoglucemia y control de la hemoglobina glicada. No hubo diferencias en los efectos adversos en la embarazada, ni se observó ninguna repercusión en la salud del feto ni del recién nacido con la insulina detemir en comparación con NPH.
En el momento actual, como primera opción se sigue recomendando el uso de NPH durante el embarazo (categoría B)(1-3). Los datos disponibles no son suficientes para recomendar el uso rutinario de detemir o glargina en lugar de NPH durante el embarazo.
Sin embargo, si una paciente tiene buen control en sus niveles de glucemia con alguna de estas insulinas antes de la gestación, la opción más razonable es continuar con ella(1-3).
En un estudio comparativo retrospectivo en el que se compara glargina con detemir(7), los resultados en cuanto a seguridad y ausencia de efectos adversos tanto en la madre como en el feto, son similares y no encuentra diferencias entre ambos preparados. Lo que se recomienda es avisar a las mujeres de que se les está prescribiendo un preparado fuera de la indicación aprobada.
En una revisión sistemática sobre detemir comparada con NPH(8) se concluye que la información disponible no es suficiente para recomendar su uso rutinario en sustitución de NPH durante el embarazo. Mientras, un ensayo clínico aleatorizado en el que se evalúa la seguridad de insulina detemir frente a la de NPH(9) concluye que no hay publicados resultados adversos perinatales en mujeres con DM tipo 1.