Se ha encontrado un artículo de opinión (1) sobre el incremento de la transmisión nosocomial de la tuberculosis (TBC) a pacientes con VIH. Afirma el autor que los sistemas de ventilación y de recirculación del aire, en muchos edificios contemporáneos, están implicados en esta transmisión. El control del origen de la transmisión con el aislamiento y el tratamiento eficaz de casos, confirmados o sospechados, sigue siendo la estrategia más eficaz para prevenir la transmisión; y que la ventilación con aire exterior es importante pero proporciona una protección incompleta. Por otra parte afirman que los sistemas de filtración del aire recirculado aunque sean más costosos, reducen con más seguridad la posibilidad de la transmisión de la infección.
Una Guía de Práctica Clínica (2) para prevenir la transmisión de la TBC en ambientes de cuidados de salud, recomienda que después de que un paciente con TBC, sospechada o confirmada, salga de la Habitación de Aislamiento de Enfermedades Infecciosas (HAEI), debe transcurrir un tiempo para asegurar la renovación de mas del 99% del aire contaminado por TBC antes de permitir la entrada del personal o de otro paciente. Pero esta guía no hace mención a la ventilación mediante la apertura de las ventanas, si no a sistemas de filtración del aire, integrados o no en el sistema de refrigeración. La guía ofrece una tabla que estima el tiempo necesario para despejar, con estos sistemas, el aire de la TBC aerotransportada después de que el paciente deje el HAEI, según la eficacia del sistema de ventilación o de la refrigeración. Por ejemplo, sistemas de ventilación de extractor local (técnica de control del origen infeccioso, usada para capturar los contaminantes aerotransportados antes de que se dispersen en el ambiente general. Son las cabinas y tiendas); o sistemas de filtros HEPA (High Efficiency Particulate Air) ubicados en la pared opuesta a cualquier entrada de aire y cerca del techo e instalado en el sistema de refrigeración.
Una revisión bibliográfica, publicada en la Revista Argentina de Medicina Respiratoria (3) recomienda las mismas medidas que la Guía anterior y señala que “la potencia de los sistemas de filtración debe estar en relación con el volumen de la habitación en que se instalan. Si no fuera posible su utilización, se recomienda la ventilación del área logrando, de la mejor forma posible, que la corriente de aire se dirija al exterior y que el personal quede ubicado al margen de la misma”. Por lo que habrá que tener en cuenta a la hora de una posible ventilación abriendo las ventanas y con respecto al tiempo que "las partículas infecciosas pueden permanecer suspendidas en el aire durante muchas horas. Las unidades infecciosas deben tener 1 a 5 μm de diámetro para alcanzar la superficie alveolar. La probabilidad de resultar infectado depende del número de núcleos infecciosos por volumen de aire y de la duración de la exposición de un huésped susceptible".
Las normas para la prevención de la transmisión de la TBC en establecimientos de asistencia sanitaria en condiciones de recursos limitados, (4) del Programa de Enfermedades Transmisibles de la OMS, del año 2002, dice que "Los núcleos de gotitas infecciosos del Mycobacterium tuberculosis tienen un diámetro de aproximadamente 1 a 5 micras, y corrientes de aire normales pueden mantenerlas en suspensión y transportarlas en el aire durante días". Y establece unas normas para maximizar la ventilación natural, en caso de que no se pueda disponer de sistemas de ventilación mecánica (por ejemplo, ventiladores de ventana, sistemas de ventilación por extracción, etc.) o de filtración del aire (sistema HEPA), los cuales cambian el aire varias veces por hora, afirmando que la condición mínima aceptable comprende aberturas en extremos opuestos de una habitación (ventanas, puerta ventana, etc.), para que haya un flujo libre de aire hacia el exterior. Cuando se utilizan ventiladores de techo, las ventanas también deben quedar abiertas dado que el objetivo es diluir e intercambiar más que solo mezclar el aire. No determina el tiempo de ventilación.