Los documentos encontrados no hacen diferencias entre pacientes con diabetes tipo 1 ó 2, con respecto al tamaño de la aguja que se ha de utilizar para inyectar la insulina.
Una Guía de Práctica Clínica (GPC) (1) para pacientes adultos con diabetes tipo 2, que comienzan el tratamiento con insulina, indica que las agujas subcutáneas vienen en longitudes de 5, 6, 8, 12 y 12,7 milímetros. Para evitar inyectar Intramuscular (IM) la insulina, si los pacientes son delgados, o si van a utilizar un sitio de inyección con poco tejido adiposo subcutáneo (TAS), pueden necesitar pellizcar la zona y/o utilizar una aguja de longitud más corta. Además, estas agujas más cortas reducen el miedo a las inyecciones de la mayoría de los pacientes, sin importar edad o peso. Algunas personas prefieren agujas más largas, pero pueden necesitar realizar en la zona un pellizco mayor o inyectar en un ángulo menor a 90º para evitar inyectar en el músculo.
También se ha encontrado resultados de investigaciones posteriores:
Un Ensayo Clínico (2) indica que la longitud más apropiada de la aguja para pacientes con insulina depende del grosor de la piel (GP) y de la distancia a la zona muscular; y señala que, de forma involuntaria, pueden inyectarse IM, lo que aumentaría el dolor y/o afectaría al control adecuado de la glucosa. El objetivo del estudio fue medir el TAS en 388 adultos (de 18 a 85 años) con diabetes tipo I, que fueron agrupados en tres subgrupos: <25, 25–29.9, y ≥30 kg/m2 de índice de masa corporal (IMC). El IMC medio de los sujetos fue de 19.4-64.5 kg/m2. El GP del muslo era 50,6mm más fino que el de las nalgas. Las diferencias de 10 kg/m2 de IMC explican los 0,2mm de variación del GP. La media del TAS fue: de 10,8mm en el brazo, 10,4mm en el muslo, 13,9mm en el abdomen y en las nalgas 15,4mm. Las mujeres tenían 5,1mm mas de TAS. Las diferencias de 10 kg/m2 de IMC explican los 4mm de variación. El estudio concluye que las agujas de ≥8mm, insertadas perpendicularmente pueden entrar con frecuencia en el músculo de los miembros de varones con <25 kg/m2 de IMC. Las agujas de 4-5mm, con la inserción de 90º, en casi todos los adultos se insertan en el tejido subcutáneo con un mínimo riesgo de inyección IM.
Un Ensayo Clínico Aleatorio (ECA) (3) señala que, para algunos pacientes diabéticos, las inyecciones subcutáneas se asocian a dolor, malestar, y ansiedad. El ECA compara, en 119 pacientes con diabetes tipo 1 y 2 tratados con insulina, dos tipos de agujas: una de calibre 32 y 6mm de longitud y la otra de calibre 30 y 8mm de longitud, siendo utilizadas con un dispositivo de inyección. Se midió: preferencias de aguja y opiniones acerca del dolor percibido. El 58% prefirieron la inyección con aguja de calibre 32 y 6mm de longitud. Concluyen los autores que estas agujas fueron la alternativa viable a las agujas de calibre 30 y 8mm de longitud para pacientes que se administran inyecciones diarias de insulina. Otro ECA (4) compara también las agujas de calibre 32 y 6mm de longitud con agujas de calibre 31y 5mm de longitud en 30 pacientes diabéticos que se inyectan insulina, rango de edad de 57.8 +/- 7.6 años, con promedio de IMC de 23.0 +/- 3.1 kg/m2. Los pacientes estuvieron más satisfechos con el uso de la aguja de calibre 32 y 6mm de longitud (P < 0,0001); les dieron menos miedo (P < 0,05) y les resultaron menos dolorosas (P < 0,01); además la sangría fue menos frecuente y les causó menos contusión en la piel (P < 0,001) que la aguja de de calibre 31 y 5mm de longitud. Los autores sugieren que el diámetro y el diseño de la aguja desempeñan un papel importante en la reducción de dolor de la inyección y de la ansiedad frente a la aguja, lo que es particularmente importante para la iniciación de la insulina.
Una revisión narrativa(5) sobre la importancia del tamaño de la aguja hipodérmica para inyectar, entre otras medicaciones, la insulina, nombra: dolor, ansiedad, fobia y dificultad para utilizarla como complicaciones para su uso. Para aumentar la aceptación y minimizar el dolor por parte del paciente, se han desarrollado agujas de calibres menores. Sin embargo, la reducción del dolor debe ser equilibrada frente a otras limitaciones: profundidad, volumen y formulaciones de la medicación introducida por las dimensiones de las agujas. Concluye que las agujas más pequeñas pueden reducir el dolor y proporcionar otras ventajas que puedan aumentar la conformidad y confortabilidad del paciente. Las agujas finas de calibre 33-31 han ganado la aceptación clínica y están en desarrollo agujas aún más pequeñas. Sin embargo, estas no son convenientes para todos los usos. Los tamaños que recomiendan los autores para la inyección de insulina son generalmente de un calibre de 31-29, insertadas a una profundidad de 6-13mm.