La búsqueda realizada no ha identificado ningún artículo que describa algún tipo de complicación tras la inserción de una vía periférica en un paciente portador de una fístula arteriovenosa (FAV), o que indique que, en este paciente, la inserción de una vía periférica esté contraindicada.
En guías de práctica clínica (GPC)(1,2,3) que abordan la adecuación de los accesos vasculares en pacientes con enfermedad renal crónica (ERC) se comenta la necesidad de evitar las venopunciones innecesarias y la importancia de proteger la venas de los miembros superiores, fundamentalmente del brazo no dominante (como norma general, para la formación de un acceso vascular para hemodiálisis se prefiere el brazo no dominante y la localización distal frente a la proximal), debido a la posible necesidad futura de una FAV, u otro tipo de acceso vascular:
Una GPC(1) recomienda a los trabajadores sanitarios evitar venopunciones indiscriminadas y
la colocación de accesos venosos en la extremidad superior previsiblemente destinada a la formación de un acceso vascular para hemodiálisis (Grado de recomendación 2C: Recomendación débil con bajo nivel de evidencia).
En otra GPC(2) realizada con el propósito de reseñar la importancia de la preservación de las venas periféricas en pacientes con ERC encontramos que:
- Las venas dorsales de la mano dominante son el lugar preferido para la punción venosa y para la utilización de terapias de infusión de uso a corto plazo y no agresivas.
- Las venas del antebrazo, las venas del brazo y la vena subclavia son de vital importancia para la creación de una FAV y se deberían utilizar sólo cuando no están disponibles la venas de la mano o si es poco probable que el paciente requiera en un futuro un acceso vascular para hemodiálisis.
- Para evitar la utilización prolongada de venas periféricas se deben aplicar lo antes posible alternativas de accesos venosos a largo plazo (catéter central).
En una útlima GPC(3) también se comenta que en pacientes con ERC estadios 4 o 5, las venas del antebrazo o brazo, en las que previsiblemente se podría colocar un acceso vascular, no deberían ser usadas para venopunción o colocación de catéteres. (Grado de recomendación B: Se recomienda que los médicos habitualmente sigan esta pauta en los pacientes candidatos. Hay evidencia moderadamente sólida de que la práctica mejora los resultados de salud). Como consideraciones prácticas añade la guía que:
- Las venas del dorso de la mano deberían ser el lugar de elección para la canulación intravenosa.
- Si es necesario utilizar las venas del brazo los puntos de venopunción se deben rotar.
En un protocolo de un hospital del servicio de salud de Castilla la Mancha(4) sí se indica que a la hora de decidir donde canalizar una vía venosa hay que tener en cuenta procesos previos entre ellos la existencia de una FAV, sin embargo no se especifica el motivo de tal recomendación o las fuentes en las que se basa.