No se han encontrado estudios que permitan establecer si la dieta vegana influye en la fecha de inicio del parto.
Un Sumario de Evidencias de Uptodate (SE)(1) sobre la nutrición durante el embarazo describe la dieta vegana como: aquella que excluye todos los productos de origen animal, incluidos huevos, leche y productos lácteos. Algunos veganos tampoco utilizan la miel y evitan los alimentos que son procesados o no se cultivan de forma orgánica. Las dietas vegetarianas varían según el grado de evitación de los alimentos de origen animal, siendo una de las más restrictivas la dieta vegana.
La única referencia en el SE a si la dieta vegana influye en la fecha de inicio de parto es que en una Revisión Sistemática (2) se evalúa la dieta vegana durante el embarazo, siendo uno de los resultados medidos la posibilidad de parto prematuro, pero sólo uno de los estudios incluidos ofrece datos sobre el parto prematuro: el 4,5% de todos los casos.
Las dietas vegetarianas, en principio no parecen tener ningún efecto adverso en el resultado del embarazo, aunque es escasa la evidencia de alta calidad. Estas dietas varían considerablemente, al igual que las dietas omnívoras. La adecuación nutricional de una dieta vegetariana debe ser juzgado de forma individual en cada embarazada con un dietista: tipo, cantidad y variedad de nutrientes que se consumen.
El SE señala que las dietas vegetarianas, en particular las que excluyen todos los productos animales, no puede proporcionar cantidades adecuadas para el desarrollo normal embrionario y fetal de hierro, aminoácidos esenciales, minerales (por ejemplo, zinc), vitamina B-12, vitamina D y calcio, o lípidos complejos (por ejemplo, ácidos grasos n-3). Además, el gran volumen de alimentos necesarios en las dietas vegetarianas (especialmente para los veganos) puede hacer que el cumplimiento de los requerimientos de energía durante el embarazo sea difícil. Estas deficiencias por lo general se pueden resolver con suplementos dietéticos. Por ejemplo, los productos alimenticios vegetarianos fortificados ahora están disponibles e incluyen algunas leches no lácteas, análogas a la carne, zumos y cereales para el desayuno. Estos productos son una buena fuente de nutrientes esenciales (calcio, hierro, zinc, vitamina B12, vitamina D, riboflavina y ácidos grasos n-3).
Por otra parte, un documento con recomendaciones(3) sobre nutrición y estilo de vida para obtener resultados saludables en el embarazo y parto, de la Academy of Nutrition and Dietetics, señala que los suplementos de vitaminas y minerales pueden ser importantes en los casos de mujeres en situaciones vulnerables: inseguridad alimentaria; dependencia de alcohol, tabaco u otras sustancias; anemia; dieta vegetariana estricta (vegana); o malos hábitos alimenticios.