En base a la guías de práctica clínica (GPC)(1-5) y los sumarios de evidencia(6-9) consultados se recomienda el inicio de glucocorticoides inhalados (GCI) en adultos y niños en los que se establece un diagnóstico de asma leve persistente. Los estudios realizados muestran que el tratamiento regular con estos fármacos reduce la frecuencia de los síntomas (y la necesidad de broncodilatadores inhalados), mejora la calidad de vida en general, y disminuye el riesgo de exacerbaciones graves.
En cuanto a la efectividad de los diferentes GCI para el tratamiento de mantenimiento del asma:
La GPC publicada en 2014 por la Agencia de Evaluación de Tecnologías Sanitarias del País Vasco(3) se plantea como objetivo comparar los resultados de eficacia y seguridad relativa de los diferentes GCI comercializados en nuestro entorno (budesonida, beclometasona, fluticasona, ciclesonida y mometasona) para el tratamiento del asma crónico en niños.
Al realizar la comparación mometasona versus budesonida señala que identifican dos ensayos clínicos aleatorios (ECA)(10,11) multicéntricos realizados en niños mayores de doce años y adultos, y describe que:
“El ECA publicado en el 2000(10) evalúa la efectividad comparada de diferentes dosis de mometasona (200, 400 y 800 µg/día) frente a dosis altas mantenidas de budesonida (800 µg/día). Los datos derivados de la comparación mometasona 400 µg/día vs. budesonida 800 µg/día, se han resumido como valoración de la efectividad de mometasona a dosis 1:2. Se observa que en el grupo tratado con mometasona hubo un menor número de abandonos debidos al tratamiento que en el grupo tratado con budesonida, y además, el cambio en el FEV1 (capacidad forzada que se espira en el primer segundo) también fue significativamente algo mejor. Las estimaciones proceden de un estudio realizado en adultos, con pequeño tamaño muestral y a veces bajo número de eventos con estimaciones imprecisas, por lo que se considera una moderada calidad de la evidencia. El ECA publicado en el 2003(11), compara la efectividad relativa de mometasona (400 µg/día) frente a budesonida (400 µg/día) o placebo. Los resultados de la comparación a dosis 1:1, no muestran diferencias estadísticamente significativas en los resultados sobre número de pacientes con efectos adversos y abandonos debidos al tratamiento. Sin embargo, los resultados sobre cambio en la necesidad de medicación de rescate muestra una ligera mejoría significativa frente al tratamiento con budesonida, así como resultados de la función pulmonar en el cambio matutino de FEV1 y PEFR (flujo espiratorio máximo) a favor del grupo tratado con mometasona.”
En resumen, comenta que “la evidencia indirecta procedente de estudios realizados en niños mayores de 12 años y adultos, muestra que mometasona podría proporcionar unos peores resultados de la función pulmonar en comparación con fluticasona (a dosis 1:2) y mejores resultados en comparación con beclometasona (a dosis 1:1) y budesonida (a dosis 1:2 y 1:1). Por otro lado, en relación a resultados más críticos, se ha observado que mometasona podría ser más segura, por su menor tasa de efectos adversos, que la fluticasona (a dosis 1:2) y que la budesonida (a dosis 1:2), por su menor tasa de abandonos debidos al tratamiento y menor necesidad de medicación de rescate”.
Cabe destacar que, según apunta la guía y la ficha técnica de mometasona(12), este fármaco no está indicado en niños menores de 12 años por lo que no se puede recomendar su utilización para dicha población.
En otra GPC también de 2014(4), en cuanto a la efectividad comparativa de los GCI se indica que mometasona parece proporcionar igual actividad clínica que beclometasona y budesonida a la mitad de la dosis pero puntualiza que la seguridad de la mometasona no está completamente establecida.
Por otro lado, en una revisión sistemática de la Cochrane sobre el efecto sobre el crecimiento de los GCI(13), el análisis de subgrupos mostró una diferencia estadísticamente significativa entre las 6 seis moléculas evaluadas (dipropionato de beclometasona, budesonida, ciclesonida, flunisolida, propinionato de fluticasona y fumarato de mometasona): beclometasona y budesonida produjeron una reducción media en la velocidad de crecimiento lineal relativamente mayor (con una diferencia de medias [DM] de -0.91 cm/año y de -0.59 cm/año, respectivamente), en comparación con ciclesonida (DM de -0.08 cm/año), flunisolida (DM -0.22 cm/año), propionato de fluticasona (DM -0.39 cm/año) y mometasona (DM -0.47 cm / año, 95% IC -0.97 a la 0.03). Sin embargo, los autores destacan que se necesitan estudios adicionales para, entre otros aspectos, caracterizar mejor la dependencia de la supresión del crecimiento de la molécula, particularmente con las moléculas más nuevas (mometasona, ciclesonida).
Tras buscar en las bases de datos de estudios habituales, no se han identificado nuevos ECA que comparen los resultados clínicos del tratamiento del asma persistente con mometasona frente a budesonida (en niños o en adultos).