Según la documentación consultada, en general, se recomienda el cribado de hipoacusia en un niño que ha sufrido una meningitis bacteriana lo antes posible (dentro de las primeras cuatro semanas), incluso previo al alta. No hay acuerdo en cuanto al seguimiento posterior de aquellos con cribado normal.
El sumario de evidencia (SE) de UpToDate sobre el cribado de la hipoacusia en los niños(1), en consonancia con las recomendaciones de la American Academy of Pediatrics(2,3) considera que los niños con factores de riesgo para la hipoacusia temprana (incluye la meningitis bacteriana), deberían tener, al menos, una evaluación auditiva reglada en los 2 primeros años o en la infancia temprana si pasaron el cribado neonatal. En los lactantes con riesgo congénito o factores de riesgo perinatales, generalmente debería realizarse una evaluación reglada a los 9 meses. En aquellos con factores de riesgo adquiridos la evaluación debería realizarse en los 3 primeros meses tras la identificación de dicho evento. Aquellos niños con evaluación anormal deberían ser derivados a otorrinolaringología, patología del habla y del lenguaje e intervención precoz; aquellos con evaluación normal deberían continuar con evaluaciones auditivas periódicas adecuadas a su desarrollo.
En otro de sus SE, que aborda el pronóstico de la meningitis bacteriana en niños mayores de un mes(4), UpToDate, menciona que la evaluación de la audición debería realizarse en el momento del alta o un poco después y ser repetida si sugiere algo más que una mínima pérdida de audición.
Según el SE de Dynamed sobre la meningitis bacteriana en los niños(5), el seguimiento incluye la evaluación auditiva en las 4 primeras semanas de poder ser realizada (preferiblemente antes del alta) y, posteriormente, continuar con evaluaciones cada 3 meses durante un año.
La guía de práctica clínica (GPC) británica del National Institute for Health and Care Excellence (NICE) sobre la meningitis bacteriana(6) recomienda que se realice una evaluación auditiva en las primeras 4 semanas de ser posible realizarla, preferiblemente antes del alta. Además, los pacientes deberían ser evaluados entre las 4-6 semanas tras el alta, aunque no se disponga aún de los resultados de la evaluación auditiva, para analizar cualquier posible complicación asociada a la meningitis bacteriana y así garantizar que estas no sean pasadas por alto y el paciente sea derivado adecuadamente.
También británica, la GPC de la British Society of Audiology sobre el manejo de los bebés remitidos desde el programa cribado neonatal(7), en cuanto al seguimiento de los bebés diagnosticados de meningitis bacteriana, también considera que la evaluación auditiva debe realizarse dentro de las 4 primeras semanas en que el bebé esté en condiciones de realizarla. Además establece que:
- Menores de 12 semanas de edad corregida: deberían ser remitidos para una evaluación auditiva independientemente de si han sido o no sometidos al cribado e independientemente del resultados de este.
- Mayores de 7 meses de edad corregida: en las 4 semanas tras el alta el bebé debería ser evaluado en audiología. Si no es posible obtener la información adecuada, debería volver a ser evaluado más adelante.
- Entre las 12 semanas y los 7 meses, el audiólogo debería discutir con los padres las diferentes opciones de cribado (incluyendo esperar hasta la prueba de comportamiento alrededor de los 7 meses si el bebé está cerca de esta edad).
En cuanto a los seguimientos posteriores comenta que varía según las políticas locales. Pero afirma que, a cualquier edad, la evidencia no parece sustentar la necesidad de seguimientos posteriores si la audición no está afectada, por lo que no hacen recomendaciones al respecto.
Esta última afirmación la basa en una revisión sistemática(8), sobre la incidencia y el curso de las hipoacusias originadas por una meningitis bacteriana, según la que los pacientes con una audición normal tras una meningitis permanecen con una audición normal a lo largo del tiempo.
La Canadian Paediatric Society, en sus GPC sobre el manejo de la meningitis bacteriana en mayores de uno y 2 meses(9,10) indica que, tras el diagnóstico de una meningitis bacteriana, debería realizarse una evaluación auditiva formal lo antes posible (y siempre antes del alta hospitalaria) para optimizar el tratamiento en caso de pérdida auditiva.
En nuestro contexto sanitario, las recomendaciones identificadas van dirigidas al manejo del neonato:
- El PAPPS(11) (Programa de actividades Preventivas y de Promoción de la Salud), sugiere hacer un seguimiento auditivo de los niños con factores de riesgo* (fuerza de la recomendación: débil a favor). Según este documento, los neonatos con riesgo de desarrollar una hipoacusia de comienzo tardío “deben tener un seguimiento auditivo hasta los 3-5 años”.
- Y el documento de consenso para el desarrollo del programa de cribado neonatal de hipoacusia del Grupo de trabajo de cribado neonatal de hipoacusia de la Ponencia de cribado poblacional de la Comisión de Salud Pública(12) recomienda que “Ante la presencia de factores de riesgo*, independientemente del resultado de la prueba de cribado, se recomienda la derivación a especialistas en ORL. Esta derivación permite la correcta evaluación de recién nacidos y niños/as y garantiza la evaluación y el tratamiento más óptimos.”
*La meningitis bacteriana se incluye entre los factores de riesgo de hipoacusia.