Basados en ensayos clínicos randomizados, el tratamiento precoz con una pauta de ejercicios comparado con el inicio más tardío de ejercicios en pacientes intervenidas de cáncer de mama y linfadenectomía, no ha demostrado de forma clara que reduzca la incidencia de linfedema. Cualquiera de las pautas de ejercicios evaluadas no provoca un incremento de la incidencia de linfedema, y puede aportar otras ventajas clínicas.
Una revisión sistemática de la Biblioteca Cochrane, con la búsqueda realizada en agosto del 2008(1) fue realizada con el objetivo de examinar ensayos controlados aleatorios que evaluaran la efectividad de las intervenciones con ejercicios para prevenir, reducir o mejorar los trastornos funcionales del miembro superior después de la cirugía de cáncer de mama. Se incluyeron 24 estudios con 2.132 participantes.
- Diez estudios evaluaron el efecto de la implementación temprana versus tardía de los ejercicios después de la cirugía. La incidencia de linfedema fue evaluada en cuatro ensayos. El análisis conjunto de los datos no mostró diferencias estadísticas significativas en la incidencia de linfedema (Odds ratio de 1,24; IC al 95% de 0,45 a 3,41).
- La implementación temprana del ejercicio fue más efectiva que la tardía en la recuperación de la amplitud de movimiento del hombro a corto plazo; sin embargo, el ejercicio temprano también dio lugar a un aumento estadísticamente significativo del volumen del drenaje de la herida.
- El tratamiento de fisioterapia produjo beneficios adicionales para las funciones del hombro después de la cirugía y a los seis meses de seguimiento.
- No hubo pruebas de un efecto negativo a partir del ejercicio de la extremidad superior en la incidencia de linfedema del miembro superior en ningún punto temporal después de la cirugía.
Otra revision sistemática, con búsqueda realizada en 2009(2), incluyó seis ensayos clínicos randomizados. Las conclusiones fueron similares: el ejercicio precoz comparado con el iniciado posteriormente no afectó a la incidencia de linfedema postoperatorio; pero la introducción de los ejericicos de forma precoz mejoró la amplitud de movimientos del hombro.
Posterior a estas revisiones sistemáticas se han localizado los siguientes ensayos clinicos randomizados:
- 120 mujeres fueron distribuidas a un grupo control que recibían de forma precoz sesiones de educación sanitaria y en el otro grupo, además de la educación sanitaria, recibían un programa de fisioterapia que comprendía masaje linfático y ejercicios de hombro(3). La incidencia de linfedema clínicamente significativo, al año de seguimiento, fue mayor en el grupo de control (25%) que en el de intervención (7%) con una p=0,01.
- En 160 mujeres se evaluó un programa de ejercicio semanal durante dos meses, con inicio a las 4-6 semanas de la intervención quirúrgica, comparado con un grupo control sin ejercicio(4). No hubo diferencias significativas en los síntomas y no se observó diferencias en la incidencia de linfedema.
- 104 pacientes a las 4-12 semanas tras la intervención quirúrgica fueron distribuidas a un grupo que recibían educación sanitaria o un programa de jercicios(5). Hubo una mejora en función física en el grupo de ejercicios, sin que hubiera diferencias significativas en el volumen del brazo, entre los dos grupos.
- 154 mujeres se distribuyeron a un grupo de programa de levantamiento de pesos, comparando con la no realización de ejercicio, sin que se observaran diferencias estadísticamente significativas en la aparición de linfedema en cada uno de los grupos(6).
- En 160 pacientes el drenaje linfático mediante masaje no modificó la tasa de incidencia de linfedema en comparación con el grupo al que se le realizó solo el programa de ejercicios(7).
El sumario de evidencia de Uptodate sobre tratamiento y prevención de linfedema(8), tras revisar los ensayos clíncios publicados, resume que hay poca evidencia para respaldar una u otra intervención, o comparar el beneficio de una o de otra modalidad de tratamiento de fisioterapia.