Una revisión sistemática de la Librería Cochrane para analizar el papel del ejercicio físico en la fibromialgia fue publicada en el 2001(1). En esta revisión se incluyeron dieciséis ensayos con 724 participantes. Los cuatro estudios de entrenamiento aeróbico de alta calidad informaron de mejorías significativamente mayores en los grupos de ejercicios versus los grupos control en relación con el rendimiento aeróbico (aumento del 17,1% en el rendimiento aeróbico versus un aumento del 0,5% en los grupos control), con el umbral de presión del dolor en los puntos sensibles (aumento del 28,1% versus disminución del 7,0%) y con las mejorías en dolor (disminución del 11,4% versus aumento del 1,6%). La conclusión de los autores en relación al ejercicio aeróbico es que el entrenamiento de ejercicios aeróbicos supervisados presentó efectos beneficiosos sobre la capacidad física y los síntomas de la fibromialgia.
Que comparen directamente el ejercicio físico aeróbico con técnicas de relajación, la búsqueda ha identificado cuatro ensayos clínicos randomizados (2, 3, 4, 5). El tamaño de la muestra oscila entre 60 a 183 pacientes de fibromialgia; y el período de observación de ocho meses a cuatro años y medio. En los cuatro ensayos se muestra que la enseñanza de técnicas de relajación es efectiva, pero en un grado menor que la práctica de ejercicio aeróbico.