La búsqueda ha identificado cuatro ensayos clínicos controlados que evaluaron la efectividad en la combinación de alguna modalidad de fisioterapia y balneoterapia, comparada con fisioterapia o balneoterapia realizada de manera aislada, en pacientes diagnosticados de artrosis de rodilla. Los resultados apuntan a una mejoría del dolor y de la funcionalidad de la rodilla, con la combinación de tratamientos, pero en general los ensayos son de un tamaño muestral pequeño, con limitaciones metodológicas y las intervenciones son muy heterogéneas, lo que no permite extraer conclusiones válidas y generalizables.
Las revisiones sistemáticas(RS) identificadas que evalúan la balneoterapia en pacientes con artrosis no ofrecen resultados que analicen la combinación de fisioterapia y balneoterapia:
- Una RS de la Biblioteca Cochrane publicada en 2007(1), fue realizada para evaluar la efectividad de la balneoterapia en pacientes con artrosis. La revisión incluyó siete ensayos clínicos controlados (con un total 498 pacientes). Se hallaron pruebas en cuanto a los efectos beneficiosos de los baños minerales comparados con ningún tratamiento. No se hallaron efectos claros sobre los restantes tratamientos de balneoterapia. Sin embargo, las pruebas científicas fueron débiles debido a la deficiente calidad metodológica y a la ausencia de un análisis estadístico y de una presentación de datos adecuados. Por lo tanto, los "hallazgos positivos" que se destacan deben ser considerados con precaución. En esta revisión no encontraron estudios que comparasen balneoterapia con otra modalidad de tratamiento, ni tampoco que analizaran la balneoterapia y fisioterapia administradas de forma conjunta.
- Otra RS publicada en 2009(2) se centró en la efectividad de las aguas minerales termales en pacientes diagnosticados de artrosis de rodilla. La revisión incluyó, un total de 9 ensayos con 493 pacientes. Hubo mejoría en el dolor y en la capacidad funcional de la rodilla a las 24 semanas tras el tratamiento de aguas termales, sin que se notificaran efectos secundarios. No se incluyó ningún ensayo en el que compararan la combinación de aguas termales y de fisioterapia. La RS concluyó en la necesidad de realizar más ensayos, de mayor tamaño muestral, de mayor calidad y tiempo de seguimiento.
- La otra RS publicada en 2016 se centró en una modalidad de terapia con aguas minerales (crenobalneoterapia, que comprendía baños y duchas calientes en aguas minerales, terapias con fango, masajes y ejercicios supervisados en el agua) en pacientes diagnosticados de artrosis de rodilla(3). El tratamiento termal fue efectivo en el dolor de rodilla y en aspectos funcionales; pero no fueron tan claros los resultados en calidad de vida y consumo de fármacos. No realizó un metaanálisis dada la heterogeneidad de las intervenciones realizadas en los ensayos. La RS incluyó 3 ensayos en los que había una combinación de fisioterapia y balneoterapia y comenta en la discusión que la asociación de “crenobalneoterapia” con ejercicios en casa fue superior a la realización tan solo de los ejercicios en domicilio, en el dolor y estado funcional de la rodilla a los 3, 6 y 9 meses del tratamiento.
Hemos identificado cuatro ensayos clínicos controlados que evaluaron la eficacia combinada de fisioterapia y balneoterapia en pacientes diagnosticados de artrosis de rodilla:
- En un ensayo aleatorizado multicéntrico, 187 pacientes diagnosticados de artrosis de rodilla fueron tratados con la terapia habitual -que incluía tratamientos de ejercicios pautados a domicilio- y 195 fueron tratados con balneoterapia (“spa”, masajes, lodos, sesiones de piscina, duchas) y además con los ejercicios en casa durante 18 días(4). A los 6 meses hubo una mejoría en el grupo de balneoterapia en el dolor de la rodilla, comparado con el de los ejercicios, sin que hubiera diferencias entre los dos grupos en la calidad de vida, o en la aceptación de los síntomas por parte del paciente.
- En otro, 240 pacientes diagnosticados de artrosis de rodilla fueron distribuidas de forma aleatoria en dos grupos: en uno (control) se trató con analgésicos y ejercicios de rehabilitación (fuerza muscular); y en el otro grupo (experimental) con balneoterapia (cura termal," spa", fangos, hidromasaje, rehabilitación en piscina)(5). La evaluación se realizó en los días 21 y a los 12 meses tras el tratamiento. A los 12 meses hubo una mejoría en la respuesta a la escala analógica de dolor en el grupo experimental (tratamiento termal) comparado con el grupo control.
- En el tercer ensayo(6) 46 pacientes con edades entre 57 a 85 años y diagnosticados de artrosis de rodilla, fueron distribuidos a un grupo (n=27) con fisioterapia exclusivamente o al otro grupo de balneoterapia y además el mismo protocolo de fisioterapia (n=19). Tras 3 semanas de tratamiento, hubo diferencias estadísticamente significativas a favor del grupo de terapia combinada, en la escala analógica visual del dolor, en la funcionalidad de la rodilla y en la velocidad de caminar durante 10 metros.
- El último está publicada como comunicación a un congreso y se trata de un ensayo de no inferioridad con 283 pacientes diagnosticados de artrosis de rodilla distribuidos en dos grupos de forma aleatoria(7): o tratamiento estándar de "spa" durante 18 días (6 días a la semana durante 3 semanas), o tratamiento activo que combinaba sesiones de "spa" con un programa específico de rehabilitación (sesiones de "spa" 3 días a la semana y sesiones del programa de rehabilitacion, 3 días a la semanas durante 3 semanas). Se pudo demostrar la no inferioridad entre los dos grupos de tratamiento en el seguimiento a los 3 meses, en una variable de resultado combinada (diferencias mínimas en dolor y/o en la funcionalidad de la rodilla).