Hay una pregunta similar realizada en abril de 2008, e incluida en el Banco de Preguntas de este Servicio Preevid (puede acceder a ella al final de esta página). Tras actualizar la búsqueda hemos encontrado, 1 informe de evaluación de tecnologías sanitarias y un ensayo clínico aleatorio (ECA) que miden la eficacia de la psicoeducación en personas con primer brote psicótico (PEP):
El informe de evaluación de tecnologías sanitarias (1), tras una revisión sistemática (RS) de la literatura previa, ofrece los resultados de un ECA realizado, en el que se incluyen 96 pacientes con PEP. El ECA se plantea los objetivos de:
- valorar la eficacia del Tratamiento Psicológico Integrado (TPI) (psicoeducación y terapia psicológica) como terapia complementaria al tratamiento farmacológico y psiquiátrico en personas que han sufrido un PEP
- Mejorar la coordinación entre las diferentes estructuras sanitarias encargadas del tratamiento de los PEP (intra y extrahospitalarias) para ayudar a estos pacientes en la vuelta a la vida normal tras la hospitalización.
En el ECA, con evaluador enmascarado, los pacientes que sufren un PEP son asignados a dos ramas de tratamiento:
1. Tratamiento Habitual TAU: tratamiento farmacológico y sesiones periódicas con su psiquiatra (16 sesiones).
2. Tratamiento Integrado TI: tratamiento farmacológico, sesiones periódicas con su psiquiatra (tratamiento habitual) + TPI (16 sesiones de tratamiento psicoeducativo y psicoterapéutico) con la persona afectada.
Se recogen los datos en el momento basal y tras el tratamiento (6 meses tras inclusión en los grupos).
Se observa una mejoría (clínica y funcional) a la finalización del tratamiento (6 meses). Pero los pacientes del TI muestran una reducción de la sintomatología en más áreas que los del TAU. Al comparar la mejoría experimentada por los pacientes en ambos grupos, se encontró que los pacientes que realizaron el TI frente al TAU habían reducido de manera más significativa su sintomatología negativa y habían mejorado su funcionalidad.
La tasa de ingresos del grupo con TI es menor que la del grupo TAU y el tiempo que pasa hasta la recaída es mayor en este grupo. Por otro lado, también se puede observar que los pacientes que realizan el TI tienen una mayor facilidad para abandonar el consumo de tóxicos. El TI mejora la conciencia de enfermedad y la adherencia al tratamiento.
A la vista de estos resultados es importante plantearse la necesidad de implementar el TI de manera sistemática en los centros sanitarios, ya que estas enfermedades se manifiestan en edades muy tempranas produciendo en muchas ocasiones una ruptura biopsicosocial, afectando a áreas tan importantes como son la familiar, social, escolar y laboral.
El ECA concluye que el TI junto con el TAU que se aplica a los PEP mejora la evolución de los pacientes, reduciendo la sintomatología psicótica, ansiosa y depresiva, mejorando la funcionalidad. Recomienda la extensión del TI, ya que se ha demostrado su efectividad a los 6 meses del tratamiento. Aunque también recomienda seguir ampliando la muestra de pacientes que reciben este tratamiento, así como ampliar el seguimiento de éstos para evaluar de forma más específica su evolución y pronóstico.
El ECA(2) examina si las personas con PEP que participan simultáneamente en una intervención de Psicoeducación Grupal Multifamiliar (PGM) e intervención cognitiva (IC) (que se ha demostrado que mejora el funcionamiento cognitivo de las personas con trastornos psicóticos) serán menos propensas a experimentar una recaída que personas que participan solo en PGM. 20 personas con PEP fueran asignadas al azar a una de las intervenciones: (i) PGM simultáneamente a IC o (ii) PGM sola. El resultado primario fue la recaída de los síntomas psicóticos. Los resultados secundarios fueron: funcionamiento social y profesional, calidad de vida relacionada con la salud, utilización de servicios, vida independiente, funcionamiento cognitivo y carga del cuidador (ansiedad y depresión).
Se concluye que la PGM es un tratamiento basado en la evidencia y costo-efectiva para los trastornos psicóticos. Sin embargo, al igual que todas las intervenciones psicosociales, ciertos individuos que participan en PGM experimentan resultados negativos. La Intervención cognitiva ofrece la posibilidad de mejorar el déficit en el funcionamiento cognitivo, que a menudo acompaña a los síntomas psicóticos y puede restringir la magnitud de los beneficios clínicos derivados de PGM.
Con respecto a la mejora de los resultados en los familiares se ha seleccionado dos estudios de serie de cuidadores de pacientes y una RS:
Uno de los estudios(3) señala que las guías de mejores prácticas internacionales para la gestión del PEP han recomendado la prestación de psicoeducación para los grupos multifamiliares. Pero aunque existe una amplia evidencia de su eficacia en la psicosis multiepisodio, hay una escasez de pruebas que apoyan este enfoque específicamente para PEP. El estudio determina si un programa de psicoeducación cuidador de seis semanas dirigido específicamente a PEP mejora el conocimiento y las actitudes del cuidador. Los cuidadores de personas con PEP completaron un cuestionario de 23-items, versión adaptada del Family Questionnaire (KQ) y otro de 17- ítems, versión adaptada del cuestionario Drug Attitudes Inventory (DAI), antes y después de las seis semanas. Durante un período de 24 meses, 31 cuidadores (13 de alto nivel socioeconómicos; 13 de bajo nivel socioeconómicos; y cinco sin especificar; 19 mujeres; 12 hombres) participaron en el programa. El conocimiento general sobre la psicosis y el conocimiento específico sobre el tratamiento mejoró entre los cuidadores en general (p <0,01; el tamaño de efecto de 0,78 y 0,94 respectivamente). No hubo diferencias significativas entre géneros o niveles socioeconómicos en ninguna de las mejoras. El estudio confirma que la psicoeducación al cuidador de pacientes con PEP mejora directamente el conocimiento de la enfermedad general y, en particular, el conocimiento de la medicación. El género no es un factor determinate, mientras que la falta de diferencias socioeconómicas disipa el mito de que los pacientes en los grupos socioeconómicos más bajos se encuentran en desventaja porque sus cuidadores saben menos.
La RS(4) investiga la eficacia de la psicoeducación en la mejora del bienestar de los familiares de personas con esquizofrenia e identifica los componentes comunes, consideraciones de implementación, y la retroalimentación de los participantes. Se incluyeron 58 estudios (cualitativos y cuantitativos). Los resultados señalan que la Psicoeducación resultó ser consistentemente eficaz para mejorar el conocimiento de los familiares y su afrontamiento. Sin embargo, tuvo menos éxito en el cambio de la morbilidad psicológica, la carga de los familiares, o la emoción expresada. Especialmente valorado por los familiares fue el formato grupal, que les daba la posibilidad de compartir experiencias con otros cuidadores. Se concluye que la psicoeducación debería ser proporcionada de forma rutinaria a los miembros de la familia tan pronto como sea posible. Se hacen sugerencias para el diseño de una intervención psicoeducativa óptima y su aplicación con éxito, y de una mayor investigación.
Por último, el otro estudio(5) de serie de cuidadores de pacientes, basado en los resultados de un cuestionario (pre y post) evalúa un programa de psicoeducación proporcionado dentro de un servicio público de salud mental de adultos, diseñado para las familias de personas con un primer episodio de psicosis (PEP). Se midieron cuantitativamente los cambios de los participantes en las percepciones de sus conocimientos y la comprensión con respecto a la enfermedad y su tratamiento por asistir al grupo. También se midieron elementos cualitativos para determinar otros conocimientos adquiridos o los beneficios percibidos y cualquier comentario crítico. El programa mejoró significativamente la percepción de comprensión de la psicosis, la recuperación y la prevención de recaídas por parte de los cuidadores. En cuanto a los elementos cualitativos, los participantes indicaron el apoyo percibido y el sentimiento de que se sienten menos aislados por la asistencia a los grupos, ganando un sentido de la experiencia colectiva y la oportunidad de compartir experiencias y sentirse escuchados por los compañeros. La evaluación demuestra la eficacia de dicho grupo y la importancia de los servicios públicos de salud mental en la prestación de las intervenciones familiares en la atención del PEP.