Hay una pregunta anterior, incluida en el Banco de Preguntas del Servicio Preevid el año 2014, acerca de la eficacia protectora con el uso del doble guante (DG), como barrera frente a la perforación percutánea. Basándonos en la evidencia encontrada, se desarrollaron las siguientes recomendaciones: una de ellas encontrada en tres guías de práctica clínica para diversas intervenciones, en las que recomiendan el uso de guantes sencillos en la práctica, aunque en el caso de que existiera alto riesgo de perforación se debería usar el DG. Por otra parte, en una Revisión Sistemática (RS) se concluye que el uso del DG, comparándolo con el guante simple (GS), durante la cirugía redujo perforaciones y manchas de sangre en la piel. (Ver enlace a la pregunta al final de la página)
Se ha actualizado la búsqueda y se ha localizado un estudio de cohorte prospectivo(1) y una RS de la Biblioteca Cochrane(2).
En el estudio de cohorte prospectivo(1) se midió la eficacia del uso del DG con respecto al riesgo de exposición del paciente o del cirujano a una enfermedad transmisible cuando el guante estaba perforado, se recogieron un total de 1.536 guantes (512 GS y 1.024 DG) con unas tasas de perforación del 15,5% en los GS y del 14,4% en DG. La tasa de perforación del guante fue más alta en cirugía general (17,45%) que en cirugía pediátrica (14,6%). Hubo una diferencia entre la tasa de perforación global entre los guantes simples y dobles. Sin embargo, en el conjunto de DG hubo una tasa de perforación del 27,5%( 141 de 512), de este global, la cantidad de guantes internos que se perforaron, como resultado de una perforación profunda fue de 1,17%, siendo la protección de los DG del 98,83%. Concluyeron que el uso del DG ofrece más del 90% de protección tanto para pacientes como para cirujanos.
En la RS de la Cochrane,(2) en la que se midió la eficacia de los equipos de protección personal para prevenir las enfermedades contagiosas debido a la contaminación por exposición de fluidos corporales, extraen en un estudio que el uso de los DG condujo a una menor contaminación que con un solo par de guantes, aunque esta evidencia fue de muy baja calidad.
En la elaboración de esta respuesta ha colaborado como autor, durante su estancia formativa en el servicio Preevid, Manuel Martínez Fernández, Enfermero en prácticas del Máster de Salud Pública de la Universidad de Murcia.