Tras la búsqueda realizada con los recursos habituales de este servicio se han seleccionado un sumario de evidencia (SE)(1), dos consensos de expertos (2,3), cuatro revisiones narrativas (RN) (4,7-9), dos estudios descriptivos(5,10) y un estudio de cohortes(6).
Aunque existe cierta controversia, la evidencia encontrada sugiere que niveles bajos de vitamina D en sangre se podrían relacionar con dificultades en la implantación embrionaria.
El SE(1) sobre la deficiencia de vitamina D en adultos, indica que dada la controversia en torno a las concentraciones óptimas de vitamina D en suero (25 (OH) D), las definiciones de suficiencia, insuficiencia y deficiencia de vitamina D son solo aproximadas. La mayoría de los grupos actualmente usan los siguientes valores para categorizar el estado de la vitamina D en adultos:
- Suficiencia de vitamina D se define como una concentración de 25 (OH) D superior a 20 ng / ml (50 nmol / L)
- La insuficiencia de vitamina D se define como una concentración de 25 (OH) D de 12 a 20 ng / ml (30 a 50 nmol / L)
- La deficiencia de vitamina D se define como un nivel de 25 (OH) D inferior a 12 ng / mL (30 nmol / L)
- Un "riesgo" de toxicidad por vitamina D se define como un nivel de 25 (OH) D > 100 ng / ml (> 250 nmol / ml) en adultos que ingieren cantidades sustanciales de calcio.
Con respecto al embarazo este sumario indica que se desconoce el nivel óptimo de 25 (OH) D en suero sanguíneo aconsejable durante el embarazo, pero que este debería ser de al menos 20 ng / ml (50 nmol / L). Para la suplementación de rutina, se apoya en el informe del Instituto de Medicina (IOM) de 2010 que sugiere una cantidad diaria recomendada de 600 unidades internacionales de vitamina D para todas las mujeres en edad reproductiva, incluso durante el embarazo y la lactancia(2). Y refiere que en un documento de opinión del Comité del Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) de 2011, se recomienda la suplementación de rutina con una dosis estándar en un preparado vitamínico prenatal (La mayoría de las vitaminas prenatales contienen 400 unidades internacionales de vitamina D) hasta que haya más evidencia disponible para respaldar una dosis diferente(3).
La primera RN(4) ofrece una actualización sobre la importancia de la influencia de la vitamina D3 (VD3) en el ámbito de la reproducción humana y sintetiza los conocimientos existentes en la bibliografía al respecto. Para ello los autores han realizado búsquedas en las bases de datos Pubmed y ScienceDirect y en base a los estudios y revisiones analizadas se ha revisado la influencia de la VD3 en la fertilidad masculina y femenina y en algunas patologías reproductivas en mujeres: síndrome de ovario poliquístico (SOP), endometriosis, miomas uterinos y fallos en la implantación del embrión. Se plantea la hipótesis de que la VD3 es un elemento regulador clave de la función inmune para la implantación del embrión. Está suposición esta basada fundamentalmente en un estudio retrospectivo(5) y uno de cohortes(6). En el primer estudio(5) se incluyeron a 133 mujeres con historia de tres o más abortos espontáneos consecutivos antes de las 20 semanas de gestación. Se midieron el nivel de 25 (OH) D, la actividad celular y los parámetros autoinmunes in vivo e in vitro. Como resultado más importante se destaca que el 47,4% de las mujeres tenían niveles bajos de 25 (OH) D (< 30 ng / ml). Aunque el estudio presenta algunas limitaciones de diseño, los autores recomiendan evaluar el nivel de 25 (OH) D en mujeres con historia de abortos espontáneos de repetición y recomiendan que la suplementación con vitamina D debería explorarse más a fondo como una posible opción terapéutica para estas mujeres. El estudio de cohortes(6) incluyó a 99 mujeres receptoras de ovocitos; se observó que aquellas mujeres con niveles bajos de 25 (OH) D (< 30 ng / ml) tuvieron una tasa de nacidos vivos más baja (31%) que las mujeres con niveles normales de 25 (OH) D, que obtuvieron una tasa de nacidos vivos de casi el doble (59%). En base a estos resultados se concluyó que niveles bajos de vitamina D se asocian con tasas de embarazo más bajas en los receptores de la donación de óvulos.
En una RN(7) del 2018 se proporciona una visión general sobre el desarrollo placentario temprano y en particular del papel de la vitamina D. Señala que aunque no está del todo claro el papel que desempeña la vitamina D, los resultados de esta revisión, sugieren que esta es determinante en el desarrollo placentario temprano a través de los efectos que produce en las células trofoblásticas fetales en el proceso de invasión del endometrio materno, con el fin de dar lugar a la futura placenta. La alta concentración de vitamina D y sus metabolitos en la decidua durante el primer trimestre sugiere su importante papel en el proceso de implantación y en una protección inmunológica local. Los autores de la revisión apoyan la suplementación temprana, antes de la concepción, con vitamina D.
Otras dos RN(8-9) sobre el papel de la vitamina D en la reproducción asistida, encontraron que los resultados exitosos se correlacionan con niveles normales de vitamina D. El mecanismo subyacente en la relación entre la deficiencia de vitamina D y la reproducción todavía no está claro; sin embargo, la evidencia indica que su déficit provoca un impacto negativo directo en la función ovárica y en la implantación embrionaria.
No obstante, destacamos que otro estudio prospectivo(10) que estudió el efecto de la deficiencia de vitamina D en las tasas de embarazo después de la transferencia de embriones congelados y que incluyó a 280 mujeres, llegó a la conclusión de que la deficiencia de vitamina D no afecta las tasas de embarazo en los ciclos de transferencia de embriones congelados.