No se han encontrado ensayos clínicos que evalúen diferentes tipos de dietas en pacientes amigdalectomizados. Pero 2 Sumarios de Evidencias (SE) de Uptodate, 1 revisión narrativa y 1 protocolo de cuidados de enfermería hacen recomendaciones sobre la dieta en el postoperatorio, coincidiendo en la importancia de reducir el dolor para mejorar la deglución de los alimentos.
Uno de los SE(1), sobre la amigdalectomía en adultos, señala que las recomendaciones dietéticas postoperatorias varían. Muchos médicos abogan por una dieta blanda durante un máximo de dos semanas basándose en que los alimentos duros pueden irritar la zona quirúrgica e inducir al sangrado. Los alimentos ácidos (cítricos, tomate) pueden causar dolor. La temperatura de los alimentos óptima es puramente una preferencia del paciente. Beber mucho líquido en las primeras 72 horas es importante para prevenir la deshidratación, además, mantener el área húmeda también reduce el dolor. Los analgésicos se deben tomar 20 a 30 minutos antes de las comidas para reducir el dolor de la deglución, de lo contrario la disminución de la ingesta oral puede conducir a la hipovolemia. Hasta un 5% de los pacientes después de la amigdalectomía van a los servicios de urgencias para cuestiones relativas a la hipovolemia y/o dolor.
El otro SE(2), sobre los cuidados postoperatorios y complicaciones en la amigdalectomía (con o sin adenoidectomía) en niños, en cuanto a la dieta señala, que se ha demostrado que una dosis única intraoperatoria de dexametasona, mejora la ingesta oral de los niños después de la amigdalectomía.
La ingesta de líquidos por vía oral obligatoria antes del alta no está asociada con una menor incidencia de emesis o complicaciones postoperatorias, incluyendo la deshidratación. Por lo tanto, no es obligatoria para el alta hospitalaria una prueba de fluido oral.
Por otro lado, no aconseja restringir la dieta de ninguna manera porque no se ha demostrado que afecte a la recuperación postoperatoria. A pesar de esto, existe una gran variabilidad en las instrucciones dietéticas dadas a los pacientes después de la amigdalectomía (con o sin adenoidectomía). El consejo más común es que los niños comiencen lentamente debido al riesgo de náuseas y vómitos postoperatorios secundarios a la anestesia.
La revisión narrativa(3) sobre los cuidados perioperatorios a niños y adolescentes amigdalectomizados, señala que la mayoría de los otorrinolaringólogos limitan la dieta y la actividad después de la amigdalectomía con la esperanza de disminuir el riesgo de hemorragia post-amigdalectomía, por la posibilidad de que los niños coman algún alimento o hagan excesiva actividad que les provoque una hemorragia. Pero los estudios prospectivos que compararon la restricción o no restricción de la dieta y de la actividad no muestran una diferencia significativa en la incidencia de sangrado. Esto no quiere decir que estas actividades estén libres de riesgo, pues la mayoría de los pacientes evitan voluntariamente alimentos ásperos y actividad vigorosa.
El protocolo de cuidados de enfermería(4) en el proceso asistencial hospitalario de amigdalectomía y adenoidectomía en niños, indica que, una vez que el niño sube a planta la enfermera le hace una valoración inicial del estado general del mismo (incidiendo en 5 puntos: Sangrado, Dolor, Deambular del niño, Tolerancia y Diuresis). La tolerancia se inicia a las 2 horas de subir, con agua, si tolera bien y no vomita, se le da una dieta líquida fría a las 3 horas.