En base a la información seleccionada, es frecuente la aparición de acrocordones durante el tercer trimestre del embarazo y en ocasiones estas lesiones remiten de forma espontánea durante el periodo postparto(1).
En el caso de que la mujer gestante desee eliminar las lesiones por razones estéticas o debido a que están en una zona donde es frecuente su irritación (por localizarse en pliegues cutáneos, por la ropa, joyas,... ) se plantean como opciones terapéuticas para su extirpación la crioterapia, la electrocirugía (curetaje y electrocauterización) o la excisión con tijera(2-4).
En el caso de que el método elegido sea la crioterapia, no se han encontrado documentos en los que se mencione el embarazo como contraindicación para su aplicación. En una revisión narrativa(5) sobre la crioterapia no se incluye la gestación entre las contraindicaciones o situaciones donde usar con precaución, y entre las ventajas de la crioterapia frente a otras técnicas quirúrgicas convencionales, la revisión menciona que es útil en el embarazo. En todo caso habría que informar a la paciente de las potenciales complicaciones (aunque estas son raras) destacando (por tratarse de lesiones a nivel cervical) la posibilidad de hipopigmentación permanente en el lugar de la aplicación(5).