Tras la búsqueda hemos encontrados los siguientes documentos y los tres coinciden en que existe desde hace años un debate aún abierto con respecto al tema:
- Una Guía de Práctica Clínica (GPC) (1) dice que hay controversia sobre si dejar las ampollas de quemadura intactas o no. Que existe una cierta evidencia de que el fluido de la ampolla de un quemado puede perjudicar la cicatrización de la herida. También hay cierta evidencia de que el drenaje de las ampollas o la eliminación de la piel que las cubre puede aumentar la probabilidad de infección de la quemadura. Dice la GPC que en la práctica, las ampollas pequeñas o de paredes gruesas a menudo se dejan intactas, mientras que las ampollas grandes confluentes o con paredes delgadas generalmente se drenan.
- Una revisión bibliográfica (2) expone que existe conflicto con respecto a la pauta clínica para el manejo de las ampollas asociadas a quemaduras de grosor medio. Los argumentos que se esgrimen para preservar intactas las ampollas se centran en la idea de la protección natural biológica, mientras que se aboga por el desbridamiento de las ampollas en base a las disminuciones percibidas de infección y de complicaciones en la herida. Consideran los autores de esta revisión que los temas que se evalúan en la revisión y se deberían tener en cuenta a la hora del cuidado de las quemaduras son: infección, acción curativa, resultado funcional y estético, comodidad del paciente, facilidad para vestir y eficacia económica.
- También encontramos la respuesta a una pregunta similar en "Best Bets" (3), actualizada en julio de 2006, donde se hace referencia a un ensayo clínico (con 202 pacientes que han sufrido quemaduras con ampollas) y compara los resultados de: dejar intacta la ampolla frente (vs) a aspirar su fluido vs a retirar la piel de la ampolla. Aunque se le critica al ensayo que el número de pacientes es pequeño e inconsistente y que la aleatorización es confusa. Los resultados del ensayo en cuanto a la aparición de infección a los 10 días son, respectivamente: 15% vs 73% vs 78% (p<0.05). En cuanto al incremento del dolor: compara la aspiración vs retirada de la piel con resultados de 19% vs 43%. Por lo que concluyen los autores que de acuerdo con la evidencia científica actual disponible las ampollas deben dejarse intactas para reducir el riesgo de infección, pero si la posición anatómica hace necesario la intervención por propósitos funcionales, la aspiración aparece como menos dolorosa que la retirada de la piel.