[Se define como disruptor endocrino (DE), a aquellas sustancias químicas exógenas que tienen efectos adversos para la salud de un organismo intacto o su descendencia, como consecuencia de cambios en la función endocrina(1)].
La información obtenida en los documentos consultados, sugiere que, existen suficientes datos clínicos para indicar que los efectos de los DE se manifiestan en niños y niñas en forma de telarquia prematura y pubertad precoz (en mujeres) y ginecomastia en hombres preadolescentes.
Según los sumarios de evidencias (SE) de UptoDate consultados(2,3) los DE, también conocidos por sus siglas en inglés como EDC ("endocrine-disrupting chemicals"), son sustancias que pueden perturbar la función de los sistemas reguladores neuroendocrinos. Según sus autores, actualmente existen suficientes datos clínicos y experimentales para indicar que los efectos prenatales y prepuberales de los DE se manifiestan en niños y niñas en forma de telarquia prematura y pubertad precoz (en mujeres) y ginecomastia con exposición a agentes tópicos en hombres preadolescentes.
Explica el sumario que los efectos más establecidos se encuentran en el eje hipotalámico-pituitario-gonadal (HPG) y entre ellos, la pubertad precoz. En niños que presentan signos de desarrollo sexual secundario antes de los 9 años o de los 8 años en las niñas, es necesario tener en cuenta que esta pubertad precoz puede ser consecuencia de la activación temprana de la secreción pulsátil de la hormona liberadora de gonadotropina (GnRH) (pubertad precoz central o dependiente de gonadotropina) o de la secreción endógena de exceso de esteroides sexuales o gonadotropinas o fuentes exógenas de esteroides sexuales. La feminización, incluida la ginecomastia en los niños, se ha atribuido a la exposición excesiva a los estrógenos provenientes de cremas, ungüentos y aerosoles. Las mujeres que usan estos estrógenos tópicos para tratar los síntomas de la menopausia pueden exponer a los niños a estas hormonas sin darse cuenta. Otras posibles fuentes de exposición a los estrógenos incluyen la contaminación de los alimentos con hormonas, incluidos los fitoestrógenos (p. ej., en la soja). De manera similar, se ha descrito la virilización de niños pequeños después de una exposición inadvertida a cremas que contienen andrógenos. El aceite de lavanda o de árbol de té (ambos muestran actividades estrogénicas y antiandrogénicas débiles in vitro) se han asociado con el desarrollo de ginecomastia en varones prepúberes y telarquia prematura en niñas.
Los autores de estos SE consideran que existe cierta evidencia experimental y clínica de que el aumento de la pubertad temprana puede deberse en parte a la exposición a DE(4); por ejmplo:
- Se han informado niveles séricos más altos de ftalatos en niñas de Puerto Rico con telarquia prematura(5).
- Se informaron niveles plasmáticos elevados de un metabolito (p,p''-DDE) del pesticida organoclorado diclorodifeniltricloroetano (DDT), en niñas inmigrantes en Bélgica con precocidad sexual, pero no se informaron en niños(5-7).
El SE sobre pubertad precoz de Dynamed(8) , aunque no hace referencia expresa a los DE, menciona que las causas de la pubertad precoz periférica varían según el género. En las niñas las causas serían la exposición a estrógenos exógenos, presentes en cremas, medicamentos, alimentos o cosméticos, mientras que en los niños se relaciona con la exposición a testosterona exógena.
Una revisión sistemática(9) sobre los efectos de los DE, con respecto al desarrollo puberal destaca que en los últimos años se observa una tendencia progresiva hacia un aumento de la incidencia de pubertad precoz y telarquia prematura, en todo el mundo y que entre los factores clave que están involucrados en este fenómeno preocupa el papel potencial de los DE. Refiere que los DE que actúan como agonistas de los receptores de estrógeno (RE) o antagonistas de receptor de andrógenos (RA), pueden imitar el efecto fisiológico de los estrógenos y andrógenos y pueden causar hiperestimulación de las vías hormonales. Además, pueden unirse a receptores intracelulares y bloquear la función de hormonas endógenas, teniendo efectos antiestrogénicos o antiandrogénicos. Sin embargo, en humanos es difícil proporcionar evidencia sobre relaciones causales entre la exposición a los DE y los cambios en el momento de la pubertad y también debemos considerar la exposición concomitante a dosis bajas de decenas o cientos de sustancias químicas, que ya ocurren desde la edad prenatal, y el retraso entre la exposición a DE durante la primera infancia y la observación de posibles consecuencias en el momento de la pubertad. Las investigaciones epidemiológicas se llevaron a cabo principalmente en áreas geográficas donde se produjo exposición accidental a sustancias químicas específicas que hacen sugerir que los DE pueden determinar tanto el avance como el retraso de la pubertad.
Por último, se incluye una revisión narrativa(10) en la que sus autores consideran que, el efecto más importante de los DE es la anticipación o, más generalmente, el impacto en el momento de la pubertad femenina. Sin embargo, consideran que la magnitud de este efecto es difícil de demostrar ya que exposiciones de bajo nivel a una mezcla de DE pueden enmascarar los efectos de algunos de ellos. Además, la variación interindividual en la susceptibilidad podría interferir con un análisis objetivo y los efectos de la exposición a los DE en los seres humanos pueden aparecer con un retraso considerable. En esta revisión se analizaron los DE más importantes y conocidos que podrían interferir con el momento puberal natural. La mayoría de estos DE están presentes en objetos cotidianos y en diversas soluciones comunes; es casi imposible no estar expuesto a estos químicos.