En diversos manuales, protocolos y GPC(1,2), se señala como criterios de utilidad e indicaciones de uso de los reservorios, y por lo tanto son habitualmente recomendados por ser una vía de acceso cómoda y rápida, la administración de fármacos, quimioterapia, componentes sanguíneos, sueroterapia, nutrición parenteral o extracción de muestras sanguíneas.
Concretamente el catéter tipo Hickman es el más utilizado en pacientes onco-hematológicos debido a la cantidad de perfusiones y de extracciones venosas que precisan los tratamientos de estos pacientes, del largo proceso del tratamiento y del fácil manejo por parte del paciente o familiar a su cuidado. Son usados con frecuencia cuando se requiere tratamiento intravenoso prolongado (superior a 6 meses) sin períodos de severa inmunosupresión.
Los objetivos que se persiguen con la utilización de un reservorio subcutáneo son:
- Disponer de un acceso venoso rápido, seguro y eficaz en pacientes con árbol vascular periférico deteriorado.
- En tratamientos prolongados, con fines diagnósticos y terapéuticos.
- Reducir el número de venopunciones traumáticas.
- Mantener en perfecto estado la vía venosa central de larga duración.
- Evitar la aparición de infecciones, coagulación o daños por extravasación.
- Disminuir el dolor y la ansiedad del paciente hacia la venopunciones.
- Mantener el capital venoso periférico del paciente.
- Facilitar el tratamiento ambulatorio.
- Favorecer la comodidad del paciente, así como la calidad de vida.
La medición de la PVC no se especifica concretamente como uso habitual del reservorio, como no sea que en el objetivo 2, al referirse a "fines diagnósticos" se incluya la PVC.
Aunque se han encontrados dos estudios que miden la PVC con catéteres totalmente implantados (con reservorios):
Un estudio comparativo(3), que mide la PVC con catéteres rígidos (de poliuretano) y catéteres flexibles (de silicona) en 5 niños que habían sido sometidos a Trasplante de Médula Ósea.
Todos los pacientes tenían la misma marca de catéteres. Tres tenían catéteres de estilo Hickmann (reservorio) y 2 tenían puerto subcutáneo (PS), pero seleccionaron pacientes que no les estuvieran pasando ningún medicamento o infusiones que no pudieran ser interrumpidos mas de 5 minutos sin causarles problemas. Las lecturas de la PVC fueron obtenidas de forma simultáneas por 2 observadores ciegos a las otras lecturas y según tipo de catéter. Se realizaron por triplicado (total de 690 lecturas). No se demostraron diferencias significativas entre el poliuretano y los catéteres de silicona (-1 + / - 3 cm H20), (media = -1 cm H2O). Ambos tipos de catéteres produjeron valores similares de PVC, por lo que ambos se pueden implantar y utilizar para medir la PVC en el contexto de emergencia.
Por las conclusiones se deduce que el requisito para medir la PVC desde un reservorio es que se tome mientras que no se esté utilizando para medicamentos o infusiones que no puedan interrumpirse mas de cinco minutos.
El otro estudio(4) es prospectivo, y verifica la exactitud de los puertos totalmente implantados (reservorios), los catéteres venosos centrales tunelizados (CVC), ampliamente utilizados en los pacientes con cáncer y los catéteres multi-lumen, utilizados en las unidades de cuidados intensivos (UCI), para medir la PVC, usando la presión auricular derecha (PAD) medida con un catéter de Swan-Ganz como patrón de referencia, en una UCI médico-quirúrgica en un centro integral oncológico.
Los sujetos fueron pacientes que tenían implantado tanto (1) un catéter de Swan-Ganz como catéteres (2) ya fueran tunelizados, de un único lumen o de múltiples lúmenes, o un puerto totalmente implantado.
Se midieron PAD y PVC simultáneamente en cada paciente. 56 pares de mediciones PAD-PVC se llevaron a cabo en 35 pacientes: Se estudiaron 6 catéter tunelizados, 6 no tunelizados de único lumen, 26 catéteres multi-lumen y 18 puertos totalmente implantados. La PAD medida en el catéter Swan-Ganz y la PVC medida en el CVC fueron fuertemente correlacionadas (r = 0,94, p <0,01), cualquiera que fuera el tipo de catéter. La diferencia media entre PAD y PVC fue -0,39 + / - 1,73 (SD) mmHg. En 51 casos (91%), la diferencia estaba dentro de los límites de acuerdo (-3,78 a 3,00 mmHg, método de Bland y Altman). Para cinco casos con una diferencia de 4 mm de Hg (tres puertos totalmente implantados, uno de doble lumen y otro de triple lumen), la PVC fue mayor que la PAD. Por lo tanto, la PVC se puede medir con precisión en los puertos totalmente implantados, en los catéteres tunelizados con un solo lumen y de múltiples lúmenes no tunelizados. Cuando la diferencia excede el límite acordado, la discrepancia entre las dos mediciones tiene una importancia limitada en la mayoría de los casos.