No se ha localizado investigación que evalúe programas conductuales para conseguir cambios en los hábitos de alimentación en niños (3-11 años) sanos "mal comedores", pero se han encontrado varios estudios que evalúan intervenciones para cambiar hábitos de alimentación, con respecto al aumento del consumo de vegetales y frutas, en niños sin problemas con los hábitos alimenticios:
Un estudio(1) examina, a través de encuestas realizadas a los padres y cuidadores (n=83) de escolares, los cambios sobrevenidos en el hogar tras una intervención basada en un curso, recibido por los niños, sobre frutas y vegetales (FV). Los resultados principales miden: actitud del niño con respecto a la demanda, accesibilidad/disponibilidad de FV, ánimo parental y consumo de FV. Los resultados indican que los niños compartieron sus experiencias en casa, por lo que en el entorno del hogar cada vez había más apoyo para el consumo de FV. Los padres informaron de un aumento (P < .01) en la frecuencia que su hijo pidió FVs. También mejoró el valor que los padres dieron al consumo de FV (P < .01), mejoró la disponibilidad de frutas (P < .05), vegetales (P < .001) y el ánimo parental hacia FVs (P = .06). Los autores concluyen que las intervenciones que proporcionan actividades que comprometen a los padres pueden proporcionar un beneficio añadido por mejorar el entorno alimentario en el hogar.
Un Ensayo Clínico Aleatorio (ECA)(2) evalúa los efectos de un programa de educación sobre nutrición para enseñar a escolares (de 2º, 3º y 4º grado elemental) y a sus padres y distinguir entre diversas categorias de alimentos más sano y menos sano. Grupo intervención (n=628): 3 escuelas que recibieron el programa Nutrition Detectives™; grupo control (n=552) otras 2 escuelas que no lo recibieron. El programa enseñó a los niños a leer etiquetas alimentarias y detectar engaños de marketing, mientras aprendían a identificar y escoger comidas saludables. Los padres participaron a través de material escrito enviado a casa y reuniones en la escuela. El grupo intervención mostró un aumento significativo en la alfabetización de etiquetas de nutrición (p < .01). Los estudiantes de 3º grado mostraron más mejoría, 23% (p < .01). Los padres de los estudiantes del grupo intervención también mostraron un aumento significativo en alfabetización de la etiqueta, 8% (p < .01). El estudio concluye que el programa Nutrition Detectives™ realza eficazmente la habilidad de estudiantes y padres para identificar y elegir los alimentos más nutritivos.
Un ECA(3) multicéntrico examina la efectividad de la educación centrada en el aprendizaje para trasferir un mensaje de cambio en el consumo de frutas y verduras. El grupo intervención fue formado con los participantes en el programa Finding the Teacher Within (FTW) y se comparó a los 4 y 6 meses después de que los participantes asistieran al programa Special Supplemental Nutrition para mujeres, bebés y niños (WIC) para el consumo de frutas y vegetales (FV). Fueron seleccionadas sesenta madres con niños pequeños, 30 seleccionadas por 3 agencias para la intervención y 30 de otras 3 agencias para la comparación. La diferencia más significativa entre los grupos fue que los participantes del grupo intervención dieron más valor, importancia y pertinencia a la información sobre la FV, adoptando nuevas prácticas con respecto a su consumo después de las clases. El ECA concluyó que el programa WIC demostró que los mensajes dados a través de este proceso pueden ser retenidos e integrados en las prácticas de vida familiar.
Un estudio posterior(4) compara el impacto de la educación sobre nutrición a través de Internet frente a la educación tradicional sobre nutrición con el Programa WIC para el consumo de FV. Las intervenciones se realizaron en un total de 692 usuarios (Internet) y 872 participantes en el Programa WIC. Los datos se recogieron en intervalos de 3 meses durante un periodo de 9 meses. Los resultados se midieron antes, inmediatamente después de la intervención y 3 y 6 meses después de la intervención. El grupo de Internet experimentó diferencias positivas sustanciales en la etapa de progresión de cambio, percepción de la utilidad y sencillez de la intervención y en el consumo de FV. La educación tradicional sobre nutrición requirió seguimiento y orientación para conseguir niveles similares al grupo de Internet. El estudio concluye que la educación sobre nutrición con soporte en Internet es una alternativa viable a la educación de nutrición tradicional para incrementar el consumo de FV en mujeres, bebés y niños.
Una Revisión Sistemática (RS)(5) evalúa la efectividad de los programas de prevención de los trastornos de la alimentación (TA) en niños y adolescentes en la población general y en poblaciones en riesgo que no tuvieran un diagnóstico conocido de TA del DSM-IV. Entre los tipos de intervenciones medidas para la prevención de los TA incluyó asesoría y educación acerca de los TA y sus consecuencias. La RS concluye: el efecto significativo combinado que se encontró en esta revisión no permite plantear conclusiones firmes acerca del impacto de los programas de prevención para los TA en niños y adolescentes, aunque no evidenciaron la existencia de efectos nocivos. Se necesita hacer un seguimiento en el desarrollo de los efectos a largo plazo que tienen las intervenciones con el fin de demostrar una reducción en la incidencia de los TA y en los factores de riesgo asociados.
Un resumen de evidencia de Uptodate(6) sobre los hábitos alimenticios en la adolescencia indica que la nutrición sana puede jugar una función en la prevención de diversas enfermedades crónicas (obesidad, enfermedad de coronaria, ciertos tipos de cáncer, derrame cerebral y diabetes tipo 2). Para ayudar a prevenir las enfermedades relacionadas con la dieta, los investigadores han propuesto que las conductas alimenticias sanas tendrían que ser establecidos durante la niñez y mantenidas durante la adolescencia. El sumario señala que los profesionales de cuidados primarios tienen una posición óptima para explorar estado de nutrición, proporcionar orientación y derivar a un dietista si fuera necesario y que la American Medical Associations Guidelines for Adolescent Preventive Services (GAPS)(7) recomienda que estos profesionales proporcionen guía con respecto a hábitos dietéticos, incluyendo beneficios de una dieta sana y maneras de mejorar los hábitos alimenticios. Entre las recomendaciones generales que se dan a los profesionales que trabajan con adolescentes se señalan intervenciones para el cambio de las conductas y hábitos alimenticios: informar sobre que es una dieta sana, enfatizar en la variedad de los nutrientes necesarios; educar sobre la reducción de: productos lácteos grasos y animales, tamaño de las porciones y de la frecuencia de consumo de determinados alimentos altos en grasa; y sobre el aumento de: consumo de frutas, vegetales y cereales integrales; educar a los adolescentes, particularmente mujeres, sobre la importancia del consumo de calcio para la salud ósea y de hacer todas las comidas, particularmente el almuerzo; enseñarles cómo hacer elecciones nutricionales sanas, atractivas y variadas; informar a los adolescentes que hacer dietas no es sano y que los esfuerzos para la reducción de peso pueden comprometer la nutrición, el crecimiento y la salud y puede aumentar el riesgo de desarrollar un desorden alimenticio; etc.Con respecto a la existencia de guías, protocolos, programas o similares para capacitar a los padres en la reeducación del hábito de alimentación, se han hallado diversos documentos y páginas de información:
- Dos guías que se complementan: la primera(8) facilita mediante propuestas prácticas el desarrollo de intervenciones en la alimentación saludable, para que niños de 6 a 16 años aprendan a valorar desde edades tempranas la importancia que tiene la alimentación en el mantenimiento de la salud; la segunda(9) ofrece ayuda a las familias para que exista una correlación entre lo aprendido en el centro educativo y la vida cotidiana.
- Guía(10) para el aprendizaje de hábitos alimentarios y erradicación de malos hábitos.
- Guía de uso para padres de niños inapetentes(11).
- Web de Fisterra(12) hace recomendaciones concretas a padres de niños que no comen: no utilizar los alimentos como premio/castigo, introducir alimentos nuevos gradualmente y mostrarlos de forma atractiva, diversificar los alimentos, distribuir regularmente las comidas, evitar alimentos poco nutritivos que quitan el apetito, enseñar al niño a comer de todo y no abusar de nada, limitar el consumo de "calorías vacías", ofrecer alimentos preparados en casa, frutas y productos lácteos, comer en la mesa con su familia, etc.
- Web de información al usuario de Medline(13) sobre la nutrición del niño. Aporta pautas que ayudarán a darle una dieta nutritiva, haciendo algunas recomendaciones básicas, para crear un entorno doméstico que fomente la alimentación saludable y el mantenimiento de un peso saludable.