Hemos identificado pocos estudios que analicen la validez de los hallazgos del fondo de ojo (FO) para el diagnóstico de hipertensión intracraneal (HIC). Además, los estudios encontrados presentan limitaciones importantes en su diseño; sin que haya sido posible establecer unas conclusiones globales para esta pregunta. La presencia de papiledema se asocia a HIC, pero está descrito el diagnóstico de HIC idiopática sin que se compruebe existencia de papiledema(1). La utilidad del hallazgo de edema de papila en la exploración de FO variará en función de la habilidad clínica del profesional y de las condiciones en las que se realiza la prueba. La presencia espontánea de pulso venoso en el FO, que clásicamente descartaba el diagnóstico de HIC, no fue confirmado por un estudio realizado en pacientes a los que se les iba a realizar una punción lumbar diagnóstica.
En un estudio descriptivo, 23 fotografías de FO correspondientes a diferentes diagnósticos, fueron interpretados por un total de 429 médicos de distintas especialidades(2). Los casos incluían a pacientes con FO normal, con papiledema, pseupapiledema, glaucoma, atrofia de papila y otras anormalidades. Los pacientes seleccionados con papiledema tenían todos cifras elevadas de tensión intracraneal. El juicio clínico de los Médicos de Familia para la presencia de papiledema, obtuvo una sensibilidad del 84,5% y una especificidad del 59,3%; siendo la sensibilidad de 76,2% y especificidad del 74,2% para los neurólogos y del 82,9% y del 80,4% respectivamente, para los oftalmólogos.
En otro estudio prospectivo realizado en una serie de 37 pacientes atendidos por haber presentado una hemorragia intracraneal o por un traumatismo craneal en fase aguda(3), no se confirmó la asociación de papiledema y de HIC. El FO fue realizado por oftalmólogos dos veces al día durante 7 días consecutivos. Entre los 20 pacientes con cifras elevadas de tensión intracraneal, tan solo en uno se observó un borramiento del borde del disco óptico, sin que se observara en ninguno de los pacientes un papiledema.
El pulso venoso espontáneo en FO está descrito entre el 80 al 89% de los pacientes que consultan a oftalmología por diversas problemas de salud(4,5).
En un estudio realizado en 1978(6), se observó la presencia de pulso venoso en el 87,6% de personas sin HIC confirmada y estuvo ausente en todos (100%) los 33 pacientes con HIC. El estudio concluye que el hallazgo de pulso venoso espontáneo fue un indicador fiable de unas cifras de tensión intracraneal por debajo de 180-190 mmHg; mientras que la ausencia de pulso venoso se podía encontrar con cifras normales de presión intracraneal.
Sin embargo un estudio posterior, publicado en 2013, no confirmó estos hallazgos. En 106 pacientes a los que se les iba a realizar una punción lumbar diagnóstica se exploró el FO y se midió posteriormente la cifra de tensión intracraneal(7). El pulso venoso espontáneo estuvo presente en 11 del total de 13 pacientes con HIC. El fondo de ojo fue realizado por dos clínicos, con una concordancia inter observador para la presencia de pulso venoso baja (Test de Kappa de 0,42); siendo más elevada la concordancia para presencia de papiledema (Kappa de 0,79) sin que el estudio ofrezca resultados que correlacionen presencia de papiledema y tensión intracraneal elevada.