Esta pregunta actualiza a una anterior publicada en el Banco de preguntas Preevid(1), en la que se concluía que los documentos consultados recomendaban el uso de esa técnica, pues es una forma popular de analgesia para el dolor en el parto, además de no presentar eventos adversos ni en la madre ni en el bebé, aunque dichos documentos indicaban que no había evidencias sólidas de que la técnica fuese efectiva para tratar dicho dolor y sugerían la necesidad de más investigación, metodológicamente rigurosa, para confirmar (o refutar) la eficacia de esta intervención.
Se han consultado las versiones actualizadas de los sumarios de evidencia (SE) y guías de práctica clínica (GPC) en las que se basó la respuesta anterior y sus actualizaciones no aportan nueva información. De forma adicional, se han encontrado dos GPC y una revisión sistemática con metaanálisis, de las que extraemos que:
Una GPC de “National Institute for Health and Care Excellence” (NICE) sobre la atención intraparto para mujeres y bebés sanos(2), recomienda no utilizar inyecciones de agua destilada para alivio del dolor lumbar de parto desde el año 2007 (actualización de la guía, en 2022).
Otra GPC de “Queensland Government” acerca del parto normal(3) describe en la atención de un parto normal la administración de inyecciones de agua destilada para el alivio de dolor lumbar del parto como práctica habitual.
Por último, se aporta una revisión sistemática (RS) que tuvo como objetivo, investigar la eficacia de la inyección de agua estéril en el tratamiento de dolor lumbar del parto mediante el uso de un metanálisis(4); se incluyeron 9 ensayos clínicos(ECAs), publicados entre 1990 y 2020, un total de 2.102 participantes de los artículos, con una edad materna media de 22,3 a 29,5 años y una duración media del embarazo de 38,9 a 40,3 semanas.
Los datos expresan que a los 10 min después de recibir el tratamiento (inyecciones de agua estéril en el rombo de Michaelis), las pacientes no tuvieron mejoras significativas en la puntuación de la escala EVA (escala visual analógica) del dolor para el grupo de inyección intradérmica(ID) o subcutánea(SC) en comparación con el grupo control [modelo de efectos aleatorios: tres ensayos, heterogeneidad de los datos (I 2) = 98 %, diferencia de medias (DM) = −1,63, 95 % intervalo de confianza (IC)95% -4,21 a 0,95, p= 0,21 para inyección ID; modelo de efectos aleatorios: dos ensayos, I 2 = 97 %, DM = -1,69; IC 95 %: -5,04 a 1,67, p= 0,32 para inyección SC] y no hubo diferencias significativas en el cambio de la puntuación EVA entre los grupos de inyección ID y SC (p= 0,98).
De los 30 a 45 minutos después de recibir el tratamiento, las pacientes tuvieron mejoras significativas en la puntuación EVA para el grupo de inyección ID o SC en comparación con el grupo de control (modelo de efectos aleatorios: cuatro ensayos, I 2 = 92 %, DM = −3,09, IC 95 %: -4,61 a -1,56, p < 0,001 para inyección ID; modelo de efectos aleatorios: dos ensayos, I 2 = 54 %, DM = -2,24, IC 95 % : -3,28 a -1,20, p < 0,001 para inyección SC) . No hubo diferencias significativas en la puntuación de la escala EVA entre los grupos ID y SC( p= 0,37).
A los 60 min después de recibir el tratamiento, las pacientes tuvieron mejoras significativas en la escala EVA para ambos grupos en comparación con el grupo de control (modelo de efectos aleatorios: tres ensayos, I 2 = 95 %, DM = −4,35, IC 95 %: –6,47 a − 2,23, p < 0,001 para inyección ID; modelo de efectos aleatorios: un ensayo, I 2 = 94 %, DM = -2,92, IC 95 %: -3,80 a -2,04,p < 0,001 para inyección SC). Sin embargo, tampoco hubo una diferencia significativa en el cambio de la puntuación de la escala EVA entre los grupos de inyección ID y SC ( p = 0,22).
A los 90 min después de recibir el tratamiento, las pacientes tuvieron mejoras significativas en la puntuación de la escala EVA para ambos grupos en comparación con el grupo de control (modelo de efectos fijos: dos ensayos, I 2 = 0 %, DM = −1,18, IC95 %: –1,84 a − 0,51, p < 0,001 para inyección ID; modelo de efectos fijos: dos ensayos, I 2 = 0 %, DM= -1,65, IC 95 %: -2,39 a -0,92, p < 0,001 para inyección SC). Sin embargo, tampoco hubo una diferencia significativa en el cambio de la puntuación de la escala EVA entre los grupos de inyección ID y SC ( p = 0,35).
Cuando se compara la puntuación de la escala EVA, entre el grupo de inyección ID versus SC,el grupo de inyección SC tuvo una puntuación en la escala EVA significativamente más baja que el grupo de inyección ID a los 10 minutos de recibir la inyección (modelo de efectos fijos: dos ensayos, I 2 = 0 %, DM = 0,76, IC del 95 %: 0,19–1,33, p = 0,009).
Según los autores se concluye que, el tratamiento con inyecciones de agua esteril podría ser eficaz para tratar el dolor lumbar del parto, independientemente de que las inyecciones fueran ID o SC hasta pasados 90 minutos después del tratamiento y que la inyección de agua estéril SC demostró un alivio del dolor significativamente mayor que la inyección de agua estéril ID a los 10 minutos de inyectarla. Los autores expresan que para confirmar este resultado, se deberían realizar más ECAs que comparen la eficacia entre las inyecciones de agua estéril ID y SC.