Una Revisión Sistemática (RS) 1 que se plantea la pregunta de si las enfermeras de salud mental experimentan estrés en su trabajo y si las intervenciones para el manejo de dicho estrés son eficaces, incluye 77 estudios. Estos señalan como fuente de estrés: la carga de trabajo, los recursos pobres, el conflicto de rol, la inseguridad del trabajo y los problemas con el paciente. Se asoció un estrés menor a una buena red de apoyo (supervisión en el trabajo, una buena vida en el hogar, o ambas) y a intereses externos. Entre las intervenciones beneficiosas se incluyeron: entrenamiento en terapias con técnicas de comportamiento, habilidades terapéuticas, intervenciones psicosociales, técnicas de relajación y manejo del estrés. Se sabe mucho sobre las fuentes del estrés en el trabajo, sobre cómo medirlo y sobre el impacto, pero se encontró en esta RS que se carece de la traducción de estos resultados en la práctica para reducir al mínimo algunos de estos estresores. La RS encontró una gran escasez de estudios de buena calidad sobre el impacto de las intervenciones para el manejo del estrés y sobre intervenciones de la organización para paliar este problema, lo que dificulta la generalización de los resultados.
También hemos encontrado otra RS 2 que evalúa la efectividad de las intervenciones orientadas al trabajo y a las personas en la prevención del estrés de los trabajadores de la atención sanitaria en general, empleados en cualquier ámbito de la asistencia sanitaria, o estudiantes de enfermería o de medicina que realizaban trabajos clínicos, que no habían buscado activamente ayuda para afecciones como agotamiento, depresión o trastorno de ansiedad. Se incluyeron un total de 1.564 participantes en los grupos de intervención y 1.248 en los de control. Uno de los ensayos se realizó en una unidad de seguridad de salud mental forense. Se agruparon las intervenciones en: 1) dirigidas a las personas: cognitivo-conductual, relajación, creación de música, masaje terapéutico y de componentes múltiples; y 2) orientadas al trabajo: cambio de actitud y comunicación, apoyo de colegas y participación en la resolución de problemas y en la toma de decisiones; cambios en la organización laboral. Concluye la RS que existen pruebas limitadas de la efectividad de las intervenciones para reducir los niveles de estrés en los trabajadores de la atención sanitaria. Se necesitan ensayos más grandes y de mejor calidad. Esta RS compara sus resultados con los de otra RS 3 acerca de las intervenciones para mejorar el estado de ánimo del personal y que se restringió sólo a los trabajadores de salud mental. Se llegó aproximadamente a la misma conclusión que en la primera revisión, aunque el número de estudios incluidos fue inferior y utilizaron un rango mayor de medidas de resultado y de diseños del estudio. En esta RS se aplicó mayor precisión en las medidas de resultado y por consiguiente, fue posible cuantificar los mismos.
Una Guía de Práctica Clínica (GPC) 4 de la Nurses Association of Ontario, sobre el establecimiento de relaciones terapéuticas enfermera-paciente, señala en una de sus recomendaciones para prevenir el estrés y el Burnout, que las organizaciones considerarán el bienestar de las enfermeras, dándoles tanta importancia como el desarrollo de las relaciones terapéuticas en el cuidado del paciente y apoyarán a las enfermeras tanto como sea necesario, pero no especifica el tipo de programas preventivos que sería deseable aplicar para su consecuación.
En un ensayo clínico aleatorio (ECA) 5 se evalúa el efecto del Entrenamiento en Intervención Psicosocial (EIP) en las actitudes y en los niveles del Burnout clínico en un grupo de 33 enfermeras de salud mental forense, que trabajaban en una unidad psiquiátrica. Veinte de las enfermeras se ofrecieron voluntariamente para ser incluidas en un curso de aprendizaje de EIP y fueron asignadas aleatoriamente para recibir el entrenamiento, el grupo control se compuso por las que estaban en lista de espera. La duración del entrenamiento era 6 meses. Al comienzo y al finalizar, tanto el grupo experimental como el control formalizaron los cuestionarios de evaluación. Los resultados del grupo experimental demostraron mejoras significativas en el conocimiento y actitud sobre la enfermedad mental grave y una disminución significativa del Burnout, mientras que los del grupo control solo demostraron una pequeña mejora, no significativa, en conocimiento y actitudes y un aumento del Burnout. La conclusión del ECA fue que los resultados sugieren que las intervenciones que proveen a las enfermeras de salud mental de una comprensión mejor de la enfermedad mental grave y el entrenamiento en una gama más amplia de intervenciones, les ayuda a ser más positivas en sus actitudes hacia los pacientes con que trabajan y los efectos del estrés resultante de su papel como cuidadoras son menores.
Un segundo ECA 6 también presenta los resultados de una pequeña iniciativa para incorporar la evaluación del trabajo clínico en un equipo de salud mental comunitaria. Fueron 99 participantes los que se integraron en una serie de talleres de manejo del estrés, previamente cumplimentaron un cuestionario. Les realizaron un seguimiento a los 3 y 6 meses. En estos seguimientos los participantes en los talleres demostraron un mayor aumento del manejo del estrés que el grupo control, que no habían realizado los talleres. El ensayo concluye con la confirmación de la eficacia de las intervenciones preventivas para el manejo del estrés en las enfermeras de salud mental comunitaria y también indica que tales intervenciones son favorables a la hora de la evaluación de los resultados dentro del contexto de la rutina en la práctica clínica.