sUna Guía de Práctica Clínica (1) para el tratamiento del desorden bipolar indica que es mas efectiva la psicoeducación enfocada a la familia (PEF) en el primer episodio de este trastorno, ya que cubre aspectos tales como la comunicación y las habilidades para solucionar problemas, frente al cuidado estándar del hospital (solamente tratamiento farmacológico). Señala que los pacientes tienen una mayor adherencia al tratamiento y les alivia los síntomas (particularmente depresivos) mejorando el funcionamiento social y psicológico. La psicoeducación ofrece al paciente y a familia un acercamiento conceptual práctico a la enfermedad, una satisfacción con el tratamiento e identifica muestras de detección temprana de posibles recaidas.
Un ensayo Clínico Aleatorio (ECA) (2) sobre los efectos de un programa de psicoeducación enfocado a la familia (PEF), conjuntamente con farmacoterapia, a lo largo de ocho meses. Se escogieron pacientes poco después de un episodio agudo. Se aplicó a un grupo de 101 pacientes el programa PEF, de 21 sesiones y al grupo control (31 pacientes) se les aplicó 2 sesiones de educación familiar y seguimiento para el manejo de las crisis (MC). Evaluaron a los pacientes de ambos grupos cada 3 meses, durante 1 año en cuanto a recaídas, severidad de los síntomas y conformidad con la medicación. Los pacientes asignados a PEF tenían pocas recaídas y el tiempo entre recaídas era mas largo que en el grupo de pacientes con el programa MC. Los pacientes en PEF también mostraron una mayor mejoría en síntomas depresivos (pero no en los maníacos). Las mejoras más drasticas estaban entre los pacientes con PEF, cuyas familias tenían una alta emoción expresada. No había diferencias entre los pacientes con PEF o MC con respecto a la conformidad con la medicación. Los autores concluyen que el PEF parece ser una eficaz ayuda a la farmacoterapia para tratar el desorden bipolar.
Otro ECA (3) compara el tratamiento de psicoeducación enfocado a la familia (PEF) (N = 53) con el tratamiento individual (TI) para el desorden bipolar (n=23), en pacientes en fase maníaca recientemente hospitalizados. Se incluyó a población joven (edad media 26 años), reclutada durante un episodio maníaco agudo en tratamiento (el 40% en un primer episodio), comenzando una vez estabilizados los pacientes. Todos los pacientes recibieron tratamiento farmacológico. Los pacientes con PEF tuvieron menos rehospitalizaciones que los pacientes con TI. También experimentaron pocas recaídas con respecto a los desórdenes del humor durante los siguientes 2 años, aunque no se diferenciaron de los pacientes en PI en cuanto a la probabilidad de la primera recaída. Los resultados sugieren que el tratamiento PEF de la familia es útil adjunto a la farmacoterapia. Para esta población hay evidencia de que, comparado con PI, una intervención con la familia dio lugar a mejores resultados según recaídas y hospitalizaciones. Por lo que indica que los profesionales de salud deben considerar el ofrecer una intervención enfocada a la familia y a los miembros de estaq cuando estén en contacto regular con personas con desorden bipolar.
Un estudio descriptivo (4) sobre la experiencia de psicoeducación en un grupo multifamiliar del proyecto TIPS (Early Intervention in Psicosis = Intervención temprana en psicosis). Se hizo una selección de 55 pacientes jóvenes que vivían con sus familias. Solo 20 terminaron el programa completo, que consistía en dos años de tratamiento farmacológico, psicoterapia e intervención familiar. Esta última constaba de jornadas informativas y de grupos familiares. El estudio indica la necesidad de ofrecer esta intervención a todas las familias. Loa autores señalan que, debido a la baja incidencia de la psicosis en su primer episodio, sería necesario que se coordinara este tratamiento entre diferentes centros para establecer grupos homogéneos.
Otro estudio descriptivo (5) sobre grupos multifamiliares de psicoeducación también basado en el modelo de McFarlane (TIPS - Early Intervention in Psychosis = Intervención temprana en psicosis), fue puesto en marcha para pacientes adultos que experimentaron un primer episodio de psicosis y para sus familias. Participaron 147. La negación de los pacientes y las familias a participar aumentaba con la edad. La mayoría tuvieron que esperar entre seis y 12 meses hasta que hubo un número suficiente para comenzar el grupo. El tratamiento fue recibido bien tanto por los pacientes como por las familias. El estudio aconseja la prevención de la larga espera hasta el comienzo del grupo. Concluye que el tratamiento multifamiliar de psicoeducación es provechoso para los pacientes que experimentan un primer episodio de psicosis; y que para contrarrestar la tendencia de los pacientes más mayores a rechazar la participación, los programas se deben adaptar a las necesidades de estos pacientes. Aconseja mayores esfuerzos para contactar con los pacientes y a sus familias lo más rápidamente posible.