Considerando como población a una mujer con gestación a término sin signos de inicio de trabajo de parto, se ha localizado la siguiente información respecto al riesgo de infección asociado a la realización de tactos vaginales:
En una guía de práctica clínica(1) sobre los cuidados prenatales se indica que el examen cervical en gestante a término es útil para diagnosticar presentaciones anormales e identificar el grado de dilatación cervical y que esta exploración no incrementa el riesgo de rotura de membranas, la tasa de inducción o de cesárea, o el riesgo de infección neonatal o materna. Comenta la guía en este punto los resultados de una revisión sistemática de la Cochrane(2) que analiza el papel del despegamiento de membranas para la inducción del trabajo de parto. En esta revisión se incluyeron 22 ensayos clínicos aleatorizados de los cuales 19 comparaban la realización de un despegamiento de membranas durante el examen vaginal con ningún examen vaginal o el examen vaginal solamente para la evaluación cervical, en gestantes con ≥ 37 semanas de gestación. Un total de 2389 mujeres participó en estos estudios. La intervención no modificó el riesgo de cesárea (riesgo relativo (RR): 0,90; intervalo de confianza del 95% (IC): 0,70 a 1,15). La morbilidad neonatal grave/muerte perinatal fue poco frecuente y fue similar entre los grupos (3/417 versus 2/413). No se informó sobre morbilidad materna grave o muerte. En base a estos datos, los autores concluían que no hay pruebas de que, en una gestación a término, el despegamiento de las membranas durante el examen vaginal aumente el riesgo de infección materna y neonatal o de rotura prematura de las membranas.
Los resultados de dos ensayos clínicos tampoco muestran un aumento del riesgo de infección secundario a la realización de un tacto vaginal:
- En uno de los estudios(3), realizado con el objetivo de determinar los riesgos asociados con el examen cervical anteparto en las mujeres con embarazos múltiples, se compararon los resultado obstétricos de 89 gestantes a las que se realizó un examen cervical de rutina en cada visita clínica, con los resultados obstétricos de 288 gestaciones gemelares en las que el examen cervical se hizo únicamente por indicaciones obstétricas. El análisis de los datos no reveló diferencias significativas en las complicaciones médicas o la morbilidad infecciosa.
- El objetivo del segundo estudio(4) fue determinar si los exámenes cervicales de rutina antes del parto en gestantes a término estaban asociados con rotura prematura de membranas (RPM). Un total de 604 gestantes a término se asignaron al azar a un grupo intervención, en el que se realizaba un examen cervical semanal desde las 37 semanas hasta el parto, o a un grupo control, en el que no se realizaban exploraciones de rutina (sin indicación clínica). No hubo diferencias estadísticamente significativas en la tasa de RPM o RPM prolongada (más de 6 horas) y además, no hubo diferencias entre los grupos en otros resultados pertinentes, incluidos parto por cesárea, inducción del parto, aceleración del parto, corioamnionitis o morbilidad infecciosa neonatal.