Las guías de práctica clínica (GPC) revisadas(1-4) coinciden en que el manejo de las verrugas genitales secundarias a infección por el virus del papiloma humano (VPH) en pacientes con infección por virus de inmunodeficiencia humana (VIH) no ha de ser diferente del de pacientes VIH negativos aunque se ha de tener en cuenta que los pacientes VIH positivos, asi como en otros casos de inmunosupresión, suelen tener lesiones más resistentes a los tratamientos habituales, requiriendo a menudo la combinación de varios de ellos y más de un curso de tratamiento, y lesiones con mayor tendencia a recurrir tras ser tratadas. Además se menciona en los documentos el mayor riesgo de estos pacientes a desarrollar neoplasias intraepiteliales anogenitales motivo por el cual se han de vigilar de forma estrecha.
Respecto a los régimenes terapéuticos recomendados para el manejo de las verrugas genitales de localización anal, la GPC de los Centers for Disease Control and Prevention (CDC)(1) sobre el tratamiento de las enfermedades de transmisión sexual establece:
- Crioterapia con nitrógeno líquido (aplicaciones cada 1-2 semanas), o
- ácido tricloroacético (TCA) o ácido bicloroacético (BCA) al 80% -90% aplicado directamente en las verrugas (aplicar una pequeña cantidad sólo a las verrugas y dejar secar; si se aplica una cantidad excesiva de ácido, en el área tratada debería aplicarse talco, bicarbonato sodico, o preparaciones jabonosas líquidas para eliminar el ácido que no ha reaccionado. Este tratamiento puede repetirse semanalmente, si es necesario), o
- extirpación quirúrgica (ya sea por escisión tangencial con tijera, afeitado tangencial, curetaje, o electrocirugía).
En cuanto a pacientes con coinfección por VIH, se indican como consideraciones a tener en cuenta:
- Las personas que están infectadas por el VIH son más propensos a desarrollar verrugas genitales que las personas sin esta infección.
- No hay datos que sugieran que las modalidades de tratamiento para las verrugas genitales externas deberían ser diferentes en personas VIH positivas. Sin embargo, estas personas puede tener verrugas más grandes o más numerosas, que pueden no responder al tratamiento y que pueden tener recurrencias más frecuentes tras este.
- En personas inmunodeprimidas puede desarrollarse con mayor frecuencia carcinomas de células escamosas (que surgen sobre las verrugas o se asemejan a ellas), por lo cual se requiere toma de biopsia para confirmar el diagnóstico ante casos sospechosos.
- Debido a la mayor incidencia de cáncer anal en hombres que mantienen relaciones sexuales con otros hombres infectados por el VIH, puede ser considerada la citología para la detección precoz de neoplasia intraepitelial anal. Sin embargo, la evidencia es limitada respecto a la historia natural de las neoplasias intraepiteliales anales, la fiabilidad de los métodos de detección precoz, la seguridad y respuesta al tratamiento, y la periodicidad de este enfoque de detección.
Otra GPC(2), también de los CDC, sobre el manejo de infecciones oportunistas en pacientes con infección por VIH, sugería las mismas opciones de tratamiento aunque añadía que existen datos limitados sobre la respuesta de los pacientes seropositivos al VIH a los tratamientos disponibles para las verrugas genitales, que los datos existentes son insuficientes para recomendar una modalidad de tratamiento frente a otro en estos pacientes y que que suele ser necesario utilizar más de una opción terapéutica en estos pacientes. Se comentan también en esta guía las tasas de eficacia previsibles con los tratamientos propuestos:
- La eficacia de la crioterapia, TCA o BCA sería de un 60% - 80%.
- La eficacia de la extirpacién quirúrgica puede llegar al 100%, dependiendo de la localización de las lesiones.