En base a la información recabada no hay un aparente riesgo de afectación de la función renal con el seguimiento de una dieta hiperproteica (HP) por parte de adultos sanos. No obstante, el periodo de seguimiento de los sujetos que siguen estas dietas es, en general, corto, por lo que quedaría por establecer si el consumo prolongado de dietas con elevado contenido en proteínas puede llegar a afectar a la funcionalidad del riñón.
Las guías de práctica clínica(1-4) y los sumarios de evidencia(5,6) sobre el manejo de la obesidad que han sido revisados, no mencionan la afectación renal como efecto adverso asociado a la utilización de dietas con alto contenido proteico.
En el sumario de evidencia de Uptodate(5) se indica únicamente que la elevada ingesta de proteínas en la dieta, debido a su carga productora de ácido, aumenta la excreción urinaria de calcio lo que podría suponer un riesgo a largo plazo para la nefrolitiasis (y de un teórico riesgo de pérdida de masa ósea).
Y en el sumario de evidencia de Dynamed(6) se menciona, en concreto, que no hay evidencia significativa de que la ingesta elevada de proteínas tenga un efecto adverso sobre la función renal en personas sanas (utilizando como referencia la información que aporta una revisión de la literatura)(7).
La búsqueda en la base de datos de estudios Medline y Embase ha identificado 3 revisiones sistemáticas (RS)(8-10) en las que se evaluaba la seguridad y efectividad de las dietas hiperproteicas. En dos de ellas(8,9) se informa de la ausencia del hallazgo de efectos adversos renales en pacientes que siguen este tipo de dietas; en la tercera(10), de forma global se comenta que el seguimiento de una dieta HP no se asoció a efectos nocivos para la salud:
- En la RS y meta-analisis de Schwingshackl y Hoffmann(8) se indica que en 3 de los ensayos clínicos aleatorios (ECA) incluidos se analizaba el efecto de las dietas HP en los biomarcadores de función renal funcionar en pacientes con diabetes tipo 2. En los 3 ensayos, las dietas HP no afectaron a las función renal evaluada a través de la medición de la creatinina sérica y la microalbuminuria. Del mismo modo, se señala que en población obesa sana un ECA (N= 307 pacientes y seguimiento de 2 años)(11) una dieta con contenido alto en proteinas y bajo en carbohidratos no se asoció a efectos nocivos en la tasa de filtración glomerular, la albuminuria, o en el equilibrio de electrolitos y fluidos.
- Una RS y meta-análisis previa(9) comenta que, entre los estudios incluidos, los niveles de creatinina en suero fueron medidos en seis. Los datos de dos de los estudios mostraron un incremento significativo con la dieta HP frente a la dieta con las dieta con baja contenido en proteínas a los 3 meses (diferencia de medias 6;14 µmol/l; intervalo de confianza del 95% 2,49-9,79; p = 0,001) (n= 67 pacientes, evidencia de muy baja calidad). Los otros cuatro estudios informaron de cambios no significativos en ambos tipos de dieta.
- Sin hacer mención específica a la función renal, la RS de Lepe et al(10), informa que no se reportaron efectos secundarios de la dieta alta en proteínas en ninguno de los estudios analizados con seguimiento igual o superior a 24 semanas.
Sin embargo, un reciente ECA(12) que evaluó el efecto de distintos tipos de dietas, entre ellas una con elevado contenido proteico, en la función renal de adultos sanos (N = 164) con prehipertensión o hipertensión en estadio 1, encontró que una dieta alta en proteínas aumentaba la tasa estimada de filtración glomerular: en contraste con las dietas que eran altas en hidratos de carbono o en grasas insaturadas, la dieta HP disminuyó los niveles en suero de cistatina C y de β2-microglobulina (biomarcadores de función renal que se indican no se ven afectados por el aumento del consumo de proteína en la dieta, al contrario que el nivel de creatinina sérica), lo que refleja un aumento significativo en la tasa estimada de filtración glomerular de aproximadamentes 4 ml/min/1,73 m2. Los autores concluyen que estos hallazgos sugieren que una mayor proporción de calorías provenientes de proteínas en adultos sanos aumenta la tasa estimada de filtración glomerular, aunque es incierto si el aumento de la ingesta de proteínas a largo plazo podría tener consecuencias adversas sobre la función renal.