De acuerdo con la información de sumarios de evidencia (1,2) hay una mayor prevalencia de infección por Helicobacter pylori (HP), sobre todo en países con una elevada incidencia, en familias cuyo padre y/o madre, o varios miembros de la familia, están diagnosticado de HP.
Sin embargo, no hemos encontrado estudios que evalúen los beneficios de la detección precoz y del tratamiento en familiares o convivientes con personas a las que se les ha confirmado una infección por HP. Tampoco hemos encontrado una recomendación en ese sentido, en sumarios, ni en guías de práctica clínica para dispepsia, úlcera gastroduodenal o para infección por HP .
Hay muchos aspectos de la epidemiología y de la transmisión del HP que continúan siendo desconocidos. Parece que la transmisión persona a persona podría ser debida a contagio oral-oral y/o oral-fecal; pero no está suficientemente estudiado(1).
Un sumario de evidencia de Uptodate concluye que no está aclarado la necesidad de realizar pruebas de detección de HP en familiares de los pacientes que han sido tratados para el HP, con el objetivo de reducir el riesgo de reinfección(3).
Un sumario realizado en 2014 para contestar a la pregunta de ¿quién debe ser diagnosticado y tratado para la infección de HP?(4), no menciona a los familiares de pacientes entre los candidatos para establecer el diagnóstico y recibir tratamiento.
En la III Conferencia de consenso español en la infección por HP(5) tan solo se menciona, como recomendación en familiares, la de investigar y tratar si el resultado es positivo para HP, en el caso de familiares de primer grado de los pacientes con cáncer gástrico. En la argumentación y revisión de la evidencia de esta medida se afirma que: "no existen estudios que demuestren la eficacia de la erradicación de H. pylori en la prevención del cáncer gástrico en familiares de pacientes con adenocarcinoma o linfoma MALT. La recomendación se basa en parte en datos fisiopatológicos, en parte en datos epidemiológicos (que muestran que los familiares de primer grado de pacientes con cáncer gástrico presentan un riesgo 2-3 veces superior de presentar esta neoplasia que los controles y tienen también más alteraciones histológicas consideradas preneoplásicas) y en parte en la opinión de los expertos (basada en el escaso coste y el bajo riesgo de la intervención, y en el mal pronóstico de la neoplasia que se pretende prevenir). No disponemos, sin embargo, de datos sobre la eficacia o la relación coste-efectividad de esta medida".