Según la documentación consultada, es muy escasa la evidencia disponible respecto al modo de parto de elección en una paciente intervenida de desprendimiento de retina, pero la información revisada sugiere que el parto vaginal no supondría un mayor riesgo en estas mujeres.
Varios estudios descriptivos realizados a través de encuestas(1-4) muestran que existe disparidad de criterio entre obstetras y oftalmólogos en cuanto al manejo de las mujeres con patología oftalmológica (incluido el antecedente de desprendimiento de retina): mientras que, en general, los obstetras recomiendan cesárea en estas pacientes, los oftalmólogos consideran que no estaría contraindicado el parto vaginal.
En un pequeño estudio descriptivo(1) realizado con una cohorte de 13 mujeres que habían sido intervenidas de desprendimiento de retina en los 10 años previos y posteriormente habían tenido 16 partos, no hubo complicaciones oculares tras los partos. Debido a este antecedente, los obstetras decidieron utilizar fórceps en 4 de los partos y realizar cesárea en otro. En la publicación no se especifica si por motivos obstétricos se realizaron otras cesáreas o partos vaginales instrumentados.
En la revisión realizada por los autores de este trabajo(1) se afirmaba (1990) que no se había encontrado ninguna referencia que respaldara la realización de una cesárea. Explicaban que la cirugía se realizaba en aquellos casos de desprendimientos de retina regmatógenos*, que son un tipo de desprendimiento que no se produciría como una consecuencia del estrés del parto, pero no en los desprendimientos serosos (o no regmatógenos). Por tanto, consideraban que no existía evidencia clínica ni razones teóricas que apoyaran que el antecedente de una cirugía de desprendimiento de retina fuera una contraindicación para el parto vaginal espontáneo.
Los autores de una revisión bibliográfica realizada junto con un pequeño estudio descriptivo(5) sobre desprendimiento de retina regmatógeno y parto natural en pacientes miopes también explican que, a pesar de la creencia de que la maniobra de Valsalva durante la segunda fase del parto natural pudiera conllevar un aumento de la presión intraocular, no existen evidencias de que el aumento de la presión intraabdominal pueda elevar la presión intraocular y, además, el desprendimiento de retina regmatógeno no se produce por un aumento de la presión intraocular**. Tampoco estos autores encuentran en la revisión realizada evidencias científicas convincentes que relacionen el desprendimiento de retina regmatógeno con el parto natural. En relación con nuestra pregunta, mencionan un estudio(6) en el que no hubo complicaciones oftalmológicas tras el parto vaginal de 10 mujeres con alta miopía y desprendimiento de retina previo.
El resto de información identificada se ha localizado en el apartado de discusión de varios estudios transversales que, mediante encuestas, evaluaban las opiniones de obstetras y oftalmólogos respecto a la vía de parto en pacientes con patología ocular y se encuentra en la línea de lo ya recogido:
- En el primero(2) de ellos los autores explican que el modo del parto no tiene ningún efecto en la evolución de los desprendimientos exudativos (se producen sin desgarros de retina y, habitualmente, se resuelven de manera espontánea tras el parto).
- En el segundo(3) se hace mención a un estudio(4) (publicado en alemán) según el cual la presencia de retinopatía diabética o desprendimiento de retina no serían una indicación de aborto o cesárea.
No se menciona el antecedente de una intervención de desprendimiento de retina entre las indicaciones oftalmológicas para realización de una cesárea enumeradas en una guía de práctica clínica (GPC) polaca(7). Tampoco se encontrado este antecedente entre las indicaciones recogidas por otros sumarios de evidencia ni GPC consultados.