No hemos encontrado descrita en el mismo paciente la asociación de un síndrome antifosfolipídico y antecedente de ictus isquémico con el diagnóstico de un cavernoma cerebral (también denominado angioma o hemangioma cavernoso).
En un paciente que sufre un ictus isquémico y que está diagnosticado de un síndrome antifosfolipídico es clara la indicación de anticoagulación(1). Abordamos la pregunta desde la perspectiva de si, en un paciente con indicaciones claras de tomar anticoagulantes orales, supone una contraindicación el diagnóstico de un cavernoma cerebral.
En un paciente diagnosticado de cavernoma cerebral habrá que valorar muy bien, antes de iniciar tratamiento con anticoagulantes, el riesgo individual de sangrado; pero de acuerdo con dos estudios de cohortes, es posible indicar tratamientos con anticoagulantes orales sin que se incremente en exceso la tasa de incidencia de sangrado.
El riesgo de sangrado en un paciente diagnosticado de un cavernoma cerebral, de acuerdo con la información recopilada en un sumario de evidencia(1), dependerá de características como la localización, si se asocia o no a otras anomalías venosas, si provoca síntomas y si ha presentado un sangrado previo del mismo:
- Los cavernomas asociados a drenajes venosos atípicos, o a otras anomalías venosas congénitas, pueden presentar mayor probabilidad de presentar hemorragia sintomática, que los cavernomas que no están asociados a esas anomalías.
- Los cavernomas supratentoriales debutan habitualmente con hemorragia, convulsiones y déficit neurológico progresivo. Las tasas de sangrado anuales, de acuerdo con series amplias, oscilan del 0,25 al 1,1 % .
- Los cavernomas infratentoriales debutan normalmente con hemorragia y déficits neurológicos progresivos. Las lesiones en el tronco cerebral tienen una tasa anual de sangrado del 2 al 3% por año, y entre los que han presentado una hemorragia la tasa recurrente de sangrado oscila del 17 al 21%.
- La historia natural de las lesiones asintomáticas es muy diferente de las que debutan con síntomas. Entre los que están asintomáticos en el momento de la detección, la tasa de sangrado es mucho menor (Refiere una serie con un riesgo de sangrado del 0,6% anual en personas asintomáticas y del 4,5% entre las que tienen síntomas provocados por el cavernoma).
- Cuando ya se ha producido un sangrado de un cavernoma, la posibilidad de recurrencia en una año es elevada (tasa de un 29%). Este riesgo disminuye con el tiempo. Mientras que el sangrado previo supone un factor de riesgo consistente para un nuevo sangrado, los estudios no han demostrado que lo sea ni el tamaño de la lesión, ni el género, ni la presencia de múltiples cavernomas.
En dos estudios de cohortes de pacientes diagnosticados de cavernoma(3,4) se describen los resultados del seguimiento a pacientes que se les indican anticoagulantes y/o antiagregantes orales, sin que se incremente notablemente el riesgo de sangrado:
- Un estudio prospectivo incluyó todos los pacientes diagnosticados de cavernoma en un centro hospitalario desde 2008. Se incluyeron 87 pacientes (el 57% mujeres, con edad media de 44,8 años) con un seguimiento medio de 3,9 años. De estos pacientes, 16 (el 18%) recibieron, o tratamiento con antiagregantes (n=11) o con anticoagulantes orales (n=5). Ninguno de estos 16 pacientes presentó una hemorragia del cavernoma durante el período de observación.
- De una cohorte de 292 pacientes diagnosticados previamente de cavernoma, 40 precisaron tratamiento antitrombótico después de que se hubiera realizado el diagnóstico. De estos 40 pacientes, en 5 se detectó el cavernoma por una hemorragia y 4 presentaban cavernomas múltiples. En 32 casos el tratamiento fue con antiagregantes, en 6 con anticoagulantes y en 2 casos tomaron ambos. De estos 40 pacientes tan solo 1, que tomaba anticoagulantes, presentó una hemorragia del cavernoma durante el período del estudio, con un total 258 personas/año de observación (tasa de 0,41% por persona año).