La búsqueda en las bases de datos habitualmente consultadas no identifica guías de práctica clínica, sumarios de evidencia o documentos de consenso en los que se haga referencia a la indicación tópica de leche humana para el manejo de lesiones dérmicas de niños con diagnóstico de dermatitis atópica (DA).
No obstante, en 2015 se publicaron dos ensayos clínicos aleatorios (ECAs)(1,2), de baja calidad metodológica, en los que se evaluó la efectividad de la leche humana fresca para este fin. En uno de los ensayos, de muy pequeño tamaño muestral, la leche no mostró tener un efecto beneficioso en las lesiones atópicas, mientras que en el otro, de mayor tamaño muestral pero con limitaciones metodológicas significativas, se observó que la leche materna aplicada en las lesiones tenía una efectividad similar a la apreciada con la aplicación de pomada de hidrocortisona al 1%.
En el primer ECA(1) se incluyeron 9 niños con DA, de los cuales 6 completaron el estudio. Los niños seleccionados (con edad media de 18,5 meses), cuyas madres estaban amamantando al niño o a un hermano, presentaban lesiones dérmicas contralaterales de características similares. Se excluyeron los niños en los que la gravedad de las lesiones implicaba la necesidad de tratamiento con antibióticos y/o esteroides.
En estos niños se administraba de forma tópica la leche extraída fresca en el área (zona de lesión) de intervención y una crema hidratante en el área de control, tres veces al día durante cuatro semanas. Semanalmente se evaluó la gravedad (eritema, liquenificación, excoriación y prurito) y el tamaño de las lesiones, y también semanalmente se tomaron muestras de leche y de las lesiones dérmicas para valorar una posible colonización bacteriana.
Las lesiones evaluadas se localizaron en los brazos, las piernas o las mejillas y fueron similares en gravedad, aunque diferían en el tamaño. En cuatro pacientes tanto las lesiones tratadas con leche como las lesiones control (tratadas con el emoliente) se incrementaron durante la intervención. El cambio relativo en el área de eccema, en comparación con el valor basal, mostró un menor aumento en el área de aplicación de la leche en dos pacientes, mientras que se observó lo contrario en tres de los niños. En cuatro niños fue encontrado Staphylococcus aureus en el eccema una o más veces. Y en tres de las 28 muestras de leche humana analizada, se detectó Staphylococcus aureus, estreptococos alfa hemolíticos o estafilococos coagulasa negativos. En un caso se encontró Staphylococcus aureus tanto en la leche humana como a nivel del eczema; sin embargo no se observaron signos clínicos de infección. No se reportó ninguna infección secundaria debida a la aplicación de la leche.
Se concluía en el estudio que no se ha encontrado un efecto en los eccemas tratados con la aplicación tópica de la leche humana fresca.
En el otro ECA(2), se evaluó la eficacia a corto plazo de la leche humana materna en comparación con una pomada de hidrocortisona al 1% en niños con DA de leve a moderada. Se incluyeron en el estudio 116 niños que se aleatorizaron a recibir tratamiento con una capa fina de pomada de hidrocortisona al 1%, aplicada dos veces al día para todas las áreas de la piel activamente afectada (n= 58 ) o a recibir, por parte de las madres, leche materna del final de la lactancia dos veces al día (n= 58) en las zonas afectadas. Todos los padres recibieron de forma adicional instrucciones generales sobre el manejo de los niños con eccema atópico.
Los niños fueron evaluados en el primer día (línea de base) y posteriormente en los días 7, 14 y 21. Durante el periodo del estudio, 8 infantes fueron excluidos del grupo de hidrocortisona y tres niños del grupo de leche materna debido a que los padres a no siguieron correctamente la intervención asignada; se excluyó además otro niño del grupo de la leche por exacerbación de la lesión.
Al analizar los resultados no se encontraron diferencias significativas al comparar la mejoría de las lesiones entre los grupos de referencia en las evaluaciones realizadas los días 7, 14 y 21. La frecuencia de los lesiones curadas en el día 21 fue del 81,5% y 76% en los grupos de leche materna e hidrocortisona al 1%, respectivamente.
Los autores concluían que los resultados del estudio sugieren que la aplicación de leche materna puede mejorar el eccema atópico infantil con los mismos resultados que la pomada de hidrocortisona al 1%, y, en consecuencia, recomiendan el uso de leche materna para curar el eccema atópico infantil debido a su potencial efecto curativo, bajo coste y accesibilidad.